Entrevista | JAVIER LAMBÁN Expresidente de Aragón, líder del PSOE regional y senador autonómico

Javier Lambán: "A Azcón no le avergüenza su convivencia con Vox; le satisface"

EL PERIÓDICO DE ARAGÓN entrevista al líder de los socialistas en la comunidad para conocer su análisis del nuevo Ejecutivo autonómico, la postura del PSOE en la oposición, el futuro liderazgo de su partido en Aragón y las perspectivas nacionales al inicio de una nueva legislatura de Pedro Sánchez.

Mejores momentos de la entrevista a Javier Lambán

Jaime Galindo

¿Es difícil liderar al PSOE en la oposición sin estar en las Cortes?

Ahora me dedico mucho a escribir y mantengo una intensa actividad política. Por una parte en el Senado, todo lo que me lo permite mi tratamiento, y por otra ejerciendo plenamente mi condición de secretario general. No estar en las Cortes tiene sus ventajas, como ver las cosas con un punto de distanciamiento; y también el inconveniente de no vivir el día a día y sustituirlo por las conversaciones con compañeros y los medios.

¿Cómo evalúa la actuación del Gobierno PP-Vox y de Azcón?

Cuando yo llegué al Gobierno heredé problemas y he dejado como herencia soluciones. El Gobierno ha recibido una hacienda muy saneada, que permite hacer presupuestos expansivos gracias a políticas fiscales que el PP en la oposición criticaba de forma ácida. Todo lo que ha comunicado el Gobierno en materia de inversiones eran decisiones empresariales ya atadas por el anterior Ejecutivo. Dije que Azcón traería la polarización y la crispación a Aragón y así ha sido. En los debates es imposible hablar de cuestiones concretas: si al presidente se le pregunta por el cierre de un colegio, él responde con la amnistía. Y hay algo que me sorprende: a diferencia de lo que están haciendo otros gobiernos populares y su propio líder, Feijóo, a Azcón no parece avergonzarle su connivencia con Vox. Da la impresión de sentirse muy a gusto. Muchos dirigentes del PP tratan de alejarse de este partido que rompe lazos de convivencia, un partido de extrema derecha que está trayendo al presente lo peor de la historia pasada en este país. Y sin embargo, en Aragón parece que a Azcón le produce hasta satisfacción. Creo que llegó al Gobierno sin proyecto y sigue sin tenerlo. Vive de las rentas, de la amnistía y del enfrentamiento con Pedro Sánchez, en un Gobierno instalado en la radicalidad. Cada vez que pueda le pediré a Jorge Azcón que vuelva a la centralidad, que es donde a Aragón le va bien. Donde hay enfrentamiento no suelen ir inversores.

Este escenario que dibuja requiere de una oposición fuerte. ¿Cómo lo va a hacer el PSOE?

El grupo parlamentario con Mayte Pérez a la cabeza está desarrollando una gran labor. Otra cosa es que en este momento el ruido prevalezca sobre las nueces; que ahora dé la impresión de que la política aragonesa gira en torno a la amnistía y a los exabruptos del presidente del Gobierno y de Vox, con ese tufo de radicalidad y extrema derecha que apesta; y que el trabajo concienzudo de la oposición pase desapercibido. Entre tanto, el partido definirá su proyecto renovado para tratar de volver al Gobierno en 2027.

¿Cómo ve la gestión de crisis del Ejecutivo? El cierre de la escuela de Caneto o los problemas de contratación al inicio de curso, de lo que les culparon a ustedes...

Yo heredé unos servicios públicos destrozados, una economía por los suelos, una logística desprestigiada, las renovables paralizadas, una hacienda desequilibrada... Y dejo en herencia una hacienda y servicios públicos saneados y una economía encarrilada con inversiones que la van a cambiar de arriba abajo. Subimos en 8 años un 60% el presupuesto de Sanidad. En Educación, un 55%. Veremos cuál es el balance del PP y Vox. Y me parece absolutamente injusto el tratamiento que se le ha dado al consejero Felipe Faci, que hizo una labor encomiable en FP, en inversiones para la escolarización del sur de Zaragoza, fortaleciendo la escuela pública pero con paz con la escuela concertada... Las críticas de algún consejero que estuvo en el Gobierno de Rudi y que es muy responsable de los destrozos que se ocasionaron a los servicios públicos me parecen desafortunadas e injustas.

¿Cuesta hablar de Aragón cuando lo nacional lo copa todo?

