EL FUTURO DEL ESTADIO

La operación para construir la nueva Romareda necesitaría al menos 70 millones de aportación directa

La DPZ e Ibercaja serían dos piezas clave por su solvencia financiera actual

La entidad bancaria aragonesa podría entrar, pero no sería el único financiador

Proyecto del arquitecto César Azcárate del estudio Idom para la construcción del nuevo estadio

Proyecto del arquitecto César Azcárate del estudio Idom para la construcción del nuevo estadio / EL PERIÓDICO

Laura Carnicero

Laura Carnicero

La solvencia financiera y la liquidez de los socios que formen parte de la sociedad mixta que se conforme para dar a luz a la nueva Romareda será clave para su éxito y mantenimiento futuro. La operación, que inicialmente iba a asumir íntegramente el club, necesitará de aportaciones públicas y privadas que garanticen la puesta en marcha del proyecto y la recuperación de los rendimientos por parte de los implicados.

Según ha podido saber este diario, la operación necesitará, de partida, al menos 70 millones de aportaciones directas de sus promotores para conseguir la financiación bancaria adicional. En este tipo de operaciones la aportación de fondos propios ronda el 50%, de forma que los préstamos bancarios podrían cubrir el 50% restante. Ahí podría entrar Ibercaja, que no sería, en cualquier caso, la única entidad bancaria participante en la operación.

Según las fuentes financieras consultadas, su participación depende de que la operación sea «fiable», es decir, de que los socios promotores sean solventes para realizar esas aportaciones de capital y puedan responder en el desarrollo del proyecto. Se da por hecho la aportación económica y la implicación del Gobierno de Aragón, del Ayuntamiento de Zaragoza y del Real Zaragoza, que han confirmado su voluntad de participar en la operación, aunque ninguno ha confirmado hasta hoy cuánto aportarán para sufragar esos 140 millones que cuesta el proyecto.

Además, todos siguen mirando a una tercera institución en discordia, la Diputación Provincial de Zaragoza (DPZ), la única en manos socialistas, con mucho menor músculo presupuestario pero con una situación financiera mucho más saneada que el consistorio zaragozano y el Ejecutivo aragonés, con una deuda a cero y remanentes año tras año que podrían dotar de liquidez a la operación. Con todo, no se debe perder de vista que el presupuesto anual de la DPZ ronda los 190 millones, frente a los 900 del Ayuntamiento de Zaragoza y a los 8.250 del Gobierno de Aragón.

Según ha podido conocer EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, la entidad bancaria aragonesa podría entrar en la operación con la aportación de capital o bien de financiación, ya que ambas parecen improbables. Todas opciones están sobre la mesa, pero a día de hoy no está confirmada su intervención en la sociedad.

El rendimiento

La entidad bancaria podría encontrar la rentabilidad de la operación a través de la financiación del capital prestado, que tendría unos intereses que rondan el 5% en el caso de que el proyecto sea solvente. No obstante, todas las fuentes consultadas coinciden en que en la operación podría entrar más de una entidad financiera.

Ibercaja podría entrar en la operación con tres fórmulas: aportando capital y financiación, algo improbable, solo capital o solo financiación.

Otra parte clave del devenir del proyecto y de su rentabilidad es la explotación del mismo._En el proyecto inicial, la explotación del nuevo estadio quedaba en manos del club durante 75 años, que recuperaría de este modo la inversión inicial de los 140 millones desembolsados para construirlo. La fórmula jurídica planteada entonces fue el derecho de superficie. Ahora la circunstancia que se baraja es otra, pero sigue en el aire concretar quién y cómo se explotará. Una cuestión que será igualmente crucial en esa sociedad mixta.

Si la operación no logra que los socios sean suficientemente fiables, la viabilidad del proyecto debería garantizarse, dicen las fuentes consultadas, con garantías hipotecarias o avales de los socios, un escenario que comprometería todavía más a las instituciones públicas que participen en la nueva Romareda.