LA TRAMITACIÓN DE LAS ENERGÍAS VERDES EN ARAGÓN

"Es imposible construir a tiempo todas las renovables autorizadas para 2025"

El Clúster de Energía de Aragón subraya que faltan materiales y mano de obra para acometer en dos años todas las obras como manda el ministerio de Teresa Ribera

Advierten del riesgo de «canibalización» de los precios energéticos por el aluvión ‘verde’

Supervisión del proceso de montaje de un molino de viento que forma parte de un parque eólico.

Supervisión del proceso de montaje de un molino de viento que forma parte de un parque eólico. / EL PERIÓDICO

No son las Administraciones autonómicas las únicas preocupadas por los plazos del Ministerio de Transición Ecológica (Miteco). El Clúster de la Energía de Aragón (Clenar), la organización que agrupa a más de 90 empresas promotoras, entidades e instituciones relacionadas con la producción y explotación energética, reitera «la necesidad» de prorrogar los tiempos dictados para la construcción de los parques eólicos y solares que están ahora precisamente en tramitación. Las fechas apremian porque todas las plantas verdes aprobadas entre diciembre de 2017 y junio de 2020, que corresponden al boom español de las renovables, deberán estar operando como tarde a mediados de 2025, lo que llevará a que España cumpla con un lustro de antelación los objetivos marcados por la Unión Europea para 2030.

«Es imposible lograr ese último hito. Hay autorizada tal cantidad de proyectos que es imposible construirlos todos para 2025», explica Pedro Machín, presidente de Clenar. Lo primero, explica Machín, es que no hay materiales para construir todas las placas y los molinos proyectados. «Faltan componentes y mano de obra», asegura. Lo segundo es que el país se arriesga a sufrir una «canibalización de los precios de la electricidad», dado que el crecimiento explosivo de las renovables promueve que los costes de la energía en las horas centrales del día se desplomen, por lo que la rentabilidad de las plantas verdes estaría en jaque, lo que puede acabar frenando inversiones en nuevos desarrollos. 

El 25 de enero de 2024, buena parte de los 11.400 MW en la cartera de futuros proyectos de energía solar y eólica en Aragón recibirá las autorizaciones administraciones previas. Nueve meses más tarde, todos los proyectos que obtengan la luz verde contará con la autorización administrativa de construcción. Y a partir de ahí, todos deberán estar en marcha en dos años, con fecha límite de junio de 2025, cinco años después del cierre de las admisiones de autorización administritiva previa el 25 de junio de 2020. 

Todo ello lleva al clúster aragonés, en consonancia con lo que reclama el sector energético en todo el país, a pedir al ministerio que dirige Teresa Ribera una prórroga de los plazos para ejecutar la construcción y poner en marcha los aerogeneradores y placas solares que tienen que estar en funcionamiento a mediados de 2025. No sería la primera, dado que el tercer hito que vence el próximo 25 de enero ya es fruto de una prórroga de seis meses que el Ministerio de Transición Ecológica justificó en la «elevada concentración» de proyectos en poco tiempo, algo que «dificulta que las fábricas nacionales y europeas puedan cubrir la demanda de equipos, generando el riesgo de aumentar las importaciones y, por tanto, reducir la autonomía estratégica».

Del mismo modo, se prorrogó también seis meses el plazo para que los proyectos obtuvieran la autorización de construcción, facilitando la participación pública en su nueva configuración «y aumentando las opciones de contratación con la cadena de valor industrial española y europea», según apuntan fuentes del ministerio. En cualquier caso, advierten, las iniciativas culminarán antes de superar los cinco años desde que iniciaron la tramitación, como hasta ahora, al objeto de cumplir la agenda verde.

Lo desaprueban desde el clúster aragonés de la energía, pues los hitos «han cumplido con efectividad» la finalidad de estimular la tramitación de los proyectos, pero, explican, llegado el momento de afrontar el último paso del mismo –la construcción– es «necesario» adaptarlo a las necesidades del sector. Por ello, piden «acomodar» los objetivos y los plazos a las fechas marcadas por la Unión Europea para 2030, pues de lo contrario «se impedirá el inicio de buena parte de las obras por no poderse asegurar una fecha final acorde al mismo».

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