Uno de sus objetivos antes de afrontar la escritura de esta monografía era “la veracidad, hay que buscar la verdad aunque a veces vaya contra el mito”. Y eso incluye, destaca el historiador y escritor Carlos Mas Arrondo, “tener claro que si Pablo Gargallo no hubiera tenido a su vez un Pablo Gargallo moderno, hoy su obra estaría en el Museo Nacional de Arte de Cataluña y su autoría probablemente no tendría trascendencia. Su principio de originalidad solo está en tres aspectos: descubrir la máscara como género, coger el hierro y mutarlo en un material escultórico y aflorar el vacío cuando juntaba las placas de hierro”. Contundente y explicativo se ha mostrado el propio Mas Arrondo en la presentación del libro Pablo Gargallo. La luz habitada (Prensas de la Universidad de Zaragoza) que se celebró, como no podía ser de otra manera, en el museo dedicado al artista, en un acto en el que ha estado acompañado por la vicerrectora de Cultura y Proyección Social, Yolanda Polo; y por la vicealcaldesa de Zaragoza, Sara Fernández.

El libro, la primera monografía sobre el escultor de Maella, nace, según su autor, “con vocación universal de llegar al ciudadano para el que se debe elaborar cultura”, y en él se encuentra un “relato organizado de manera clásica, de la vida a la muerte”, dividido en seis capítulos. En ellos, ha indicado Mas Arrondo, se describe el aspecto y la personalidad del autor, su producción artística, las interrelaciones con sus principales amigos, un análisis exhausto de la obra Gran profeta, la consumación como artista y su fallecimiento; así como uno dedicado a contextualizar la investigación formal del aragonés en relación con las vanguardias coetáneas.

El autor de esta obra, “que espera que sea solo la primera monografía dedicado a este escultor”, ha indicado que una de las claves de este trabajo es que ha “intentado contextualizar a Pablo Gargallo en todos los ámbitos” porque “hay que huir de esos especialistas que estudian a un creador desde sí mismo para divinizarlo por temor a restarle la originalidad”. Todo, ha dicho el propio Mas Arrondo, entendiendo que estamos en una época en la “nos interesa conocer la intrahistoria de los artistas, su carácter, su personalidad, su fisionomía…”. Y, por eso, ha estudiado no solo a Pablo Gargallo sino también a su núcleo familiar y a sus amistades y, “al cruzar esas informaciones, he podido alumbrar algo de su concepción del arte y la estética porque si nos quedamos con lo que dejó escrito sobre cómo entendía el arte son solo cinco folios pero rastreando en conversaciones cruzadas se encuentra más información. Y queda claro que, por mucho que se haya dicho, Pablo Gargallo es un intelectual que trabaja con las manos. Un hombre que era la coherencia máxima ya que su austeridad en vida la trasladó a su obra”.

Lo que puede aportar este Pablo Gargallo. La luz habitada, explica el propio escritor es el “trabajo intelectual de suministrar por encima de los medios, sentido y significado a las cosas porque no es lo mismo describir que explicar ni explicar que comprender”. Y ahí es donde Mas Arrondo ha tomado riesgos ya que ha sacado su propia conclusión “tras seguir varias líneas de investigación, de lo que está gritando el Gran profeta. Si al lector no le das algo de riesgo…”. Y es que, ha insistido el catedrático de instituto, “este libro está hecho con la voluntad de que sea leído por la mayor capa de la población”.