Port de Barcelona actúa contra el cambio climático

El Port de Barcelona se ha marcado varios objetivos estratégicos para los próximos años, entre los que destaca la descarbonización de su actividad y el impulso del transporte ferroviario. La mejora de la intermodalidad marítimo-ferroviaria ofrecerá soluciones logísticas y de transporte más eficientes y competitivas a operadores y cargadores, a la vez que da respuesta al gran reto mundial: frenar el cambio climático.

El Port de Barcelona lleva más de 20 años ofreciendo a sus clientes soluciones logísticas basadas en una intermodalidad eficiente. Esta oferta amplía el hinterland del Port, acercándose a los clientes finales a través de terminales marítimas interiores y servicios específicos. 

El mejor ejemplo se encuentra en la Terminal Marítima de Zaragoza (TMZ), inaugurada en 2001 por el Port junto a diferentes socios aragoneses. Actualmente, operan en ella unos 70 trenes semanales, la mayoría con origen o destino en Barcelona, lo que la ha consolidado como la primera terminal ferroportuaria de España y pieza primordial para la internacionalización de Aragón.

La oferta de conexiones ferroviarias en el Port de Barcelona no ha parado de crecer hasta la fecha: más de 30 trenes entran o salen cada día del recinto portuario, que alcanzó en 2022 una cuota ferroviaria de vehículos del 45% y del 13% en contenedores, la más alta de España. El puerto conecta por tren con las terminales de Coslada y Azuqueca de Henares, en la zona de Madrid; Zaragoza, Huesca, Monzón y Tamarite, en Aragón; también con Pamplona, Bilbao, Burgos y Logroño; y en Europa, con Perpiñán, Amberes, Bettembourg y Ludwigshafen, entre otros.

Esta apuesta por el tren como modo competitivo y sostenible para conectar con los mercados interiores se ha acompañado con inversiones en infraestructuras fuera del puerto, como la participación en las sociedades que gestionan algunas de estas terminales ferroviarias, o la adaptación de los diez apartaderos ferroviarios en la línea Zaragoza-Barcelona para permitir la circulación de convoyes de 750 metros, con una inversión de 30 millones de euros.

Carreteras despejadas

La labor continuada para ofrecer servicios intermodales competitivos ha dado sus frutos: cada año 325.000 camiones dejan de transitar por las carreteras gracias a las soluciones marítimo-ferroviarias del Port de Barcelona.

Ahora el puerto da un nuevo impulso al tren poniendo en marcha la construcción de grandes infraestructuras estratégicas, un importante salto cualitativo y cuantitativo en el transporte ferroviario de mercancías que consolida a Barcelona como uno de los principales nodos del Corredor Mediterráneo. Un gran proyecto de 800 millones de euros que incluye nuevos accesos y terminales.

El Port de Barcelona ya ha adjudicado la primera obra de los nuevos accesos y del futuro nodo ferroviario por 25 millones de euros. El nodo ferroviario incluye: una terminal de recepción y expedición paralela al curso del río, denominada Terminal Nou Llobregat; una terminal de recepción y expedición; una terminal de carga y descarga, y una terminal de ferroutage, las tres últimas situadas en el antiguo cauce del río Llobregat.

Este nodo, junto con las tres terminales ya existentes en la zona, conformarán una potente infraestructura formada por seis terminales que dará servicio al puerto y a su entorno: Zona Franca, Polígono Pratense o Mercabarna, entre otros, y captarán tráfico de origen marítimo y terrestre. La Comisión de Territorio de Cataluña aprobó también el pasado diciembre el Plan director urbanístico (PDU) de esta infraestructura, que ocupará 68 hectáreas.

Para gestionar esta gran infraestructura y el gran volumen de mercancías que pasará por ella, Adif y el Port de Barcelona han aprobado constituir la sociedad Train Port Barcelona, participada al 50% por ambas administraciones. Train Port Barcelona será la herramienta para dar una nueva dimensión al transporte de mercancías en la zona porque desarrollará y gestionará el nodo logístico ferroviario de Barcelona: el complejo ferroviario de Can Tunis; la Terminal Intermodal y Logística de La Llagosta; las terminales ferroviarias del antiguo cauce del Llobregat y de la ribera norte del río actual; la Terminal Intermodal del puerto y la Terminal Intermodal de Autopista Ferroviaria, o ferroutage.

El puerto de Barcelona potencia el uso del ferrocarril consciente de que la oferta intermodal marítimo-ferroviaria es la más eficiente en términos de costes y emisiones. Si la cuota de transporte ferroviario de contenedores ha llegado a ser del 16% con las infraestructuras actuales, el desarrollo total del nodo logístico, terminales y nuevos accesos ferroviarios situará ese porcentaje entre el 30% y el 40%, favoreciendo un descenso importante en las emisiones asociadas al transporte terrestre en el área de Barcelona. El Port, acompañado por otras administraciones, cargadores, operadores logísticos y empresas de transporte, pone la base para la transformación de la logística y el crecimiento de la economía.