LA REIVINDICACIÓN DEL 8M

María, joven estudiante y trabajadora: "Cuando haces lo que te gusta no tienes que tener miedo a seguir con esa tarea"

Esta zaragozana es una de las dos únicas aragonesas que estudian la formación para tornera fresadora

María Ciudad combina su trabajo como dependienta con sus estudios de tornero fresadora.

María Ciudad combina su trabajo como dependienta con sus estudios de tornero fresadora. / EL PERIÓDICO

Sergio H. Valgañón

Sergio H. Valgañón

Hace cuatro años, María era la única joven aragonesa que se decidió por estudiar el grado de tornero y fresador mecanizado. «Hoy estamos solo dos chicas», cuenta esta joven zaragozana.

María conoció este grado gracias a que lo había estudiado unos años antes su hermano, «y empecé a enterarme de lo que hacía y me llamó bastante la atención». El trabajo manual se impuso a la enseñanza, que también picaba la curiosidad de esta estudiante.

«Me dio un poco de respeto al comienzo, sentirme la única mujer en el aula», recuerda María, que comparte clase con otros 23 alumnos, todos varones. «Hace un tiempo entró otra chica y me pidieron en el centro que hablase con ella, explicarle de primera mano lo que he vivido y darle una primera impresión», relata la estudiante, que tiene claro que ha encontrado su vocación: «Cuando haces lo que te gusta no tienes que tener miedo a seguir con esa tarea».

El mismo tiempo que le hizo ser la encargada de explicar a su compañera es el que ha hecho que todo su entorno se acostumbre a sus estudios. «Cuando empecé con tornería me preguntaban mucho, por el hecho de ser mujer en una profesión considerada de hombres, pero con el paso del tiempo todo se ha normalizado», explica María.

A su ya completada adaptación al grado se le suma que, desde hace un tiempo, María trabaja como cajera en una cadena de supermercados. «Necesitas estar muy centrada y ser capaz de organizarte», cuenta la joven de 21 años, que lamenta «tener que dejar un poco la vida social aparte, pero es gratificante a final de mes». No oculta que cuando ve algunos viajes de sus amigos no lo pasa bien, pero sigue sacando tiempo para todo porque «es muy necesario tener un rato libre y aprovecharlo con la gente que quieres, porque si no lo haces llegas a sentir que el mundo se te puede caer encima».

«El 8M no tiene que ser una celebración, debe ser reivindicación y mantener su importancia»

Gracias a los ahorros de su trabajo se plantea irse de casa «a finales de este curso», enfrentándose a uno de los principales problemas de los jóvenes a nivel nacional: el alquiler. «Es muy complicado encontrar un contrato de arrendamiento que se te lleve la mitad del sueldo», relata María, a la que también preocupa la precariedad entre los jóvenes y «la sensación de inseguridad en algunos trabajos, en los que no puedes estar segura de que sean fijos». Salir del nido familiar es importante y un paso clave en la vida de cualquiera, así como cerrar un capítulo al que, por madurez, no se quiere regresar: «Cuando encuentras un buen trabajo y te vas de casa, no quieres volver a la etapa formativa anterior».

Su certero análisis de la situación de las mujeres jóvenes en Aragón también le permite criticar a la clase política, de la cual considera que «nunca se van a tomar en serio las reivindicaciones del 8M», movimiento para el que también tiene alguna advertencia: «No podemos permitir que cada vez más gente se lo tome como un día de fiesta».

Su espíritu luchador y autoexigente obliga a María a pensar que siempre se puede hacer algo más: «Tenemos que seguir reivindicando nuestros derechos y manteniendo a la gente alerta, consciente de que un día como hoy es muy importante para nosotras». 

Suscríbete para seguir leyendo