Drogas, alcohol y altos decibelios: así era por dentro la 'rave' ilegal cerca de Zaragoza

EL PERIÓDICO DE ARAGÓN ha contactado con algunos de los asistentes que destacan la "limpieza" y el "buen rollo" vivido en una 'macrofiesta' a la que se podía acceder sin ningún tipo de control y se servían "cervezas a un euro y cubatas a tres"

Imágenes de la rave ilegal mutitudinaria cerca de Zaragoza

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G. G.

La 'rave' más famosa de Aragón ya ha finalizado. La Guardia Civil ponía este martes final a una fiesta que ya duraba, como mínimo, cinco días. Y es que lo más llamativo de esta 'macrofiesta' celebrada en un terreno privado entre las localidades de Mediana de Aragón y El Burgo de Ebro es que nadie se atreve a asegurar cuándo empezó. El pasado viernes fue el primer día que se hizo notar en el entorno por los altos decibelios desplegados en una cita que casi nadie sabe quién lo organiza y que muchos vecinos de la zona se enteraron por la llegada de multitud de vehículos a este punto del término comarcal de Zaragoza.

Cientos de asistentes, numerosos coches particulares (alguno de alta gama), caravanas y camiones estacionados en una explanada sin que ninguno de los municipios sepa cómo habían llegado allí ni quién había autorizado algo así. Una quedada multitudinaria de la que casi nadie sabe quién hay detrás. Y que se ha hecho famosa estos días aunque "no es la primera vez que se hace".

EL PERIÓDICO DE ARAGÓN ha contactado con algunos de los asistentes a esta 'macrofiesta' y a imágenes de esta 'rave' en la que, aseguran, "había alcohol muy barato, drogas y un puesto de hamburguesas". De hecho, "había un puesto que ponía 'pastis y hash'", afirman los testigos de la celebración. Una cita en la que la organización portaba "hasta placas solares tiradas en el suelo para dar suministro eléctrico a toda la instalación". Por supuesto, no había wc portátiles, pero había monte para todos.

"Nada más llegar nos ofrecieron droga"

Sorprende la organización de esta 'rave' por lo bien planificada que tenía la infraestructura, con dos escenarios diferentes en la que sonaba música distinta, "en uno estaba el dj pinchando en un lateral y no en un podio frente al público como es habitual, y en otro había solo altavoces en los que sonaba otra música".

Muchos decibelios todo el rato, imposible no darse cuenta de su presencia. Y, para ambientar, alcohol para exportar y a precios realmente competitivos: "las cervezas costaban un euro y los cubatas, tres". "Metían el dinero como en una hucha cada vez que pedías en la barra", comentaban los testigos con los que ha contactado este diario.

Dispositivo policial para desarticular la rave ilegal próxima a Zaragoza

Dispositivo policial para desarticular la rave ilegal próxima a Zaragoza / Guardia Civil

El acceso era libre, para todo el que quisiera. "Nadie controlaba quién entraba o salía, ni si eran mayores de edad o menores... aunque es verdad que la mayoría de los que estaban dentro cuando yo fui no parecían menores". "De hecho, llegamos con el coche, aparcamos como uno más y nada más bajar ya nos estaban ofreciendo droga", comentan. Buen ambiente y cálida bienvenida.

Pero hay un detalle que destacan los asistentes al evento, la limpieza que había en todo este espacio: "No había ni un vaso en el suelo, tenían bolsas de basura por todos lados colgadas y quedaba todo impoluto". Y el "buen rollo" predominante en esta 'rave' que se ha convertido en la más famosa de la comunidad.

Mientras, la Guardia Civil sí estaba por los alrededores durante estos días. De hecho a algunos de los testigos con los que ha contactado este diario les apercibieron al dejar el coche aparcado en un camino de monte. Pero no podían intervenir en este recinto al tratarse de un suelo privado.

Aunque este martes sí supervisó el desmontaje de la 'macrofiesta', cinco días después, en una salida "sin incidentes" y dentro de los cauces normales. Ha sido a las 12.55 horas cuando ha quedado disuelta la concentración en esta zona próxima a El Burgo de Ebro y Mediana de Aragón. Efectivos de Seguridad Ciudadana de las compañías de Casetas, Caspe y Calatayud apoyados por la USECIC y el Seprona.