Hoy es absolutamente imposible porque la banda sonora de este Gobierno es la amnistía, la oposición a Sánchez y la descalificación del PSOE y de la izquierda, todo de la mano de Vox. Dejé sobre la mesa tres líneas de trabajo y no se sabe nada. Por un lado, el plan para la eficiencia de la sanidad pública, que tuvo una excelente acogida por todas las comunidades, porque el problema de la sanidad es muy serio y creo que el presidente aún no se ha enterado. Por otro, un modelo energético propio para que la energía producida aquí beneficie a la economía aragonesa y a los aragoneses. Y de energías renovables lo único que hemos visto es la creación de una comisión de investigación; que es como matar a la gallina de los huevos de oro. Por último, propuse un plan sobre la lucha contra los incendios de sexta generación, que podrían arrasar los Pirineos. Dijimos que hay que recurrir a la colaboración público-privada en la gestión de montes y hablar con el Gobierno de España. Mejor que hablar de la amnistía, que me parece legítimo, estaría bien que se ocuparan de cuestiones cruciales. Que Aragón se pronuncie con voz propia no es estar todo el día contra el Gobierno; es fácil criticar al presidente del Gobierno cuando no es de tu partido. Eso es una cosa y otra ejercer de presidente con voz propia, defender Aragón y tratar de que el Gobierno de España modifique sus políticas en beneficio de Aragón y de toda España.

¿Le tentaron del PP por su oposición a la amnistía? ¿Cómo mantiene su postura en este momento difícil?

He sido siempre un político de convicciones. Tenía que decir lo que pensaba. Por otra parte, mi oposición a la amnistía, antes de las elecciones, era compartida por todo el PSOE. Siempre he estado en contra de los indultos; ahora mucho más de la amnistía, porque creo que son decisiones que por mucho que se justifiquen en aras de la solución del problema de Cataluña, en modo alguno lo solucionan. La ley de la amnistía socava la autoridad moral y política del Estado, porque invierte la responsabilidad de los sucesos del 1 de octubre. Ahora parece que no fueron responsabilidad de los independentistas, sino del propio Estado y el Gobierno de España. Eso desarma al Estado frente a futuros intentos de los independentistas de desconectarse de España, que los habrá.

¿No resuelve el problema?

No resuelve el problema de Cataluña y echa más leña al fuego a la polarización, la crispación y el frentismo que se está trasladando a la sociedad. Eso me genera problemas en mi partido porque la mía es una posición absolutamente minoritaria, pero mantendré mi posición. Además, una cosa es que me oponga a la amnistía y otra que me convierta en soldado o en peón del PP. Eso, nunca. Me pareció impropio de un político respetuoso con el resto de partidos que el señor Feijóo instigara a los diputados y senadores socialistas a votar en contra del PSOE. Una invitación al transfuguismo que no me sorprende del PP: las Cortes y el Ayuntamiento de Zaragoza están repletos de tránsfugas y no les sonroja.

¿Cree que la amnistía puede abrir una fractura irreparable y que se desgaje una parte del PSOE?

El PSOE a lo largo de su historia ha pasado por quiebras más profundas que esta y ha sobrevivido. El PSOE resistirá muchos años.

¿No ve a Felipe González dejando el partido?

No. González y Alfonso Guerra fundaron el PSOE. Me parece improbable que dejen un partido por el que han dado la vida.

¿Qué ambiente se respira en el Senado ante esta controversia política y social?

En el PSOE estoy en minoría, bueno, diría que estoy yo solo. Pero con los compañeros el trato es respetuoso. Aunque se respira el mismo ambiente que en el resto de instituciones, de crispación y enfrentamiento. Y es previsible que siga así toda la legislatura, porque el PP va a utilizar el Senado como ariete contra el Gobierno. Yo le deseo a este Gobierno la mejor de las suertes, que al presidente le vaya bien, pero soy escéptico. Es un Gobierno progresista que tiene en la Cámara una mayoría conservadora; sus propios apoyos están enfrentados y no hay un proyecto compartido. Ni siquiera entre Sumar y el PSOE. Es un Gobierno tan débil desde ese punto de vista que creo que dejará pendientes las grandes reformas. Y me preocupa lo que pueda pasar en Aragón como consecuencia de un Gobierno tensionado por los independentistas y nacionalistas, que solo trabajan para sí y en detrimento de los demás. Aragón es una comunidad llamada a ser la principal damnificada por las políticas insolidarias del independentismo. Por eso, la política aragonesa tiene que estar alerta: el PSOE tiene que anteponer los intereses de Aragón a su militancia.

Los pactos del PP y Vox y del PSOE con independentistas se habrían evitado con uno PP-PSOE. ¿Lo planteó en Aragón?

