Agricultura

La campaña de riegos del Alto Aragón arranca con su suministro "casi garantizado"

Los principales embalses de la comunidad están por encima del 90% de capacidad tras las últimas lluvias

Esta situación contrasta con la de la margen derecha del Ebro, instalada en una sequía alarmante

El embalse de Yesa ha tenido que soltar agua durante las últimas fechas.

El embalse de Yesa ha tenido que soltar agua durante las últimas fechas. / CHE

Arturo Pola

Arturo Pola

Las abundantes precipitaciones de este invierno, en especial las grandes nevadas de las últimas semanas, han aclarado el panorama de los agricultores del Alto Aragón (en lo relativo al agua), que viven el inicio de la campaña de riego en una situación infinitamente mejor a la de los dos últimos años, marcados por la escasez y la sequía. En la actualidad, la ocupación de los principales embalses de la comunidad, prácticamente llenos, garantiza al 100% el primer tramo de campaña y hacen ser optimista al sector de cara al año hidrológico completo.

«Lo de esta temporada no tiene nada que ver con las penurias que hemos pasado últimamente», respira aliviado José Antonio Pradas, presidente de la Comunidad General de Riegos del Alto Aragón, el mayor sistema de regadío de España y de la Unión Europea con más de 130.000 hectáreas. Pradas recuerda que en el inicio de la campaña anterior «los regantes tuvieron que empezar sus acciones con cupos y con restricciones desde el minuto uno», algo con lo que, sin embargo, este año no van a tener que lidiar. «Ahora hay que ver cómo se comporta el deshielo, pero si todo va normal creemos que la campaña está casi garantizada», augura Pradas.

Buena parte de culpa la tiene el saludable aspecto de los pantanos. La cuenca del Ebro se encuentra a más del 70% de su capacidad (10 puntos más que el pasado curso) y la situación de la margen izquierda, según la Confederación Hidrográfica del Ebro, es «espectacular». Mequinenza, el que más agua puede abarcar en la comunidad, contenía ayer un total de 1.281 hm3, lo que supone un 93,4% de su capacidad. Similares datos registran los demás embalses que más agua suministran a los regantes. Mediano está al 94% de llenado, El Grado al 96,1%, Yesa al 90,3%, La Sotonera al 95,2% y el de Búbal, al 85,2%. Cifras que han logrado rebajar el nivel de alerta continuo que los regantes tienen cuando se habla de agua. De momento, el cultivo de cereal de invierno ya la tiene asegurada. 

Primordial

«Para nosotros tener garantizado el riego es primordial. Cualquier recorte ahí es un recorte en la cuenta de resultados. Si tienes un 30% menos de agua, vas a ingresar un 30% menos de beneficios. Es así de simple», analiza el presidente de la Comunidad General de Riegos del Alto Aragón. Además, esta garantía permite a los agricultores «una mejor planificación, disminuyendo nuestro margen de error». Sin embargo, Pradas asegura que se ha pedido, a pesar de su abundancia, ser «particularmente escrupulosos» con su uso y con su eficiencia. «Venimos de dónde venimos y sabemos que para transformar el agua en alimento hay que utilizarla bien. Sabemos que es un recurso escaso», subraya el altoaragonés.

En la misma línea habla David Solano, el responsable del Área del Agua de UAGA. «Tiene muy buena pinta la campaña, aunque ya hemos aprendido a no lanzar demasiado las campanas al vuelo», comienza. «De momento hay que reconocer que no estamos preocupados por el agua», añade el representante sindical, que también compara la «tranquilidad» con la que se está viviendo el inicio de la temporada de riegos con la tensión de los dos últimos años. «Es una pena que los embalses no puedan guardar todo lo que ha llovido», reflexiona Solano, apuntando a que los pantanos tienen estos días que «hacer juegos de equilibrio» para dejar un margen de capacidad para tener capacidad de reacción en caso de posibles crecidas en un fenómeno que se denomina de laminación. 

El contraste

Sin embargo, la calma y la confianza en la situación hidrológica de la margen izquierda del río Ebro se torna en preocupación cuando el sindicalista habla de la situación que viven sus compañeros agricultores de la margen derecha. «Me dicen que la situación, que ya era mala el año pasado, ahora es bastante peor», afirma Solano. Desde la Confederación Hidrográfica del Ebro confirman que la cabecera y el eje del Ebro, con las unidades territoriales del Huerva y del Guadalope, en Aragón se encuentran en una situación de «máxima alerta». Por ejemplo, en el río Huerva, las más de 1.600 hectáreas dependientes del regadío se surten del embalse de Las Torcas, que depende de la CHE, y de otro propio (Mezalocha). Las Torcas se encuentra al 16 % de su capacidad de llenado con 1 hm3 sobre los 6 que tiene de capacidad total. Lo que sólo garantiza, a día de hoy, los abastecimientos y el caudal ecológico o el buen estado del río. En este 2024, de momento, su situación es «complicada» y si la meteorología no lo arregla no podrán desarrollar la campaña de riegos 23-24 convenientemente.

En las otras unidades territoriales de la margen derecha del Ebro correspondientes a Aragón, está en alerta la del río Guadalope, con los embalses de Santolea, Calanda y Caspe por debajo de los valores normales para este tiempo. Sin embargo, esta situación no es tan crítica como la emergencia, y, además, estos embalses se pueden complementar con otras fuentes de suministro, lo que haría peligrar en menor medida la campaña de riego.

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