Pese al escaso apoyo del área de Cultura del Ayuntamiento de Zaragoza, el Encuentro Internacional de Folklore Ciudad de Zaragoza (Eifolk) volverá a celebrarse este año. Será la XXXI edición de un festival totalmente consolidado en la capital y que en los últimos meses ha generado tensión entre la oposición y el departamento liderado por la vicealcaldesa Sara Fernández tras el recorte de la ayuda que pretendía ejecutar el consistorio. Más allá de toda la polémica, lo importante ahora es que el Eifolk volverá a llenar de color, baile y folclore de todo el mundo la capital aragonesa. Lo hará además después de que en 2020 no se pudiera celebrar de manera presencial y de una edición algo descafeinada en 2021 debido a la pandemia.

El encuentro, que tendrá lugar entre el 31 de agosto y el 4 de septiembre, contará con diez grupos de seis países (Burundi, Eslovaquia, India, Indonesia, Perú y España), así como de las comunidades de Galicia, Baleares, País Vasco y Aragón. El día grande del festival será el jueves 1 de septiembre. A las 10.30 horas se realizará la tradicional ofrenda de flores a la Virgen del Pilar y a partir de las 11.30 todos los grupos participarán en el desfile que recorrerá la calle Alfonso hasta la plaza del Pilar y que servirá para inaugurar oficialmente el Eifolk. Poco después también se celebrará la presentación de banderas y los grupos actuarán junto a la Fuente de Goya. 

«Este año necesitamos que los ciudadanos participen más que nunca para que luego no digan que el certamen no tiene buena aceptación», ha indicado este jueves en la presentación del festival su director, Ángel Martínez. En este sentido, y tras lamentar el escaso apoyo del área de Cultura del ayuntamiento, Martínez ha recordado que las entradas ya se pueden adquirir en www.eifolk.com (donde también está colgada toda la programación), en la web municipal y en las taquillas del Auditorio. 

Sara Fernández y Ángel Martínez, este jueves en la presentación del Eifolk. AYUNTAMIENTO DE ZARAGOZA

Las actuaciones en sí mismas de los grupos participantes comenzarán a las 19.30 del viernes 2 de septiembre en la sala Mozart del Auditorio, con la participación de formaciones folclóricas de Perú, Indonesia, Burundi y España (Aires de Albada). Un día después, y a la misma hora y el mismo lugar, actuarán los grupos de Eslovaquia, India y España (Galicia, Baleares, País Vasco y Raíces de Aragón). 

Ese mismo día 3 de septiembre, todos los grupos participarán en la actividad 'Ven a bailar con nosotros' (11.00 horas), en la fachada trasera de la Lonja. Las distintas formaciones bailarán sus jotas y posteriormente todos juntos bailarán una jota aragonesa creando una especie de 'flashmob'. «Queremos aprovechar que se está impulsando la candidatura de la jota a Patrimonio Inmaterial de la Humanidad de la Unesco», ha apuntado Martínez. 

El día 2 a las 19.00 horas se instalará una exposición de artesanía, trajes folclóricos e instrumentos musicales en la sala hipóstila del Auditorio, mientras que el domingo día 4 tendrá lugar ya la gala de clausura del festival (19.00 horas) en la sala Mozart con la actuación de varios grupos. 

El Eifolk, que está reconocido por la Unesco, celebra este año su 31 edición, si bien han transcurrido 36 años desde que el Ayuntamiento de Zaragoza y el grupo Raíces de Aragón impulsaran el evento por primera vez. A pesar de las «trabas y dificultades» (en palabras de Martínez), este 2022 se volverá a celebrar impidiendo que «se rompa una historia que comenzó en 1986». 

Martínez ha agradecido la ayuda de ayuntamientos como el de Mallén, Binéfar, Zuera, Ejea y Caspe al hacer posible la extensión del Eifolk y que no solo sea en Zaragoza, sino que en esos municipios también disfruten de la cultura de otros países.

Meses de polémica

La tensión entre los organizadores del Eifolk y área de Cultura del Ayuntamiento de Zaragoza no ha dejado de crecer en los últimos meses. Todo comenzó el pasado mayo, cuando la vicealcaldesa Sara Fernández anunció el recorte en la ayuda al festival. Desde entonces comenzó una polémica en la que también se introdujeron el resto de grupos municipales. De hecho, fue la oposición unida en bloque la que obligó a mantener la ayuda en esos 50.000 euros. Este jueves, la vicealcaldesa ha dicho que «nunca ha querido que dejara de existir el Eifolk», pero lo cierto es que esa reducción en la aportación municipal llegó a poner en serio peligro la celebración de un festival que lleva más de 30 años vinculado a la ciudad.

La rueda de prensa en la que se ha presentado este jueves la programación ha servido para limar asperezas. No en vano, en un primer momento, el área de Cultura no tenía previsto ceder la sala de prensa del consistorio para realizar la presentación. Al final, en un intento de calmar los ánimos, Fernández aceptó incluso participar en la presentación, aunque los distintos puntos de vista han vuelto a salir a colación en la rueda de prensa.

Así, por ejemplo, la vicealcaldesa ha reconocido que ella apostaba por que el festival tuviera «un nuevo formato», quizá más actual a los tiempos que corren, pero el director del ciclo, Ángel Martínez, ha zanjado que el Eifolk siempre ha sido un certamen de raíz «y no de danza experimental». La vicealcaldesa ha reconocido que se pidió recortar la partida con la intención de que lo aportaran otras instituciones (en referencia a la DPZ y la DGA), porque el ayuntamiento también corre con los gastos de producción. «No entiendo por qué algunos grupos de la oposición no lo apoyan en el resto de instituciones», ha indicado. Y para próximas ediciones ha incidido en que reclamará que participen otras instituciones (lo que deja la puerta abierta a nuevas polémicas de cara a 2023). Sea como sea, Martínez prefiere mirar hacia adelante, centrarse en la celebración del Eifolk, y «dejar de hablar de toda esta podredumbre».