La Policía Nacional investiga a un padre por maltratar a sus hijos en Zaragoza

Los gritos procedentes de una vivienda de Zaragoza alarmaron a un vecino que no dudó en marcar el 091 para alertar de que algún tipo de agresión se estaba produciendo al otro lado de la puerta de su rellano. Oía gritos como de una mujer, lloros. Parecía que era un nuevo caso de violencia machista, pero no, un hombre acabó detenido por maltratar a los hijos. Los menores ya están bajo protección de los Servicios Sociales del Gobierno de Aragón. 

Ocurrió el pasado jueves sobre las 15.30 horas en un domicilio del zaragozano barrio de La Almozara. Allí llegaron varias patrullas de la Brigada de Seguridad Ciudadana de la Jefatura Superior de Policía de Aragón a quienes les abrió la puerta el hombre que acabó siendo detenido. Este explicó que es viudo y que vive con dos hijos de 16 y 14 años, pero que no ha pasado nada en el interior de la vivienda. 

Por si acaso, los agentes entraron en la vivienda y realizaron una inspección. La sorpresa se la llevaron cuando se encontraron con un tercer niño, de 12 años, en una de las habitaciones. Estaba en una de las dependencias del piso como si estuviera castigado. Solo, a oscuras y tumbado en la cama. Al ir a hablar con él, los policías vieron que había estado llorando y se percataron que tenía varias marcas rojas e incluso moradas como si hubiera sido azotado. Sobre un radiador encontraron un cinturón con su hebilla. 

Rápidamente, los funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía preguntaron a los otros dos menores y al padre sobre qué era lo que había pasado. Sin embargo, dijeron que no sabían nada. 

8 años en la capital aragonesa

Ante ello, los agentes acordaron arrestar a E. S., ghanés de 69 años, y trasladar a los tres menores al hospital Materno Infantil de la capital aragonesa para hacerles una revisión y para curar las heridas que presentaba la víctima. Allí, los sanitarios comprobaron que llevaban ocho años en Zaragoza, que tenían un pediatra asignado, pero que en el sistema no consta ninguna vista a la sanidad pública, además de no haber sido vacunados de nada. 

Ante ello, la Unidad Adscrita del Cuerpo Nacional de Policía al Gobierno de Aragón se hicieron en un primer momento cargo de los niños para, posteriormente, ser acogidos por un familiar de los menores con vigilancia de los Servicios Sociales del Ejecutivo autonómico. 

Ahora será fundamental la labor de los psicólogos y asistentes sociales que ayuden a los menores a contar lo que estaban viviendo, pues tenían dificultades de comunicación, tanto el idioma como por temor por la situación vivida. El hombre está a la espera de pasar ante el juez.