El Palacio Matutano-Daudén, un alojamiento con un gran valor histórico y artístico, abre sus puertas en la localidad turolense de La Iglesuela del Cid y las reservas de habitaciones pueden hacerse desde mañana, 3 de junio.
El edificio de este hotel de cuatro estrellas, edificado en 1773, fue declarado Monumento Nacional en 1931. Se ha conservado su fachada e interiores para lograr un diseño «que combina la tradición, el lujo y la excelencia», según indicaron los propietarios. «Aunque también se ha realizado una importante labor de restauración para, de esta manera, crear un ambiente acogedor y confortable», añadieron.
Cuenta con 35 habitaciones dobles y con una gran suite, que ha mantenido el estilo de decoración tradicional que los últimos señores del palacio utilizaron como residencial personal.
Uno de los servicios más destacados del hotel es su restaurante Torre de los Nublos, del que también pueden disfrutar aquellos que no necesiten alojamiento y que solo quieran «tener una experiencia gastronómica única». Este hace una clara apuesta por la sostenibilidad, ya que ofrece cuidadas elaboraciones basadas en productos de proximidad y de temporada, que suministran pequeños productores locales.
Todas ellas están maridadas con vinos ecológicos de proximidad, que reflejan la apuesta decidida por una cocina respetuosa con el medioambiente, el bienestar de sus comensales y la preservación del territorio y sus habitantes.
Por otro lado, «las vistas son espectaculares», indican los dueños. «Desde los grandes ventanales del salón, al otro lado de la recoleta plaza Mayor, se puede vislumbrar la Torre del Homenaje, como único vestigio del castillo templario que protegía Iglesuela del Cid en el siglo XIII», matizan.
Otro de los servicios destacados es que cuenta con una zona de Spa & Wellness. Esta incluye una sauna seca, baño turco, solárium, duchas aromatizadas y una bañera de hidromasaje.
La ubicación de este palacio en La Iglesuela del Cid, cuyo casco histórico fue declarado Bien de Interés Cultural en 1982 por conservar importantes edificios, civiles y religiosos, ejemplares de la arquitectura realizada en Aragón desde la Edad Media, es otro de los atractivos.
La Iglesuela también destaca por disponer de uno de los telares más antiguos de Aragón, que permanece en activo desde el año 1746.
Además, el Palacio Matutano-Daudén pretende ser «el campamento base» desde el que conocer otros lugares de la comarca del Maestrazgo, entre Teruel y Castellón.
