EL SIGLO DE LAS MUJERES

AUTOR Lorenzo Mediano

EDITORIAL Onagro Ediciones

PÁGINAS 385

Explica Lorenzo Mediano que este ensayo nació de su novela El secreto de la diosa, que se desarrollaba al comienzo del Neolítico, cuando los varones humanos descubren el secreto de la concepción y van imponiendo su jerarquía social, que antes venía definida por el matriarcado. Desde hace unos 13.000 años, según el autor, vienen dominando los hombres sobre las mujeres y los símbolos viriles como falos, carneros y toros se imponen sobre las diosas del Paleolítico. Porque en las edades del hielo y de la caza, según explica, dominaron las mujeres a los hombres por espacio de más de un millón de años.

"Para mí, el origen de la necesidad de dominio --asegura Mediano-- es el deseo del varón de saber que sus hijos son suyos, no por razones económicas de herencia, sino porque creen que es una forma de soslayar a la muerte, de hacerse eternos".

El autor sostiene que la permanencia del estado en celo de la hembra en la especie humana no permitía el control de la procreación por parte de los varones. Demasiado tiempo para vigilar. En el presente siglo, los anticonceptivos, los análisis genéticos, la presencia de máquinas que sustituyen la fuerza física; el estado de derecho y la sociedad de la información son elementos que determinan un vuelco en la preeminencia de los roles, en favor de las mujeres.

Lorenzo Mediano ha dado un salto muy arriesgado de la novela al ensayo. Las hipótesis antropológicas o sociológicas que desplegaba en sus novelas sobre la vida en el Paleolítico, tienen que pasar por el filtro crítico de la ciencia, al proponerse como temas de ensayo. En primer lugar, sorprende la ausencia de citas y de bibliografía. El discurso transcurre como en una novela. Asegura Mediano que su etapa como médico de supervivencia le ha dado "un instinto para distinguir lo que es de la naturaleza, de lo que son construcciones culturales".

Lo difícil de aceptar en este libro es ese colegueo en el lenguaje, ese humorismo doméstico que continuamente perpetra el autor a la hora de explicar las cosas, buscando, o más aún, contando de antemano, con la anuencia de un tipo de lector muy numeroso que durante años le ha sido fiel: el de sus novelas.