En circunstancias normales, la gobernanza en España tendría que haber sido esa. El PSOE no tendría que recurrir en absoluto a independentistas y nacionalistas, herederos de ETA y partidos de esta naturaleza que, en el fondo, quieren acabar con la Constitución y con España. Y el PP no tendría que recurrir a Vox, la extrema derecha que no aporta nada al país. Por cierto, no entiendo cómo el PAR ha querido sumarse a una mayoría parlamentaria en la que está Vox. Para mí, supone que han decidido renunciar a sus orígenes y su trayectoria. Nosotros dejamos gobernar a Rajoy en 2016, pero se ha instalado en la militancia un trato tan intolerante que si alguien de uno de los dos partidos plantea facilitar gobiernos del otro, es condenado a galeras. Mientras no dejemos de sentirnos enemigos, en una guerra sin cuartel, esa solución es imposible.

¿Qué hubiera hecho usted con el resultado que tenía Sánchez?

Ponerme en la cabeza de Pedro Sánchez es un ejercicio del que me considero incapaz.

Con el resultado electoral que había, ¿habría optado por una repetición electoral?

No hubiera hecho ese tipo de acuerdos. Pero esta es una visión personal y minoritaria en el PSOE.

Pilar Alegría sigue siendo ministra y es la portavoz del Gobierno. ¿Qué futuro le augura? ¿Contempla que vuelva a Aragón o que la designen desde Ferraz para liderar aquí la oposición?

La compañera Pilar Alegría ya hace unos cuantos años que se desvinculó de la política aragonesa, está en una carrera política exitosa en el ámbito nacional en la cual le deseo lo mejor. No sé qué proyectos tiene para sí o tienen algunos para ella. El PSOE en Aragón se tiene que plantear su futuro y las elecciones de 2027 tratando de resolver algunas contradicciones. Ya sin referirme a Alegría, pienso que no habría mejor regalo para Azcón y el PP que enfrentarse a una persona que hubiera sido impuesta desde Madrid. Un paracaidista de Madrid, y no estoy llamando paracaidista a Pilar Alegría, sería un regalo incalculable para Azcón.

¿Ve mejor un líder no ‘sanchista’?

No, no. Creo que el partido tiene que ser leal a la dirección. No se puede convertir el PSOE en Aragón en una aldea gala, pero sí que tiene que tener personalidad. El futuro líder tiene que acreditar su dedicación política en Aragón y ser capaz de anteponer la comunidad a su partido. Si solo es un delegado de Ferraz, las posibilidades de éxito electoral serán mínimas. Nadie nos designó a Marcelino Iglesias ni a mí.

¿A quién ve? Por ahora nadie llama a la puerta...

Si yo ahora diera un nombre, lo estaría fulminando, así que no daré ninguno. El futuro líder o lideresa del partido tendrá que resolver una disyuntiva con inteligencia. Se ha demostrado que las políticas de apaciguamiento con Cataluña –aunque yo creo que no apaciguan nada– le dan buen resultado al PSC, pero no a los demás, como se vio en las generales. Las sensaciones de agravio respecto a Cataluña aquí se producen de manera más acentuada y eso tiene un coste electoral. Me temo que lo que vimos en julio se puede repetir en 2027 tras una legislatura condicionada por Cataluña. Por eso, el próximo líder o lideresa del PSOE deberá ser leal a su partido y, a la vez, tener autonomía para anteponer Aragón a las órdenes de Madrid. Eso no quiere decir estar en guerra con Ferraz. Enfrente, el candidato del PSOE tendrá a un Azcón que ha vivido de las rentas, que habrá crispado la sociedad del brazo de Vox y que será impermeable a pactos que el PSOE debe plantear.

Además de la amnistía, ¿la condonación de la deuda y la financiación autonómica puede alargar la guerra política?

El PP va a estirar la amnistía hasta el final y, lo que es peor, los independentistas también. Si han votado a Sánchez no es solo por eso, sino porque no renuncian a los siguientes pasos. Pero el PP corre el riesgo de pasarse de frenada y aparecer ante la opinión pública como un partido que solo piensa en la amnistía, incapaz de plantear una alternativa para el país.

¿Cree que hay una pérdida de la calidad de la democracia?

El PP debería dejar de denunciar la paja en el ojo ajeno, cuando en el suyo tiene vigas de dimensión considerable. Si fueran consecuentes con la defensa que dicen ejercer de la Constitución no bloquearían el Consejo General del Poder Judicial.

¿Cuándo habrá congreso del PSOE?

Podría ser después de las elecciones europeas, pero Sánchez no ha dicho nada. El partido vive una calma absoluta, lo que no justificaría un adelanto. Y el resto dependen del federal. Yo seré secretario general hasta el próximo congreso con plenitud de facultades y de entrega.

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