Entrevista |

Gracia Alonso: "Estoy orgullosa de haber formado parte de este momento en la historia del club y la ciudad"

La exjugadora del Casademont Zaragoza repasa en una entrevista su año en el equipo y su salida, confesando que echará de menos a la Marea Roja

Gracia Alonso de Armiño se toma una fotografía con una aficionada tras un partido de Eurocup.

Gracia Alonso de Armiño se toma una fotografía con una aficionada tras un partido de Eurocup. / ANGEL DE CASTRO

David García Arlegui

David García Arlegui

Hay jugadoras que dejan un calado especial en los lugares por donde pasan. El caso de Gracia Alonso de Armiño va más allá, habiéndose convertido en un icono en su única temporada en Zaragoza por su carisma y su garra. Ahora, la jugadora se marcha del Casademont en busca de nuevos retos y atiende a este diario, risueña aunque algo triste, confiesa, desde la concentración de la selección española de 3x3.

¿Cómo ha vivido los últimos días? ¿Ha recibido muchos mensajes de la afición?

Tampoco me muevo mucho en las redes, aunque me llegan mensajes y comentarios que comparten conmigo. He recibido muchos mensajes y lo que he leído ha sido súper emotivo. Era un secreto a voces, aunque nadie esperaba que llegase el momento nunca. Yo tampoco. Es una ruptura de caminos, pero todo sigue y se continúa creciendo y optando por otras oportunidades. No es un 'hasta nunca' y siempre podré volver. Para mí han sido muy importantes en todos los triunfos que hemos conseguido. No han dejado de ser un aporte de energía y de intensidad. Lo hemos compartido todo con ellos y se han volcado tanto que da pena marcharse. Lo hago con una lagrimilla [ríe].

Decide despedirse de la afición con un poema, algo poco habitual. ¿Qué significan sus palabras?

No me quería extender mucho con una parrafada dando explicaciones. No es que no me salga, sino que podría enrollarme diciendo muchísimas cosas y, al final, intenté ser concisa. Me senté a escribir y me salieron esas palabras. Quise expresar que aunque la plantilla cambie y las jugadoras vengan y vayan, Zaragoza siempre va a estar ahí. Aunque parezca que todo cambia, la estructura siempre se mantiene y los aficionados son los que van a seguir yendo al pabellón. Es la esencia del club, los que lo respaldan. Ellos siempre seguirán siendo la Marea Roja. Ha sido un año inolvidable, histórico y muy difícil de repetir, y estoy súper orgullosa de haber formado parte de este punto en la historia del club y de la ciudad. Quise transmitir que tampoco quiero que se olviden de mí ni de que hemos dejado una huella. De cara a las niñas y niños que quieran jugar y continuar siendo profesionales, que sepan que no tienes por qué destacar en una cosa a nivel particular. Puedes formar un conjunto de jugadoras que se dediquen a diversas funciones o dispersar las tareas para un objetivo común como es ganar. Siempre hay piezas clave que hacen funciones diferentes y, para conseguir la victoria, todo debe funcionar correctamente. Nunca se deja de crecer, y yo también estoy mirando por mí como jugadora con el objetivo de crecer y continuar con diferentes proyectos. Cada día eres más vieja, y todas pasamos por etapas. Así es la vida, por eso me inspiré de esa forma.

El grupo ha estado unido en lo bueno y en lo malo. ¿Qué parte de culpa tiene este vestuario del gran éxito del Casademont Zaragoza?

Ha tenido una importancia clave. Cuentan también todas las vivencias, los viajes y lo que hemos compartido todas. Debes tratar de llegar a una dinámica en la que sea óptimo el día a día, que la gente venga con ganas de entrenar, mejorar, trabajar y tratar de buscar una identidad. El hecho de que fuera así entre partido y partido, en dos competiciones, hacía que saliésemos más rodadas y con oportunidades de jugar en los dos partidos por semana que teníamos. El buen grupo y la gente con ganas y dispuesta a hacerlo bien ha sido la clave del éxito.

Era la última ministra de defensa del Casademont Zaragoza tras las salidas de Carmen y Lara.

