Esta bodega tiene su origen en el pueblo del que toma el nombre, Paniza, una pequeña población cercana a Cariñena. Allí, en 1953, los experimentados viticultores locales decidieron unirse, creando la Cooperativa Vitivinícola Nuestra Señora del Águila, germen de la actual bodega y donde comenzó una aventura para ofrecer al mundo lo mejor de esta tierra, su vino.
A comienzos del nuevo siglo renovaron por completo las instalaciones e imagen de la bodega, adaptándola a los tiempos que corrían e implementando nuevas técnicas gracias a la inversión en modernos equipos de vitivinicultura que aportaron mayor calidad y una capacidad de crecimiento que les ha permitido llegar a nuevos mercados y clientes.
Desde entonces, y gracias a la profunda renovación y a la gran inversión realizada, los vinos de Bodegas Paniza han recibido numerosos reconocimientos internacionales que avalan su calidad. Un esfuerzo que no cesa y que les ha llevado a realizar una inversión constante en busca de la excelencia. Hace unos años, la bodega llevo a cabo una de sus grandes apuestas, la construcción de las unas nuevas instalaciones. Un complejo bodeguero compuesto por un conjunto de edificios modernos y funcionales capaces de acoger el alto volumen del trabajo presente y futuro.
Hoy en día el equipo humano de la bodega continúa su labor con el mismo entusiasmo con el que comenzaron esta aventura sus fundadores, manteniendo intactos sus valores y el amor por el viñedo.
La explotación trabaja bajo un sistema de gestión que gira sobre tres ejes fundamentales: calidad, impulso de la economía local y respeto del entorno. Su objetivo es ser una de las bodegas de referencia a nivel internacional al tiempo que contribuye a dinamizar la economía de la región y garantizando siempre el desarrollo sostenible del pueblo de Paniza.
Reconocimiento internacional
Gracias a la profunda renovación y a la gran inversión realizada en los últimos años, los vinos de Bodegas Paniza han recibido numerosos reconocimientos a lo largo y ancho del planeta. Entre los galardones se encuentran el Premio a la Exportación 2013 de la Cámara de Comercio de Zaragoza; el Premio 2013 a la mejor estrategia internacional de la Revista ‘Actualidad Económica’; reconocimiento a la mejor gestión de la exportación 2014 por la Asociación de Empresarios y Directivos de Aragón; mejor bodega de Aragón por la Academia Aragonesa de Gastronomía y el premio a la mejor trayectoria exportadora 2015 de los Premios Santander.
Un viñedo de altura
Los viñedos de Bodegas Paniza están ubicados dentro del territorio que delimita la Denominación de Origen Protegida Cariñena. En la actualidad la bodega la conforman 360 socios viticultores entre los que suman un total de 2.800 hectáreas de viñedos de diferentes variedades, de los que se obtienen más de 15 millones de kg de uva de gran calidad cada año.
Las cepas están localizadas en una privilegiada zona al sur del Sistema Ibérico y son las que maduran a mayor altitud de entre todos los viñedos enmarcados en la Denominación de Origen Protegida Cariñena. Crecer a 850 metros sobre el nivel del mar confiere a los frutos de estos viñedos unas características especiales. El suelo y el subsuelo se caracterizan por la gran diversidad de su composición geológica, dependiendo de la altitud a la que se encuentran. En las zonas más bajas se encuentran suelos pardo-calizos, areniscas y arcillas. Sin embargo, en los sectores de mayor altitud, donde crecen las vides más viejas, predominan los suelos de pizarra. Un terruño del que nace una uva de gran calidad, reconocida a nivel internacional, tal y como atestiguan los galardones y premios que les han sido otorgados.
Al igual que los viñedos se caracterizan por su diversidad, sus vinos se caracterizan por su versatilidad. En Bodegas Paniza cuentan con diferentes gamas de productos que abarcan un amplio abanico de vinos, varietales y caracteres.
Calidad e innovación
Cada gama tiene unas cualidades especiales que la hacen singular. Por un lado están las gamas de vinos jóvenes, creadas para todo tipo de público o consumidor, con matices frescos, intensos y muy sabrosos, como la conocida gama Jabalí. Por otro lado, los vinos de crianza como la gama Íbero, Viñas de Paniza y Paniza Garnacha; son mucho más complejos y desarrollados, ideales para consumidores exigentes que buscan la armonía perfecta entre tradición, modernidad y elegancia. Y tampoco se deben olvidar los vinos varietales, como las gamas Fábula de Paniza, que muestran todo el carácter y expresión del terruño y las varietales más míticas de Paniza.
La bodega ha aportado dos de sus caldos a la Colección Premium 2022 de El Vino de las Piedras: el Paniza Última Garnacha, toda una muestra de elegancia en el estilo, y la botella de Viñas Viejas de Paniza, la máxima representación de la garnacha de corte tradicional.
Compromiso, calidad, flexibilidad e innovación forman parte del ADN de Bodegas Paniza y su filosofía. La adaptación constante a las necesidades de cada uno de los clientes y la apuesta por la máxima calidad y la innovación ha permitido modelar sus productos a los requerimientos y tendencias de los diferentes mercados en los que opera.
Dos grandes botellas
Viñas Viejas de Paniza
Nota de cata:
De color rojo picota y granate, limpio y brillante, ribetes con notas teja. Su aroma invoca a la frambuesa y la picota, acompañado de recuerdos sutiles a moca y vainilla. Recuerdos de madera. En boca es un vino elegante, aterciopelado, equilibrado y con buena carga frutal. Mantiene una agradable y elegante acidez. De final muy largo.
Reseña de Raúl Igual, «Vino de carácter sutil, fino y elegante que expresa un perfil delicado de garnacha como variedad representativa de los vinos de media crianza en Cariñena, donde los aromas puros de cereza madura y guindas dejan entrever un carácter de cacao, madera, tabaco y suelo de bosque en un envejecimiento con barricas usadas para respetar la fruta. Garnacha de corte tradicional bien elaborado, maduro y cuerpo ligero».
Paniza Última Garnacha
Nota de cata:
De brillante y limpio color rojo picota. Rica complejidad en nariz donde destacan los aromas de cereza negra, almizcle y cedro. Elegante y fino, en boca recuerda al chocolate negro mentolado con notas balsámicas de fondo. Final largo.
Reseña de Raúl Igual, «Garnacha tinta, como uva perfectamente aclimatada a este clima, es capaz de dar vinos tan maravillosos como este, lleno de fruta roja madura, aromas de monte bajo y florales, con un sutil envejecimiento bien interpretado por parte de la bodega con el objetivo de ampliar sus aromas, sin ocultar su sabor de fruta jugosa y elegante».
