LA RESACA ELECTORAL

El final de la era Maru Díaz

La líder de Podemos Aragón dejará la política tras vivir los ocho años de ascenso y derrumbe de la formación. Cuatro años de oposición y cuatro en el cuatripartito son su legado.

Maru Diaz durante la visita a la Facultad de Filosofía y Letras.

Maru Diaz durante la visita a la Facultad de Filosofía y Letras. / ANDREEA VORNICU

Laura Carnicero

Laura Carnicero

"Nos vemos en las calles". La última frase del comunicado con el que Maru Díaz, líder de Podemos en Aragón, se despidió este jueves de la política aragonesa es casi una vuelta a los orígenes del 15-M de los que brotó la formación morada. La política, filósofa de formación, ha vivido el ascenso y derrumbe de un partido que rompió el bipartidismo en España y que engrosó el pluripartidismo de comunidades como Aragón.

Maru Díaz Calvo (Tarazona, 1990) eligió para despedirse el penúltimo día del plazo de negociaciones entre Podemos y Sumar para el registro de coaliciones políticas de cara al 23J, y su anuncio casi se solapó con el de la consulta promovida desde la dirección de su partido. En un comunicado compartido en sus redes sociales, sin convocatoria a los medios de comunicación, sin estridencias ni llamadas explícitas a la unidad, la todavía consejera de Ciencia y Universidad del_Gobierno de Aragón en funciones reclamó «ahora más que nunca es crucial la altura de miras, la generosidad y la humildad para proteger y preservar el Gobierno de coalición que tanto bien ha hecho a la gente corriente de nuestro país». Y pidió que la «oleada que ha teñido de azul y verde» las comunidades autónomas «no llegue al Gobierno de España».

Díaz anunció que el próximo 23 de junio no cogerá el acta de diputada en las Cortes de Aragón. Es el único escaño que atesora Podemos en el Parlamento aragonés, después de la debacle electoral del pasado 28 de mayo, donde pasaron de cinco diputados a uno y de 53.468 votos a 26.087. Podemos fue el partido de la izquierda que más bajó en Aragón y ya en la noche electoral Díaz anunció que la cúpula asumiría «responsabilidades». El momento llegó este jueves . Quien le sigue en la lista, su mano derecha estos años, Andoni Corrales, aún no ha decidido si recogerá el acta.

Díaz ha roto su silencio más de diez días después de las elecciones. En su comunicado aseguró que da «un paso atrás» para que sea la militancia de Podemos quien decida el nuevo rumbo de la formación. Por ahora, se mantiene al frente de la formación morada hasta que se celebre la Asamblea Ciudadana, prevista para después de las generales.

«Soy consciente de que las urnas nos mandaron un mensaje claro y contundente y por ello, en coherencia con él, considero que es el momento de dar un paso atrás», señaló en su carta. «Por eso quiero comunicaos que he decidido no coger el acta de diputada y tras las elecciones generales de julio dejaré de ser coordinadora autonómica de Podemos Aragón», añadió.

Una decisión «puramente personal», insistieron fuentes de su entorno, que desvincularon su decisión de la negociación abierta en canal con Sumar o de cualquier estrategia para tratar de forzar una reacción semejante entre las dirigentes del partido, Ione Belarra e Irene Montero. «Si en la victoria hay que ser generosos, siempre he creído que en las derrotas hay que ser valientes y saber echarse a un lado en pos de la esperanza que confío está por venir», expresó la todavía líder de Podemos en Aragón, en un mensaje que se lee tanto en clave autonómica como nacional. Con autocrítica, pero también con «orgullo», Díaz tuvo palabras de agradecimiento para quienes la han acompañado en los últimos años y se mostró convencida de que deja un «Aragón mejor» del que había hace ocho años.

El cuatripartito

La última etapa de Maru Díaz al frente de Podemos está marcada por su presencia en un cuatripartito inédito junto a Chunta Aragonesista, el PAR y el PSOE. Bajo su mandato como consejera de Ciencia y Universidad, Díaz inauguró –aunque sin alumnos todavía– la renovada facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Zaragoza, la misma en la que estudió mientras se caían cascotes por el deterioro del centro. Cerró el mayor acuerdo de financiación con el campus público y elevó el presupuesto para becas universitarias.

