El Periódico de Aragón

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CASADEMONT ZARAGOZA

Los retos del Casademont Zaragoza

El equipo aragonés estrena temporada con el objetivo de no sufrir como la temporada pasada, recuperar la estabilidad perdida tras dos años convulsos y enganchar a la grada

Martin Schiller da instrucciones durante un entrenamiento en el Príncipe Felipe. ANGEL DE CASTRO

El Casademont Zaragoza está ya en plena cuenta atrás para comenzar una nueva temporada, un nuevo proyecto con el que persigue competir mejor que la temporada pasada y encontrar la estabilidad que ha perdido en los últimos años. El equipo de Martin Schiller tiene por delante, además, un inicio exigente con dos partidos en tres días en la primera semana de competición. El jueves visitará al siempre complicado Obradoiro y el sábado se estrenará en casa frente al UCAM Murcia.

La pretemporada, como todas, ha dejado pocas certezas absolutas. Todavía hay piezas y roles que encajar en el equipo y queda comprobar cuál va a ser la respuesta de tantos debutantes en la competición más exigente de Europa. Solo habrá un aragonés en la primera plantilla, Javi García, y de momento parece fuera de las rotaciones de Martin Schiller, a tenor de los visto en los últimos partidos. Con una sola competición la lógica dicta una rotación de diez jugadores y el zaragozano no está entre esos diez. Pero hay más alicientes locales. Poder ver en algún momento a jugadores como Aday Mara y Lucas Langarita será otro de los incentivos del curso, aunque sin competición europea esta posibilidad será más complicada salvo problemas físicos en la plantilla.

El Casademont Zaragoza viene de dos temporadas convulsas, con demasiados cambios de entrenadores, jugadores y hasta dirección deportiva. La campaña pasada se dio la vuelta como un calcetín en plena competición cambiando toda su parcela deportiva, lo que no impidió que el equipo peleara por la vida hasta el último segundo. La salvó con algo de fortuna casi sobre la bocina, pero la salvó al fin y al cabo.

Ahora se pone en marcha el primer proyecto completo de Toni Muedra, que ha confeccionado una plantilla joven, buscando una mayor resistencia física, con jugadores versátiles que den más opciones al técnico y permitan al equipo mantener un elevado ritmo de juego durante los 40 minutos. Cinco de sus seis fichajes serán debutantes en la Liga Endesa, lo que eleva a incógnita cuál será su rendimiento. También se estrena en España Martin Schiller, técnico austriaco de 40 años con poco pero buen currículum y que pretende dejar su sello en la ACB. La defensa es la piedra filosofal de su baloncesto y el trabajo con los jóvenes uno de los avales con los que se presentó en Zaragoza.

El primer objetivo del equipo aragonés debe ser salvar la categoría y no sufrir tanto como la temporada pasada. Un buen rendimiento deportivo, además, es la única llave (lesiones aparte) para que la plantilla sufra los menos cambios posibles y la temporada no se convierta en un baile de jugadores y técnicos como las dos anteriores. Construir un proyecto requiere tiempo y confianza, pero también necesita de resultados que aporten tranquilidad. Sobre esa base el equipo podrá intentar pelear por recuperar una plaza europea, la gran prioridad del club para dar de mayor estabilidad económica al proyecto.

Hay otro objetivo pendiente en el Casademont Zaragoza en los últimos años y que en este aparece señalado en rojo. El club celebra sus primeros 20 años de existencia desde que se pusiera en marcha la temporada 2002-03 con el sueño de recuperar la ACB para Zaragoza. Ese sueño ya es una realidad pero los dos últimos cursos han sido decepcionantes para la grada. Recuperar masa social, volver a enganchar a la ciudad con un equipo aguerrido, con el que sea fácil identificarse más allá de los resultados, convertir al Casademont Zaragoza en una cita imprescindible en la agenda de los aficionados al baloncesto es otra de las tareas pendientes para Martin Schiller y sus pupilos.

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