SUCESOS EN ARAGÓN

El acuchillado en El Gancho niega que la droga esté detrás del ataque

La víctima declara ante Homicidios que Riad se escondió el cuchillo entre la ropa

El herido evitó otra cuchillada y solicitó auxilio en el centro de salud de San Pablo

Las cámaras de videovigilancia instaladas en la calle Cerezo de El Gancho permitiieron identificar al agresor. | MIGUEL ÁNGEL GRACIA

Las cámaras de videovigilancia instaladas en la calle Cerezo de El Gancho permitiieron identificar al agresor. | MIGUEL ÁNGEL GRACIA / a. t. b.

El joven marroquí de 18 años que fue apuñalado en el tórax el pasado 19 de julio en El Gancho ya ha ofrecido su versión de los hechos al Grupo de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía de Aragón. De acuerdo al relato de Oussama ante los agentes, no existiría ningún asunto de tráfico de drogas de por medio, el agresor –Riad Roumani– se aproximó a él con un cuchillo de cocina de 30 centímetros de hoja escondido bajo la ropa e intentó asestarle, sin éxito, una segunda cuchillada. El motivo, apuntó la víctima, esperar a su novia en la calle mientras ella se cambiaba de ropa.

Este fue el discurso que Oussama defendió ante los agentes este pasado martes, un día después de recibir el alta médica tras permanecer ingresado seis días en el Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza. Dicha declaración se completará a principios de agosto con su primera comparecencia ante el juez, concretamente, ante el titular del Juzgado de Instrucción número 5 de la capital aragonesa. Asistido por el letrado Franciso Javier Antoranz, continuará arrojando luz sobre lo sucedido, si bien su primera declaración policial se mueve en la línea de la ofrecida por su novia el día de los hechos.

Ese mediodía del 19 de julio, su pareja sentimental ya había relatado a la Policía Nacional que no solo había entrado en escena Riad, sino también otro vecino del barrio, de nombre, Abderkarim. Fue este último quien comenzó a reprochar a Oussama que estuviera esperando a su novia a las puertas del inmueble donde ella reside en la calle Cerezo y le acabó reprendiendo con un fuerte golpe que le dejó "aturdido". Su camiseta acabó rota.

Unos minutos después, irrumpió Riad en la citada vía y, mientras se acercaba a él, también le reprochó su actitud al grito de "¡tú no puedes estar ahí!". Oussama quiso incidir especialmente en que él nunca vio el arma homicida hasta que Riad le espetó una primera cuchillada casi en el corazón seguida de una segunda, si bien logró esquivarla fortuitamente porque se estaba cayendo al suelo.

En este sentido, la víctima explicó al Grupo de Homicidios que llegó como pudo al centro de salud de San Pablo, próximo al punto exacto donde se desencadenó la agresión. Allí terminó perdiendo la consciencia como consecuencia de una herida incisa en el tórax que incluso llegó a rozarle el corazón y, de hecho, ingresó en la unidad de cuidados intensivos (uci) del Miguel Servet con pronóstico "muy grave". Permaneció seis días ingresado, dos en la uci y tres en planta, hasta que los profesionales sanitarios del centro hospitalario le dieron el alta este lunes 24 de julio.

Con todo ello, a Riad Roumani se le imputa un delito de homicidio en grado de tentativa. No obstante, tanto la víctima como su novia coincidieron en que el desenlace podría haber sido otro muy distinto si no hubieran tenido tan cerca un centro de salud y, entonces, hubieran esperado la llegada de un ambulancia. Ambos hablan de "otro final" en referencia a esa cuchillada que le perforó el pulmón y le rozó el corazón.

Desde la Jefatura Superior de Policía de Aragón son conscientes de que Riad es un joven muy violento y peligroso. Así lo atestigua el profuso currículum delictivo de este argelino de 23 años en situación irregular en España. Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado contabilizan más de una veintena de antecedentes, entre ellos, robos con violencia, amenazas, lesiones, tráfico de drogas, receptación de objetos robados previamente y okupación de inmuebles. Desde el pasado 19 de julio suma también un delito de homicidio en grado de tentativa que, en el caso de ser condenado por la Justicia, se debería conmutar con su expulsión de España tal y como queda estipulado en la Ley de Extranjería.