Diez pacientes aragoneses han recibido la eutanasia en dos años

Diez pacientes aragoneses han recibido la eutanasia en los dos años que lleva en vigor la ley en España. De estas muertes dignas, la mayoría han tenido lugar en Zaragoza capital y han estado relacionadas con pacientes que padecían problemas neurológicos irreversibles. Así lo ha explicado este viernes en la Comisión de Sanidad de las Cortes de Aragón Juan Coll, director general de Transformación Digital, Innovación y Derechos de los Usuarios.

En total, la comunidad ha tramitado hasta 39 solicitudes de la prestación de eutanasia desde 2021. Dado que el proceso conlleva unos trámites y un periodo de análisis (en Aragón no hay plazo máximo para resolver un caso, pero se estima en unas seis semanas), en ese tiempo se han producido 15 fallecimientos antes de que se resolviera la tramitación, mientras que en 12 casos no se cumplían con los requisitos y, por tanto, fue desestimada la eutanasia.

Por otro lado, la preferencia en las 39 solicitudes era recibir la prestación en el hospital y aunque la mayoría provenían de pacientes con enfermedades oncológicas, los que finalmente "más han llegado a término" han sido los diez casos de patologías neurológicas.

"La ley es garantista y responde a una demanda social. Desde que en Aragón se pueden solicitar las últimas voluntades, en 2003, hemos ido viendo cómo los ciudadanos reclamaban ya en ellas el derecho a la eutanasia cuando fuera legal. De hecho, al principio eran uno de cada cuatro los que dejaban constancia de que pedirían la eutanasia si fuera legal y, ahora mismo, tres de cada cuatro personas ya marca la casilla de eutanasia en el documento de voluntades anticipadas", ha explicado Coll.

La mayoría de los objetores son médicos de Primaria

En cuanto a los profesionales sanitarios objetores, en Aragón la mayoría son médicos de Atención Primaria y "fundamentalmente" están concentrados en el sector Zaragoza II. "Son más de la media y tenemos que reconocerlo. La objeción se debe producir en la administración de la medicación, pero al principio se pensó que también se podía objetar en otras fases como la deliberativa o el acompañamiento. Ahí se produjo una disfunción", ha explicado Coll.

Para resolver esta cuestión, la consejería recurrió al Comité de Bioética de España y a la Comisión de Garantías que, en sus informes, detallaron que "un médico puede participar en el proceso y en el acompañamiento y no estar en la administración", ha recalcado.

La mayoría de las solicitudes han sido de Zaragoza capital, seguida de Huesca. Desde Huesca y Barbastro no se han registrado peticiones. El director general ha recalcado que la ley de la eutanasia "ha normalizado y admitido" que en la relación médico-paciente el usuario "tiene un papel decisor" en cuanto a los tratamientos a aplicar. "La ley profundiza y avanza un poco más en el derecho a la autonomía del paciente. Incluir esta prestación de ayuda a morir tiene tres partes claras: el derecho del ciudadano a solicitar la prestación, el derecho a que se examine el caso y se resuelta y, por último, la administración de la prestación", ha explicado Coll.

La ley, que no está exenta de polémica, se aplica "con mucho detalle y cuidado" en todos los procesos, sobre todo en el caso de la Comisión de Garantía, que es la que toma la decisión final. "Hemos hecho un trabajo de organización e información en cada sector. Estamos hablando de casos de enfermedad grave, irremediable, crónica, imposibilitante física y psíquicamente", ha recalcado.

Cuidados paliativos

Durante el turno de los grupos parlamentarios, PAR, Ciudadanos, VOX y PP han sido críticos con la aplicación de la ley de la eutanasia, que no comparten en su conjunto, y han reclamado antes una ley de cuidados paliativos o la presencia de unidades de Cuidados Paliativos en los hospitales de Aragón. Además, han criticado la ausencia de la consejera de Sanidad, Sira Repollés, en la última Comisión de Sanidad de la legislatura.

Coll, por su parte, ha explicado que existe una estrategia de Cuidados Paliativos y ha insistido en la necesidad de "generar debate" respecto a un derecho como la eutanasia, por lo que ha agradecido el trabajo de colectivos como la Asociación Derecho a Morir Dignamente. "Toda formación siempre es poca, pero estamos trabajando muy bien. Hemos montado un equipo con mucho conocimiento para que cuando unos compañeros tengan que enfrentarse a un caso puedan acudir a ellos", ha recalcado.