Una avería corta la alta velocidad Madrid - Zaragoza durante seis horas con miles de afectados

Solo una semana después de que una avería técnica sembrara el caos en la línea de alta velocidad entre Madrid y Valencia, este jueves se ha reeditado el mismo episodio en la que conecta Madrid con Zaragoza y Barcelona dejando tras de sí a miles de viajeros afectados en todas las paradas intermedias, incluida la de Delicias. Todas las alarmas saltaban, exactamente, a las 15.37 horas en el tramo que separa Brihuega y Las Inviernas, en la provincia de Guadalajara.

Un incidente que oficialmente aún no ha sido detallado pero sí que se trataba de un "problema en el sistema de electrificación" y que dejaba "sin tensión eléctrica las dos vías" por las que circulan todos los días trenes de Renfe ­–tanto el AVE convencional como el Avlo de bajo coste–, de la francesa Ouigo y de la italoespañola Iryo. Y que ha obligado al gestor de la infraestructura, Adif, a interrumpir toda la circulación en el corredor nordeste de alta velocidad, el que más pasajeros mueve cada día en España.

A las 21.30 horas, Adif ha comunicado que la avería quedaba solucionada y la circulación restablecida habilitando el paso alternativo de ambas direcciones por una vía y los primeros trenes de Zaragoza han comenzado a salir hacia Madrid varios minutos después.

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La incidencia, en esos momentos, se producía cuando había dos trenes en marcha y muy cerca de la zona afectada. Por un lado, un convoy de Renfe que había salido de Madrid en dirección a Zaragoza, que iba con cientos de pasajeros a bordo cuando ha tenido que detenerse en Las Inviernas y acabó retrocediendo hasta la estación de Guadalajara-Yebes para no permanecer en mitad de la vía mientras reparaban la avería eléctrica. El segundo, un convoy de la compañía Iryo, también con centenares de viajeros dentro, que ha tenido que parar a la altura de Brihuega, en una vía de apartado de la infraestructura. Finalmente, han estado varados durante más de 6 horas.

Con el paso de las horas, tanto los damnificados de ambos convoyes como los del resto de trenes que no podían salir de las estaciones iban con un malestar en aumento que se agravaba por la incertidumbre de no tener claro si en algún momento de la tarde o de la noche, se reanudará la circulación y podrían emprender el trayecto aunque fuera con muchas horas de retraso. Estos se arremolinaron en torno a los paneles de información, que iban poco a poco aumentando el retraso o de los centros de atención al cliente de las operadoras a la caza de una plaza que les permitiera reubicarse en otros convoyes.

Mientras, los técnicos de Adif trabajan sobre el terreno para resolver la incidencia y devolver el suministro eléctrico a una infraestructura que, según pudo saber este diario, había quedado muy dañada. Tanto como el tren de alta velocidad que se encontró en su camino un cable del tendido suspendido en mitad de la vía y que le destrozó la luna delantera. Una imagen de la que al menos sí había alguna prueba circulando por redes sociales a máxima velocidad, como ya es habitual. Aunque no hay confirmación del origen de la incidencia y las fuentes oficiales de Adif no entraron a valorarlo, sí afirmaron que "no se descarta ninguna hipótesis".

Tensión creciente

En un primer momento, algunas fuentes consultadas por este diario apuntaban a un posible accidente fortuito de un tren de alta velocidad con la catenaria que acabó destrozándola. Pero ni se confirma ni se desmiente, la prioridad es subsanar la deficiencia para restablecer el servicio. Una normalidad que los viajeros se afanaban a que alguien pusiera una hora estimada de llegada y que con el paso de las horas sigue sin llegar.

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Mientras, en el vestíbulo de la estación de Delicias aumentaba el número de viajeros afectados en las salas de espera, junto a las ventanillas de las compañías... temiendo tener que pasar la noche en la estación. El recuerdo de lo ocurrido en Valencia una semana antes estaba reciente y allí ocurrió algo similar, las dos vías se quedaron sin tensión eléctrica durante 24 horas. Aunque operadoras como Renfe ya preparaban trenes de doble composición (casi mil plazas) para cuando se recuperara el servicio.