Es joven, tiene talento y unos apellidos que le han abierto las puertas del universo de la música. Luis Rodrigo Rabal ha sacado a la venta su segundo trabajo discográfico titulado No me toca , un álbum que rezuma rock por todos sus costados y que la pasada semana vino a promocionar a Zaragoza.

Después de su aplaudido El mundo no es un mar de rosas , este joven madrileño de 24 años vuelve a los escenarios con un disco que incluye doce canciones cargadas de sonidos rockeros que salen "de lo más profundo del corazón" con la ayuda de su inseparable guitarra. "He querido plasmar todo lo que he aprendido en estos últimos años", explica Rodrigo, que se confiesa autor y compositor de todas sus creaciones.

El resultado es "un trabajo cargado de fuerza y energía". Un álbum muy rockero que habla de las sensaciones y sentimientos que ha tenido este músico a lo largo de los dos últimos años a diferencia de su primer trabajo, "que fue mucho más personal e íntimo", concluye.

Acostumbrado al ajetreo característico de una familia de artistas, Rodrigo reconoce que desde pequeño se ha criado entre miles de discos. "Descubrí la música muy pronto por el ambiente que había en casa", explica. Prueba de ello es que a los 7 años ya conocía a Elvis aunque, como él dice, "eso no determina en el hecho de que puedas sentir la música o no".

Luis Rodrigo asegura que no se acostumbra a la fama y que firmar autógrafos le pone muy nervioso. De hecho, reconoce que el cambio que ha experimentado su vida en los últimos años "le desborda". No obstante, ahí estarán su padres, Teresa y Eduardo, para tranquilizarle y darle sabios consejos dada su experiencia profesional en el mundo de la música. "Confío plenamente en ellos, no tomo ninguna decisión sin consultarla antes con los dos, explica esta joven promesa.