INFORME DE LA PLATAFORMA DE AFECTADOS POR EL OCIO NOCTURNO

Las zonas más ruidosas de Zaragoza: calles para volverte sordo

Las zonas del centro con gran concentración de bares son las más ruidosas de la ciudad y donde se superan los máximos niveles de ruido permitidos

M. Monreal Rams

Las calles Dato y Fita, la plaza San Francisco, la zona circundante a la discoteca New Garden, y la zona del casco histórico en la que destacan la calle Mayor, Espoz y Mina, San Jorge y Cuatro de Agosto son las zonas que más vecinos molestos por el ruido del ocio nocturno acumulan.

No es una reivindicación nueva, más bien hace muchos años que las asociaciones protestan y piden una regularización de los locales que les permita descansar por las noches sin que los últimos hits que suenan en las discotecas y el griterío de los que entran y salen de los locales se cuele en sus dormitorios. Aun así, los afectados aseguran que la nueva normalidad ha traído aun más ruido. «Antes el ruido era más frecuente por la noches pero ahora estamos viendo como cada día son más las terrazas en las se superan los decibelios permitidos durante el día», asegura Miguel Morte, coordinador de la plataforma de afectados por el ocio nocturno.

En su lucha por conseguir una solución para el problema que sufren, los miembro de la plataforma que viven en los puntos más críticos (la calle Mayor, San Jorge y Cuatro de Agosto) instalaron en sus balcones sonómetros para medir el nivel de decibelios que se viven a cada momento del día.

Estos aparatos son los que confirman el alto nivel de ruido que se vive esta zona, en muchas ocasiones por encima de los 55 decibelios máximos que estipula la ordenanza municipal entre las 23.00 horas y las 7.00. El estudio afirma que de septiembre a diciembre de 2021 todos los viernes, sábados y domingos se sobrepasó el máximo permitido, siendo la fuente de ruido los bares y terrazas que se acumulan en estas zonas.

En algunos momentos concretos los sonómetros alcanzaron los 70 decibelios, una cifra que según los expertos de la plataforma puede llegar a ser «muy perjudicial para la salud de las personas y que vulnera gravemente los derechos fundamentales de los vecinos».