Entrevista | Jordi Hereu Ministro de Industria y Turismo

Jordi Hereu: "Deseo y espero que la gigafactoría de Stellantis en Zaragoza sea una realidad"

"Aragón tiene suelo, agua, energías renovables… Son puntos fuertes para la atracción de inversión de proyectos industriales"

"Al automóvil y una agroalimentación ascendente, estoy seguro que esta comunidad va a sumar una industria más tecnológica"

El ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu, en una  estancia del hotel Ciudad de Binéfar durante su visita a la localidad el pasado viernes.

El ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu, en una estancia del hotel Ciudad de Binéfar durante su visita a la localidad el pasado viernes. / JAIME GALINDO

A Jordi Hereu i Boher (Barcelona, 1965), ministro de Industria y Turismo, le gusta pisar el territorio, hablar con la gente y conocer in situ la realidad de zonas que suelen escapar del foco mediático. Le pesa quizá su impronta localista, como exalcalde de Barcelona. Así lo demostró el pasado viernes durante su larga visita a Binéfar con motivo del Foro Rural Somos Litera, que lleva once ediciones reuniendo a ponentes de primer nivel en este pujante rincón de Aragón. 

La participación de Hereu en la jornada, que tiene como padrino a Josep Antoni Duran i Lleida –nacido en la vecina localidad de Alcampell–, no fue meramente protocolaria ni aquello de tocar chufa e irse, como ocurre a menudo con la asistencia de las altas autoridades a este tipo de actos. El ministro no perdió comba. Siguió parte de las mesas y ponencias, se reunió con el presidente de la comunidad, Jorge Azcón, mantuvo encuentros con empresarios locales y clausuró el foro con un apasionado discurso a favor del mundo rural. También tuvo tiempo para atender EL PERIÓDICO DE ARAGÓN en esta entrevista donde analiza los retos de su cartera ministerial.

La industria es un sector determinante para el presente y futuro de Aragón. ¿Qué se puede esperar de su gestión en esta comunidad?

La suma de muchos factores, como la experiencia de la crisis de 2008 o la pandemia, han hecho ver la necesidad de aumentar la autonomía estratégica de Europa y, por tanto, de España. Esto ha generado un impulso y una recuperación de la fuerza de las políticas industriales. Uno de los grandes objetivos del Gobierno del que formo parte, que tiene que ver con una estrategia europea, es la reindustrialización. La defensa, el desarrollo y la transformación del tejido productivo. Es importante para España y Aragón. Nuestro ministerio tiene la responsabilidad de aplicar recursos que no existían hace ni cinco ni diez años para fomentar la transformación de la industria y fortalecerla. Un volumen de recursos que nunca antes hemos tenido. El presupuesto del ministerio de 2023 es cinco veces el de 2018 gracias a los programas Next Generation.

¿Cuál es su plan para lograr esa reindustrialización?

Por un lado, acometer todos los Pertes que tenemos en marcha, que van desde la automoción al agroalimentario, los chips, el sector farma y, uno que es muy transversal, como el de descarbonización, que ayuda al esfuerzo de transformar energéticamente muchos sectores. Me gusta ver todo esto expresado en la realidad concreta de cada autonomía o municipio. Los Pertes al final tienen nombres y apellidos. Por eso he venido a La Litera. Me interesa aproximarme a la realidad. En Binéfar, por ejemplo, hay una empresa como Fribín (industria cárnica) que podrá recibir una ayuda del Perte alimentario para mejorar sus procesos.

¿La falta de Presupuestos Generales del Gobierno en 2024 afecta a sus políticas?

Sinceramente no. Los fondos de los Pertes los estamos aplicando y no cambia nada. En otros tipos de ayudas, la verdad es que partimos de un buen presupuesto de 2023, cuya prórroga nos permite trabajar adecuadamente. Y creo que es importante preparar bien 2025.

El sector del automóvil es un puntal de esta comunidad. La planta de Stellantis en Figueruelas aspira a una nueva plataforma de producción del grupo (STLA Small) para garantizar su futuro. ¿Recibirá las ayudas suficientes para lograrlo?

Con Stellantis, como con cualquier otra empresa de la automoción, estamos trabajando. Sabemos de la importancia estratégica de la compañía. La tiene la planta de Figueruelas, que es una de las más grandes de España. En el Perte VEC I ya se le asignaron 59,1 millones, fundamentalmente para el tema de baterías (fábrica). Y como anunciamos el viernes, esta semana han salido resoluciones del segundo Perte VEC –de la línea B— con las que aplicamos otros 54,4 millones a la planta para la electrificación y mejoras de la cadena de montaje. Ya llevamos 113,4 millones asignados a Figueruelas, que es evidente que tiene toda la posibilidad de presentarse a nuevas convocatorias.

