Sanidad

Casi uno de cada tres aragoneses es alérgico y cada vez hay más afectados

Las sequías son un gran enemigo para los pacientes, que cada vez son más jóvenes

"Si no llueve, la atmósfera no se limpia y el polen se acumula", explica Beatriz Pola, alergóloga del Centro Médico Zaragoza

La alergóloga Beatriz Pola realiza una prueba de alergia a una paciente en su consulta

La alergóloga Beatriz Pola realiza una prueba de alergia a una paciente en su consulta

Arturo Pola

Arturo Pola

Se acerca la primavera y eso es sinónimo para muchos aragoneses de estornudos y de picor de nariz y de ojos. Según los datos de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (Seaic), alrededor de un 30% de los españoles es alérgico y esa es una tendencia que continúa al alza. Tanto es así que para el año 2050 se calcula que la mitad de población mundial será alérgica.

El espectacular incremento en los últimos años de la enfermedad es complicado de explicar para los expertos y no tiene una respuesta válida al 100%, aunque existen varias hipótesis al respecto. «Para explicar ese aumento existe la teoría de la higiene, que dice que cuanto más se cuida a los niños desde su nacimiento y más se les trata de proteger, más vulnerables se vuelven al entorno medioambiental y, por tanto, en el momento que se exponen pueden volverse más indefensos», explica Beatriz Pola Bibián, alergóloga del Centro Médico Zaragoza. Una teoría que podría explicar también que cada vez la detección es más temprana. «Tenemos pacientes muy jóvenes. Los estudios afirman que el paciente alérgico se hace, no nace. Una alergia se puede desarrollar de niño, pero también de adulto», subraya la doctora.

El problema está en el aire

Aunque por definición los meses primaverales son en los que más presente está la alergia, lo cierto es que esta enfermedad está presente durante todo el año. «Las altas temperaturas han adelantado la polinización del ciprés y ya la gente empezó con síntomas a final de enero, aunque esto no quiere decir que la primavera se haya adelantado. Cada polen tiene su momento, pero, ahora, al haber más gente alérgica se nota más y se habla más del tema», reflexiona la especialista. «Ahora llegará el turno del platanero, luego vendrá la gramínea, el olivo, la salsola....vienen los meses más complicados, especialmente para los polialérgicos, que tienen sensibilidad a varios tipos de polen», augura la doctora Pola. «Además, hay un hongo, la alternaria, que está muy presente en Zaragoza y que da síntomas todo el año», añade la doctora, que recuerda que, sumadas a las ambientales, hay otros tipos de alergia como las alimentarias, a fármacos o por contacto que están presentes sin depender de la fecha del calendario.

La alergóloga Beatriz Pola en su consulta

La alergóloga Beatriz Pola en su consulta / María Muñoz

Que los pacientes sufran más o menos las consecuencias de la alergia depende del clima. «Lo primero, son las lluvias. Si en otoño y en el comienzo del invierno llueve mucho, la vegetación que nace y crece es más numerosa y, por tanto, poliniza más», analiza la especialista. «Luego, independientemente de eso, si durante la primavera llueve mucho, la atmósfera se limpia de polen y los pacientes acusan menos su alergia. En cambio, si son meses secos, el polen se acumula, el aire no se refresca y los pacientes se sienten fatal», explica. Por ello, las habituales sequías de los últimos años son un enemigo para los alérgicos y la previsión de pocas lluvias para los próximos meses pueden convertir la primavera que está a punto de empezar en un viacrucis para ellos.

Aunque no es fácil eliminarlos por completo, los diferentes tratamientos para la alergia han demostrado ser muy efectivos para sus síntomas. El primero es la prevención. «Lo ideal sería evitar la exposición, pero eso con el polen, que está en el ambiente, no se puede. Por ello hay que llevar siempre encima la medicación», recalca la especialista. La toma de antistamínicos orales, los sprays nasales, los colirios para los ojos y los inhaladores para los asmáticos son los tratamientos más eficaces para el momento álgido aunque la doctora Pola recomienda también la inmunoterapia: las vacunas son curativas: «Son un remedio a largo plazo, pero mejoran mucho la calidad de vida del paciente alérgico».

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