LOS PREPARATIVOS DE LAS FIESTAS

Feliz y cara Navidad

Los pasillos del Mercado Central de Zaragoza siguen abarrotados a tan solo una semana de la Nochebuena, aunque los precios no dan tregua / Consumidores y comerciantes prefieren acabar el año sin mirar a una cuesta de enero que mete miedo

El Mercado Central de Zaragoza sigue recibiendo a cientos de clientes a diario, a menos de una semana de Nochebuena.

El Mercado Central de Zaragoza sigue recibiendo a cientos de clientes a diario, a menos de una semana de Nochebuena. / ANDREEA VORNICU

Sergio H. Valgañón

Sergio H. Valgañón

Los pasillos del Mercado Central de Zaragoza siguen abarrotados a tan solo una semana de la Nochebuena. Clientes, carros y bolsas buscan los últimos productos que completen unas mesas que, en muchos casos, ya están confeccionadas. Y no es solo por la previsión. La inflación ha sido la principal causa por la que muchos aragoneses han adelantado las compras, temerosos de que los precios fueran todavía más altos. Una sensación que también comparten los comerciantes, que han visto cómo muchos de sus clientes pasaban por sus mostradores desde finales del mes de noviembre. «Hay alguno que compra las cosas de Navidad en cuanto pasan los Pilares», aseguran varios comerciantes, que destacan la «previsión» de muchos compradores zaragozanos.

Julia, de Charcutería Carmen, admite que desde hace semanas «estamos preparando muchos pedidos» y que pese al incremento de los precios «la gente sigue comprando más o menos igual». Como siempre, hay clientes para todo, «por lo que seguro que está semana vendrán los que esperan hasta la última hora». Estos, como el resto, sufrirán las subidas: «El precio del jamón ha aumentado un 20%, pero es que el queso ha crecido un 40%, con algunos productos pasando de los 11 a los 16 euros el kilo».

Varias personas hacen fila en un puesto del mercado, en Zaragoza.

Varias personas hacen fila en un puesto del mercado, en Zaragoza. / ANDREEA VORNICU

«Solomillo, ternasco y cabrito» son el tridente de elegidos en Carnes Paco el Riojano, puesto desde el que Francisco no deja de despachar filetes y costillares. «El ternasco ha subido muy poco en este último mes, pero es que ya venía creciendo antes», resume un carnicero «contento» por la campaña que ahora atraviesa su ecuador.

«Nosotros hemos notado que la gente va gastando poco a poco, porque las cosas no están para hacer grandes esfuerzos económicos», explica Ángel, con muchos años detrás de su puesto, también especializado en carnes. «Todos los productos han subido, y se ha notado bastante en la última mitad del año», lamenta el carnicero, que coincide con su compañero en que el cliente sigue apostando por los platos tradicionales: «El ternasco y el cordero es lo que la gente demanda siempre, pero también hay muchas familias que prefieren la cinta de lomo de cerdo, que es un producto que resulta más económico».

Un puesto de jamones y embutidos del Mercado Central.

Un puesto de jamones y embutidos del Mercado Central. / ANDREEA VORNICU

Un reflejo positivo que también mantienen en varias verdulerías, apoyadas sobre todo «en el producto de proximidad, que nos permite ajustar mucho los precios». Entre ellos, los dos emblemas de la huerta aragonesa: «la borraja ha tenido que subir un poco, por el último temporal; pero el precio del cardo lo hemos podido mantener», destacan.

En resumen, el menú de esta Nochebuena se ha encarecido notablemente, aunque la subida más grande la sufrirán aquellos que esperen al último día para saber con qué manjares van a deleitar a sus invitados.

El postre no se libra

La bandeja de polvorones y turrones tampoco se escapa de la subida de los precios registrada en los últimos meses. En Caramelos Alcaine, a pocos metros del Mercado Central, celebran diciembre «porque es el mes más importante del año para nosotros».

El olor a chocolate impregna una tienda en la que no dejan de desfilar paquetes, muchos de ellos cargados de «frutas de Aragón y guindas, que la gente usa como adorno y también para comer». Para Miguel, al frente de Alcaine, los precios «se han disparado porque todo ha afectado, desde el papel hasta el azúcar». «De los 400 productos que vendemos, es más fácil decirte qué ha mantenido su precio que contarte lo que ha subido», detalla.

La borraja también ha subido de precio.

La borraja también ha subido de precio. / ANDREEA VORNICU

Este problema se va a trasladar también a 2023, aunque aún es pronto para mirar, según lo que consideran tanto clientes como vendedores. «Terminemos tranquilos diciembre, y que en enero sea lo que Dios quiera», aventura Ángel, que no desea pensar en nada más que en la campaña de Navidad. Miguel, entre dulces, resume lo que siente todo el sector ante el posible despegue de la inflación el próximo mes: «Estamos acojonados».

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