"Lo que nos expresan desde el grupo es que las plantas de Figueruelas y Vigo son muy competitivas y que tienen la voluntad de afrontar su transformación"

El otro gran proyecto de Stellantis es una gigafactoría de baterías en Figueruelas, ¿se hará realidad?

Es un objetivo absolutamente deseable, no solo para el ministro, sino por todos.

Pero no se acaba de amarrar a la espera de que reciba un mayor apoyo público tras quedarse con una cuarta parte de lo que pedía en el anterior Perte VEC y de lo concedido a iniciativas similares como las de Seat o Envisión. ¿Cuándo llegarán esos fondos?

Cuando se presenten a las diferentes convocatorias. Hay que recordar que tenemos tercer Perte VEC, que hemos ampliado hasta 500 millones, y habrá un cuarto.

¿Peligra esta gran inversión?

No quiero especular sobre esto. Tengo confianza en que los procesos irán bien. Le toca a la empresa presentar los proyectos, que tienen una gran importancia. Deseo y espero que todo vaya bien y sea una realidad. 

¿Cree que puede escaparse el proyecto?

Creo que no. No puede ser, digamos. Entre otras cosas porque España tiene muchas plantas que son muy competitivas. Venimos de una enorme y larga trayectoria de Stellantis en nuestro país. Solo espero que le podamos añadir muchas décadas de fabricación, ahora con claves nuevas, de movilidad eléctrica.

¿Se ha reunido con el CEO del grupo, Carlos Tavares?

No. Me he reunido con ejecutivos europeos. Tenemos mesas permanentes de trabajo con Stellantis, al igual que con otras empresas. Hay una relación permanente. Hace dos meses recibimos a máximos responsables europeos. Lo que nos expresaron es que las plantas de Figueruelas y Vigo son muy competitivas y que tienen la voluntad de afrontar su transformación, para lo cual se presentan a los Pertes porque, como es lógico, precisan ayudas públicas.

"Es necesario un plan de estímulos para la compra de coches eléctricos que sea claro para el mercado"

El arranque del coche eléctrico en España va lento.

Somos un gran país productor de automóviles, el segundo de Europa. La verdad es que los resultados de las diferentes marcas en España han sido muy positivos en 2023. A esto hay que añadirle un empuje en la demanda nacional. Esto pasa por generar un plan de estímulos e incentivos que sea claro para el mercado y nos permita ir ganando cuota de movilidad electrificada. También en dar soporte a toda la infraestructura de recarga, que ha tenido una evolución positiva, pero hay que dar claridad y certeza al consumidor. Si logramos estas dos cosas daremos un salto.

Las empresas están también muy pendientes del Perte de descarbonización.

Hasta el 17 de abril está abierta la línea uno, de 1.000 millones. Mi mensaje es que se presenten las empresas, a esta línea y a las que vendrán. Los Pertes están para agotarse. También el del Agro, que tendrá una segunda convocatoria en el segundo semestre dotada con 300 millones. Y la empresas que se beneficiaron del Agro 1 cobrarán íntegramente las ayudas en abril.

¿En qué ha quedado el Perte Chip y la inversión de Broadcom, a la que aspira Aragón?

Hay miles de millones dedicados a esta industria que nos parece estratégica. Forma parte de un elemento fundamental para la industria del futuro. Hace unas semanas anuncié una comisión de verificación que aprobará próximamente las resoluciones provisionales del Perte Chip de microelectrónica que gestiona nuestro ministerio, que suponen ayudas por 125 millones. Habrá una segunda convocatoria con 200 millones adicionales.

En las empresas industriales preocupa la propuesta de Trabajo de reducción de la jornada laboral.

El aumento de la productividad en muchos sectores hace que, sin el debate político de ahora, ya haya habido reducción. En muchos convenios esto es una realidad. Otro tema es cómo se implementa. Deseo que sea a partir del diálogo entre los agentes sociales, que tan buenas lecciones nos han dado al tomar decisiones por acuerdos.

¿Hay negociaciones para la llegada de empresas a Aragón?