Se ha disuelto el ministerio [ríe]. Es cierto que estábamos en un segundo plano en la rotación, aunque al final se intentan construir diferentes quintetos que le dan diferentes perspectivas al partido cuando se necesita. Nosotras nos dedicábamos a hacer lo que mejor sabemos hacer, que es atacar desde atrás. Un buen ataque siempre viene de una buena defensa, es lo básico que se enseña en las categorías de formación. A nivel anotador y ofensivo, teníamos una brutalidad de jugadoras destacadas, así que nuestra intención era cubrir las necesidades que se requerían. Que se disuelva me da mucha pena. A todas nos hubiera gustado quedarnos, pero vas viendo que en noviembre renuevan a algunas compañeras, en febrero más de la mitad de la plantilla ha renovado y tú no… Y te planteas cosas. Incluso después de la Copa de la Reina sigue sin haber oferta y te están llamando otros clubs interesándote por ti, te están contando otros proyectos que tienen contigo por lo que han visto que puedes hacer… A mí me parece que han llegado tarde y la oferta que me hicieron era inamovible, no hubo negociación de ningún lado. Me da lástima porque es un proyecto ilusionante. A cualquier jugadora le gustaría estar en un banquillo de Euroliga, pero hubo un conflicto de intereses, no ha habido acuerdo y, como jugadora, apuesto por mí. Me valoro más de lo que se me ha podido valorar, por mi consideración es lo que creía y esa es la razón de mi marcha.

¿En qué momento toma la decisión de marcharse?

La situación me estaba pareciendo un tanto violenta. He hablado con otros entrenadores de otros equipos aún durante la temporada y con partidos por jugarse. El simple hecho de ir al Príncipe Felipe a entrenar sin ni siquiera tener oferta de tu propio club me resultó un poco violento. Quise hablar con ellos y me ofrecieron lo que había, tampoco se explayaron más, y viendo la tesitura y lo que estaban intentando crear, he mirado por mis intereses. Es un negocio en el que eres una pieza del tablero y ellos también juegan con eso. No dudo de que el trabajo de directivo no es el más fácil del mundo, pero ellos han jugado sus fichas de esa forma. Así ha salido.

En la pista le ha definido un carácter único. Si el equipo demandaba defender con garra o tirar triples, ahí estaba. ¿Qué importancia le da a su capacidad de ser una jugadora ‘todoterreno’?

Es de una importancia brutal. Realmente, tampoco lo sabría definir porque es algo instintivo. A mí me sale solo, igual que me sucede con la enfermería. Es algo vocacional. Me viene por la forma en la que lo he vivido durante todos los años en los que he jugado: siempre se priorizaba el equipo. Nadie miraba estadísticas, solo se miraba el marcador y, si habías ganado, ibas a celebrarlo. Si habías perdido, se trabajaba en mejorar ciertas cosas a nivel grupal. Todo a nivel grupal: yo nunca he sabido cuántos puntos he metido o cuánto he contribuido a nivel estadístico. Es algo que no sabría explicar cómo sale, pero considero que es un trabajo importante y complicado de gestionar a nivel mental. No debes dejarte llevar por tus pensamientos e inseguridades, tienes que mantenerte fuerte. Cuando te salgan las cosas mal y te sienten, debes volver a salir y que se te haya olvidado lo malo que hayas hecho. Es algo que hace difícil el scouting: puedes parar a una jugadora ofensivamente cuando conoces sus armas, pero no sé como la paras a nivel defensivo si es algo que te viene por cómo eres. Le doy muchísima importancia, que se valore es otra cosa. Puedes tener jugadoras ‘todoterreno’ y usarlas para lo que le convenga a la plantilla en un momento del partido. Éramos un plantillón y teníamos un equipazo y, si solo se me necesitaba para eso, es algo incluso alegre porque el fin común era ganar el partido. Si me sacas para algo, lo hago, y si acaba el partido y hemos ganado, nos vamos todas contentas. Por mi parte, no había resquemor, es en lo que te enfocas. Quizás otras jugadoras se van enfadadas porque no han tenido una actuación individual buena… Es algo difícil de gestionar y a mí me sale así [ríe].

