LA LUCHA CONTRA EL FUEGO

Olba (Teruel) lucha contra el fuego como antaño: las vacas, al monte

El Ayuntamiento de Olba ha desarrollado un proyecto de prevención de incendios forestales con el pastoreo planificado de un rebaño de vacas y la posterior limpieza de las parcelas donde se han alimentado a lo largo del último año

El incendio de Teruel: "Un monstruo que evidencia que esto va a ser habitual"

Un rebaño de vacas pasta en una de las parcelas del término municipal de Olba. | AYUNTAMIENTO DE OLBA

Un rebaño de vacas pasta en una de las parcelas del término municipal de Olba. | AYUNTAMIENTO DE OLBA / A. T. B.

El espíritu emprendedor es una condición inherente al carácter de los habitantes del medio rural aragonés casi como una forma de supervivencia para desarrollar un proyecto de vida en los pueblos. No hay grandes empresas que ofrezcan cientos de puestos de trabajo, sino que los lugareños abren negocios o cogen el relevo de otros tras la jubilación del panadero, el carnicero o el carpintero que, años atrás, tomaron ese camino por iniciativa propia. Es el mismo espíritu que ha llevado a los vecinos de la localidad turolense de Olba a ponerse manos a la obra para cuidar el entorno en el que han decidido desarrollar su proyecto de vida y prevenir los devastadores efectos de los incendios forestales, tal y como sucedió en marzo de 2023 al arder 900 hectáreas entre el término del citado municipio y el del aledaño de San Agustín. Y lo han hecho como antaño, con las vacas en el monte.

Así lo explica a EL PERIÓDICO DE ARAGÓN el alcalde de Olba, Federico Martín, orgulloso de un proyecto que ha comenzado «todas las mañanas» con el pastoreo planificado de un vecino de Gúdar, José Pascual, y su rebaño de vacas en ocho zonas que ha servido para limpiar alrededor de 260 hectáreas. El terreno se ha dividido en pequeñas superficies –«a la vaca le obligas a que se coma esa parcela», explica Martín– que han alcanzado parajes locales conocidos como Los Pertegaces o los Ramones. «Todas las zonas por las que han pasado las vacas han quedado muy limpias», asevera el ganadero. «Los animales son cortacéspedes naturales», enfatiza el regidor de Olba.

El trabajo de los Agentes de Protección de la Naturaleza (APN) y la colaboración vecinal ha sido clave en la siguiente fase del proyecto con el aclareo de las zonas con mayor densidad de arbolado y el desbroce manual de zonas herbáceas y arbustivas. Y el ciclo ha concluido con el tractor triturador que convierte en serrín la madera para luego aprovecharlo los propios vecinos.

El terreno, ya limpio, tras el paso de las vacas.

El terreno, ya limpio, tras el paso de las vacas. / AYUNTAMIENTO DE OLBA

Se trata de una respuesta espontánea a la amenaza de la que fueron testigos el año pasado con un incendio que puso en jaque las tierras que, sin ser de su propiedad, consideran como suyas. «Esto nace de la necesidad de frenar la masa boscosa que está avanzando sin control porque las costumbres y los hábitos de la gente del campo se están alejando de estas actividades. Ha de regresar el campesinado porque son los guardianes de la tierra», sostiene Álvaro Sainete, técnico de manejo de ganado y promotor de la iniciativa.«Es un riesgo enorme porque Olba está catalogada como zona negra de incendios y el año pasado vimos el peligro real. Ha habido zonas en las que las vacas han llegado hasta las paredes de las casas», prosigue.

El balance del proyecto es más que satisfactorio, de ahí que los impulsores pretendan exportarlo a otras zonas de la comunidad aragonesa como, por ejemplo, la Sierra de Albarracín o el Bajo Aragón. Pero no es oro todo lo que reluce porque el proyecto se ha paralizado momentáneamente ante la falta de ayudas institucionales. «Debido a la sequía y a la falta de apoyo de la DGA, hemos tenido que retirar el ganado a otras zonas de mejores pastos, pero con la intención de volver», dice el alcalde, que confía en recabar apoyos públicos o fondos privados con los que perpetuar una forma natural de combatir el fuego. «Ha funcionado», finaliza. 

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