Aragón tiene suelo, agua, gran capacidad de generación de energías renovables… Son puntos fuertes para la atracción de inversión de proyectos industriales. Es un magnífico espacio donde, a una tradición automovilística y una agroalimentación ascendente, estoy seguro de que se sumará una industria más tecnológica y digital, donde puede jugar un papel muy importante.

Ha nombrado las renovables, donde esta tierra es un líder nacional, pero existe una creciente reivindicación de que haya un mayor consumo de energía allí donde se produce y poder así generar riqueza, por ejemplo, con comunidades energéticas en los polígonos para rebajar el coste eléctrico.

Sí, es un buen principio. Es absolutamente legítimo el que se diga: si somos grandes productores de energía, está bien exportar a otras zonas, pero tiene que ser también un recurso para la reindustrialización y el fomento de la industria en Aragón.

El turismo tiene un peso creciente en Aragón, ¿cuáles son sus prioridades en esta materia?

España es un país líder. Cuando uno tiene esta posición, uno podría optar por no hacer nada porque todo va bien, o ir generando políticas para mantener este liderazgo, como estamos haciendo, a través de una sostenibilidad triple: económica, ambiental y social.

¿Cómo encaja nuestra comunidad en esa estrategia?

Puede ser muy beneficiosa para Aragón desde el punto de vista turístico. Estamos trabajando para desestacionalizar, diversificar productos y redistribuir flujos. Una comunidad con tantos valores naturales, históricos, culturales… es una de las beneficiarias de esta visión. ¿Por qué? Porque luchamos contra la hiperconcentración y por redistribuir. Aragón tiene un gran potencial en este sentido. Hay que recordar que hemos invertido en los últimos años 110 millones en Aragón en planes de sostenibilidad turística, en mejorar el producto, crear nuevos elementos.... Hay un gran potencial turístico pero se debe generar más producto desde Teruel a los Pirineos, valores hay que poner en el mercado y en el circuito, sobre todo, internacional.

¿Se trata de no morir de éxito?

No morir de éxito en algunos sitios y, al mismo tiempo, repartir equitativamente los beneficios del turismo. Por eso en Aragón hemos invertido en patrimonio histórico o estamos reformando e impulsado paradores. Necesitamos desconcentrar, que los que nos visitan del mundo descubran los mil y un valores que hay en España y que no son tan conocidos. Esto beneficia a aquellas comunidades que históricamente no han sido epicentro del turismo.

En su visita a Binéfar se ha hecho visible la protesta agraria, ¿cómo ve los problemas del campo?

Hay una creciente conciencia de que el ámbito rural es estratégico, sobre todo tras todo lo vivido en los últimos años. El sector agroalimentario es básico y no se puede dar por sentado. El reto demográfico, que pasa por afianzar población en el territorio, se basa en que haya prosperidad, lo que depende en gran medida de la sostenibilidad de la agricultura y la ganadería. Es un debate europeo porque allí se marcan las reglas. Hay que escuchar y trabajar con los interlocutores sociales. Hay retos importantes: todos los componentes de la cadena de valor se tienen que ganar la vida. Esto es un principio fundamental. Tenemos la suerte tener un ministro de Agricultura como Luis Planas, que se bate el cobre en Europa y tiene un conocimiento profundo de estos asuntos.

¿Qué relaciones mantiene con el Gobierno de Aragón?

Muy constructivas. Tenemos un sentido muy institucional de las relaciones. Estamos colaborando con Aragón y lo haremos en muchos de los retos que tenemos. La relación es buena, como es obligado que sea. Una cosa es el debate político y otra la colaboración en el día a día.

¿Qué espera de las elecciones catalanas?

Una apuesta decidida por pasar página y empezar una nueva época. Cerrar una etapa que ha tenido costes para Cataluña y España y abrir una nueva de un gobierno que se dedique a impulsar políticas muy necesarias y concretas, que restablezca los valores de la unidad de los catalanes y fortalezca también la inserción de Cataluña en España. Esto pasa por tener un presidente que se llama Salvador Illa, una persona que puede aunar muchas visiones diferentes en torno a un proyecto estratégico de Cataluña. Que además le da una gran importancia a lo que se ha descuidado en los últimos años allí: las políticas públicas para fortalecer los servicios en muchos temas. Desde la educación al agua, la energía, la seguridad… No hay ninguna región o país que si se divide gane fortaleza y capacidad de impulsar proyectos. Es alguien que además sabe escuchar la diversidad de Cataluña y también sabe que España es diversa.

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