Su idilio con la Marea Roja ha sido fantástico y se ha sabido ganar a la afición. ¿Cómo ha vivido esa parte de su estancia en Zaragoza?

Al principio, quizás intimidaba ver tanta gente al ir a jugar. No estamos acostumbradas a que hubiera tanto aforo en un partido normal de liga regular, incluso en los inicios en los que no nos conocían mucho, pero ya de por sí ha habido una cantidad de aficionados que no era tanta en otros clubs en los que he estado. Pude sentirme intimidada y me fustigaba mucho por mis errores porque veía a todo el mundo criticándome, todo ello en mi cabeza, claro. Al final, te quedas a hablar y a firmar autógrafos y te encuentras con mucha gente a la que le encanta lo que haces y te lo verbaliza. Quieren fotos contigo y autógrafos todos los fines de semana, da igual cuántos tengan que siguen queriéndolos. Poco a poco, fui ganando confianza en esa relación y abriéndome. A nivel anotador, quizá tampoco estaba siendo tan importante, pero no me afectaba tanto a nivel individual. Aunque fallara, seguía luchando e intentando recuperar la siguiente bola sea como fuere. Siempre nos han apoyado, animado y siempre ha salido la moneda de cara. Ellos han sido una parte importante de nuestros triunfos y voy a estar siempre muy agradecida.

Fuera de la pista, la gran victoria de este equipo ha sido enganchar a una ciudad entera, destacando niñas y niños, al baloncesto femenino.

Todo viene de la mano de los medios de comunicación, que hacéis un trabajazo a la hora de visibilizarnos y ofrecernos a la gente. Hace que las familias se quieran enganchar y disfruten del deporte, que los niños tengan sus referentes y puedan decir “quiero jugar como ella” y se involucren en algo distinto. Es deporte, es salud y colectivamente te ayuda a relativizar y saber que estás luchando por algo que es superior a uno mismo. Lo colectivo siempre va a ser mucho más gratificante que lo que puedas conseguir a nivel individual. Me hace muchísima ilusión que se hayan enganchado tanto, que comience a estrecharse la diferencia entre el baloncesto masculino y el femenino y que vengan a vernos por igual. Somos referentes de chavales también, y eso es una pasada.

En Zaragoza sabe que tiene casa y manda un “hasta pronto” a la Marea Roja en su despedida. ¿Le gustaría volver?

Por supuesto, pero cuando vaya al Felipe con otra camiseta no va a haber piedad [ríe]. Me quedaré a firmar todo lo que quieran, pero no habrá piedad.

¿Cuál es su siguiente paso?

Está por anunciarse algo que tengo cerrado desde hace un tiempo. Es un proyecto ilusionante en el que se me da cierto rol protagonista a nivel ofensivo y me hace mucha ilusión. Conocen y valoran mi trabajo de base y me apetece muchísimo. Los objetivos son muy ilusionantes y quiero seguir creciendo.

¿Qué planes tiene para este verano?

Estoy a tope con el 3x3, sin parar. Tenemos esta semana libre, pero llevo todo el mes de mayo entrenando para el 3x3, que supone cambiar el chip del 5x5 totalmente. Crees que conoces todo del baloncesto, pero siempre te sorprende en cuanto a aprender cosas nuevas cada día y a seguir con la mentalidad de esponja. Da igual la edad que tengas, siempre puedes aprender algo. Es verano, el tiempo acompaña y el 3x3 genera un ambientazo… Es una fiesta continua y es muy atractivo para que la gente venga a verlo. Para mí, es una forma de apostar por seguir en forma en verano y ganar algún premio que otro.

¿Qué le parece el Casademont Zaragoza 2023-2024?

Potente. Están haciendo un plantillón. No tengo experiencia en Euroliga y no sabría mojarme en fichajes de este tipo, pero se está confeccionando un equipo con jugadoras que tienen experiencia en la Eurocup que sean capaces de dar el salto y tener su protagonismo. Lo que las definirá es el trabajo diario y lo que puedan crear como unidad. Les deseo lo mejor y, contra Zaragoza, se lo voy a poner difícil [ríe].