REFORMAS EN EL POLÍGONO

Un callejón de medio metro que acorrala a las industrias de Montemolín

Los propietarios de varias naves cercanas a La Cartuja reclaman al Ministerio de Transportes que corrija los planos de unas obras que pueden suponer el fin para algunas empresas

"O nos marchamos o cerramos el negocio", asegura Fernando Domínguez, uno de los principales afectados

Fernando Domínguez, uno de los principales afectados, muestra lo que supondrá la reforma para sus naves.

Fernando Domínguez, uno de los principales afectados, muestra lo que supondrá la reforma para sus naves. / Andreea Vornicu

Alberto Arilla

Alberto Arilla

Toda obra, por lo general, conlleva unos costes que los negocios deben asumir, teniendo en cuenta los beneficios que estas les reportarán a largo plazo. Sin embargo, no siempre es así. Es el caso de la nueva reforma del polígono de Montemolín, situado en la carretera de Castellón, cerca de La Cartuja. "O nos marchamos o cerramos la empresa", cuenta a este diario Fernando Domínguez, propietario de Metálicas Domínguez (elaboran y exportan productos de tapicería) y de la tienda Aquí sí hay quien duerma, especializada en la venta de colchones y sofás, entre otros. Sea como fuere, cualquiera de los dos escenarios planteados por Domínguez sería catastrófico para un negocio familiar que emprendió su padre hace más de medio siglo, para ser heredado por él y, en estos momentos, sacado adelante junto a sus hijos.

Una empresa de tres generaciones que ve cómo, si el Ministerio de Transportes sigue adelante con el plan trazado, todo por lo que han luchado hasta hoy caerá como un castillo de naipes. "El problema no es la obra en sí", matiza Domínguez, que añade: "Lo que nos preocupa son las dimensiones del resultado final". Y es que, tal y como plantea el dueño de Metálicas Domínguez, los planos elaborados desde Madrid provocarán que la nueva acera tan solo cuente con 50 centímetros, con un arcén de las mismas proporciones y dos carriles de tres metros, sumado a un nuevo arcén que, además, deberá ir con diferencia de nivel, ya que la carretera ira soterrándose.

Todo ello, dice el empresario zaragozano, hará que ni siquiera puedan maniobrar con su camión de 14 metros para meterlo en la nave. "He hecho pruebas, con varias marcas en el suelo basadas en los planos, y nos vamos a quedar sin distancia para maniobrar", lamenta, ya que especifica que trabajan con "paquetes de más de 1.000 kilos que entran por la carretera que van a reformar". Asimismo, Domínguez asegura que su tienda, ubicada a pie de calle y en la que se atiende al público, quedará "obsoleta", pues apenas habrá espacio entre la puerta y el carril.

Con todo, no será el trailer de la empresa el único que sufrirá las consecuencias de unas obras que ya han sido iniciadas. "Solo existen dos entradas al polígono, y por una de ellas los trailers no van a poder ni siquiera girar, porque con la nueva distribución todo va a estar saturado de coches", explica Domínguez. De esta forma, otras naves como las de Industrias Jangar, Talleres Val, Chapisa o Cometa, entre otras, van a verse afectadas, aunque las dos regentadas por Fernando Domínguez son algunas de las que más van a sufrir las consecuencias.

En ese sentido, las dos alternativas planteadas si todo sigue igual (cerrar o trasladarse) vienen a significar lo mismo. "El traslado es súper costoso y no puedo asumirlo. Además, no puedo tener a mis clientes dos meses sin ser atendidos, porque tenemos competencia nacional e internacional", subraya Domínguez, que remarca que su lucha es por "sus puestos de trabajo", entre los que están los de su familia, y por los empleados de las empresas satélites que trabajan con ellos.

Posibles soluciones

Desde la comunidad de propietarios del polígono industrial de Montemolín aseguran que llevan tiempo intentando ponerse en contacto con Demarcación de Carreteras, dependiente del Mitma, para buscar una solución al embrollo. Su presidente, César Garrido, establece un paralelismo con el desdoblamiento de la carretera de Castellón, ejecutado en 2004, cuando se solucionó un problema similar. "Durante el proceso expropiatorio, vieron que costaba muchísimo remaquetar las naves, más de 1.000 millones de las antiguas pesetas", recuerda Garrido, que espera que desde la cartera dirigida ahora por Óscar Puente atiendan sus demandas.

Los nuevos trazados harán imposible maniobrar a camiones como el de Metálicas Domínguez.

Los nuevos trazados harán imposible maniobrar a camiones como el de Metálicas Domínguez. / Andreea Vornicu

"Tal y como están proyectadas las obras desde el ministerio, no se han dado cuenta de las afecciones que conllevan", indica un Garrido que, además de presidente de la comunidad, también va a verse afectado al ser dueño de Industrias Jangar, empresa que cuenta actualmente con 25 empleados. "Tengo una nave de fachada, la número 32, donde dejo la mercancía que posteriormente exporto a 25 países. Ahora, va a estar condenada porque no podré destinarla a la misma actividad industrial", sostiene el zaragozano.

El presidente de la comunidad de Montemolín denuncia que, por el momento, "nadie nos ha hecho caso, ni siquiera se quieren reunir". "El único que se ha sensibilizado ha sido José María Lasaosa, alcalde de La Cartuja". Aún así, Garrido explica algunas de las propuestas que han enviado al ministerio, como la de "pintar un carril en tonos distintos, con un semáforo que podamos accionar", una idea que, por cierto, les insinuaron desde la propia empresa encargada de la ejecución de las obras. El tiempo apremia y las expectativas, visto lo visto, no garantizan nada ante un futuro muy incierto.