El infanticida de Delicias, Nosa Churchill Osarenmwida, que asesinó a su hija de 3 años degollándola en su domicilio familiar de la calle Domingo Ram en 2020, ingresará en un centro psiquiátrico para cumplir la condena impuesta que finaliza en septiembre de 2038. La sentencia ordenó 18 años de cárcel que se encontraba cumpliendo hasta ahora en el centro penitenciario de Zuera. Pero ahora será trasladado de inmediato tras conocerse los informes forenses, que le diagnosticaron una esquizofrenia paranoide con episodio psicótico agudo polimorfo, y sobre todo la aceptación unánime de todas las partes, incluida la Fiscalía y la acusación particular, de la petición de su defensa.
La sección número 3 de la Audiencia Provincial de Zaragoza dictó el pasado 7 de abril la sentencia que ordena su internamiento en un centro psiquiátrico “al considerarlo más adecuado para el tratamiento de la enfermedad mental que padece y para el cumplimiento de la pena de prisión impuesta”, aunque añaden los magistrados que la firman que se hace “sin perjuicio del criterio de los servicios médico-psiquiátricos de dicho centro y la propia evolución de su enfermedad, que permita su retorno a un centro penitenciario ordinario”.
La pena de 18 años se le impuso tras ser declarado culpable de asesinato por un jurado popular, pero su abogada, Carmen Sánchez Herrero, se dirigió a la Audiencia Provincial de Zaragoza para solicitar este internamiento en un psiquiátrico que se le acaba de conceder. Se le dio traslado a la Fiscalía y a la acusación particular y luego, durante el juicio, los forenses del Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA) señalaron que veían conveniente que fuera internado en el centro penitenciario para enfermos mentales de Fontcalent (Alicante). De hecho, se le aplicó la “eximente incompleta de alteración mental” en la sentencia firmada por el magistrado José Ruiz Ramo, que también recuerda el fallo de la Audiencia.
Así culmina un proceso judicial en el que han quedado probados también los hechos ocurridos aquel 14 de septiembre de 2020, cuando sobre las 23.00 horas en el domicilio familiar, el condenado, nigeriano y sin antecedentes penales, cogió un cuchillo de la cocina y entró en la habitación en la que estaban durmiendo sus dos hijos menores. Inmediatamente, cogió a su hija Iwinosa, que dormía en una cama pequeña junto con su hermano de 2 años, la arrojó sobre la cama grande y, con el cuchillo que llevaba, le asestó dos cortes, uno en el cuello y otro en la parte superior del tórax.
Esta agresión fue considerada por el jurado popular como alevosa y la pequeña murió de un shock hipovolémico con alto componente asfíctico sobre las 00.19 horas, poco más de una hora después.
A la hora de valorar lo que ahora ha decidido la Audiencia Provincial hay que tener en cuenta que ya en el juicio se expuso que el autor de este infanticidio ya había sido diagnosticado, en mayo de 2019, de “otro tipo de esquizofrenia. Episodio psicótico agudo poliformo. Dependencia al cannabis. Desarrollo paranoide de temático celotípica”.