Pero su papel subalterno en las políticas de Medio Ambiente fue uno de los principales escollos para hacer cumplir su propio programa electoral pese a estar en el Gobierno. Su evidente minoría en el Consejo de Gobierno les puso contra las cuerdas en la unión de estaciones por Canal Roya, la gestión de las renovables o una ley de Cambio Climático que pretendía ser emblema y nunca se aprobó. Si el castigo de las urnas responde a estos escollos o a la dinámica nacional es, todavía, una incógnita.

Con 33 años, Díaz se despide también tras romper algunos techos de cristal: fue la primera consejera en ser madre en el ejercicio de su cargo; la candidata autonómica más joven (y la única mujer) en 2019 y 2023, y también fue la portavoz más joven en su primera legislatura, en 2015. Con un tono distinto del que ha marcado habitualmente la dirección de Podemos estatal, en la recta final de la legislatura no se ha cansado de pedir una «unidad» que no logró en Aragón.

Sus detractores la acusan de no haber integrado bien las distintas corrientes moradas y de haber llevado a su mínima expresión la participación de los círculos morados, o de acercarse peligrosamente al PSOE. Con luces y sombras, Díaz se va de la política aragonesa con un ejercicio poco común de asunción de responsabilidades. Y confirma, seguirá haciendo política, «aunque no sea ya desde la primera fila». 

Sin reacciones de Podemos estatal

El comunicado de Maru Díaz dejó en seguida reacciones de otros compañeros de las Cortes de Aragón, de distintos partidos, del presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, y un silencio casi sepulcral en sus compañeros de partido, principalmente, a escala estatal.

El mensaje del «paso atrás» de la política aragonesa no tuvo respuesta en las redes sociales ni de quien fuera su coordinador autonómico, Pablo Echenique, cuando ella fue portavoz en las Cortes de Aragón en el aterrizaje de Podemos en la política autonómica; ni de su secretaria general, Ione Belarra; ni de otras destacadas dirigentes podemistas como Irene Montero o Lilith Verstrynge. También es cierto que ayer los ánimos estatales estaban volcados en la consulta sobre la coalición –o no– con Sumar.

Su compañero en las elecciones municipales y candidato a la Alcaldía de Zaragoza, Fernando Rivarés, rompió su silencio en sus redes sociales para mandarle un escueto mensaje: «Dejas un buen legado. Muchas gracias. Esto no termina aquí». El único apoyo estatal destacado llegó de Jaume Asens, el presidente del grupo de Unidas Podemos en el Congreso, que le comentó que «es un honor compartir proyecto con compañeras como tú».

Javier Lambán confesó que sentía «en el alma» la marcha de Maru Díaz. «Es una mujer competente. Las urnas han sido injustas con ella. No les oculto que me gustaría que algún día compartiéramos militancia política», comentó el líder socialista, «aunque sé que a ella no le gustará nada esto que digo».

Otros líderes de la izquierda aragonesa no tuvieron tampoco ningún mensaje público. Ni Álvaro Sanz (coordinador autonómico de IU) ni José Luis Soro, candidato de CHA y compañero en el cuatripartito, trasladaron públicamente ningún mensaje a la política aragonesa. Quienes estuvieron en política y también salieron de ella, como Violeta Barba (expresidenta de las Cortes con Podemos) y Patricia Luquin (exlíder de IU Aragón) también tuvieron palabras de agradecimiento para Díaz. «Las pausas no son el final del camino», vaticinó Barba.

También el exconcejal de CHA y ahora vinculado a Sumar Carmelo Asensio: «Gracias por tu compromiso y el trabajo ejemplar realizado en los últimos años. El resultado electoral no es justo y no es responsabilidad tuya. Coherencia y dignidad. Un fuerte abrazo y toda la suerte del mundo para esta nueva etapa».

Unos mensajes de despedida que también llegaron desde el otro lado del arco parlamentario, con los mensajes de la ex de Ciudadanos y ahora diputada electa del PP, Susana Gaspar; o de otro ex de Ciudadanos y concejal electo del PP en Zaragoza, Víctor Serrano, asegurando que la echarán de menos en la política aragonesa.