El Periódico de Aragón

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Crítica de Javier Losilla de Miguel Ríos en el SoNna: Las hojas ardiendo de la canción de septiembre

El veterano rockero actuó este sábado en el penúltimo concierto del festival oscense

Miguel Ríos actuó ante 1.600 personas en la Cartuja de las Fuentes en Sariñena. SONNA HUESCA

Cuando la tarde expiró en la Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes (o de Monegros) salió la luna llena, enorme y brillante cono un sol de media noche. No era esa "luna de agosto madre y señora del vino" a la que cantaba Radio Futura, sino una de comienzos de septiembre transformada en 'Luna de Alabama' por Miguel Ríos a partir de la canción 'Alabama Song', firmada por Kurt Weill y Bertold Brecht, y que The Doors llevó a la cima de la popularidad. A Weill (y a Maxwell Anderson) debemos también 'September Song', pieza que viene pintiparada al caso: "Cuando el clima otoñal convierte las hojas en llamas, uno no está para perder el tiempo".

Miguel Ríos, 78 años, el artista que se fue para no volver pero regresó a los escenarios porque notó que comenzaba a oxidarse, ese viejo-joven rockero que nunca muere (obvió esa referencia sonora en el programa), actuó el sábado en el penúltimo concierto del festival oscense SoNna, en el exterior de la ya mencionada Lonja, en cuyo interior ya comienzan a brillar las otrora deterioradas pinturas murales de Manuel Bayeu, cuñado de Paco de Goya. Miguel Ríos, hoja en llamas a la manera de Weill, transformando la nostalgia en regocijo y el regocijo en nostalgia, acompañado por el Black Betty Trío (Gaby Pérez, pedal steel; Manu Clavijo, violín, y Luis Prado, piano) y por su compadre de composiciones José Nortes (guitarras), con un puñado de casi 30 canciones procedentes de su repertorio clásico y de 'Un largo tiempo', su disco más reciente.

Actuó Miguel Ríos, hoja en llamas a la manera de Weill, transformando la nostalgia en regocijo y el regocijo en nostalgia, acompañado por el Black Betty Trío

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Canciones atemperadas musicalmente por una formación que, ya habrán notado, está muy alejada de las grandes bandas con las que Miguel solía actuar; canciones que caminan de regreso a las raíces del rock y del blues y que recogen también atmósferas de otras procedencias sonoras. A fin de cuentas los espectáculos actuales del granadino son la pantalla de una tableta en la que escribe y reescribe su extensa y gozosa trayectoria musical. La ironía de 'Hola, Ríos, Hello', una  revisión sarcástica del 'Bye, Bye, Ríos' de su falsa despedida abrió el concierto. Con 'Bienvenidos' subió el ánimo a los ya más que maduros hijos del rocanrol que acudieron a la actuación; con 'Memphis-Granada' revisó su Historia y la más reciente de España. Un guiño a las canciones italianas del pre-rocanrol llegó con 'Maruzzella', de Renato Carosone, y tras festejar la noche mágica del 23 de junio (Por San Juan) recordó el regreso a su ciudad ('Vuelvo a Granada') y sus inicios musicales: 'All Shook Up' y 'La Plaga'. Luego, 'Cruce de caminos', 'Raquel es un burdel', la mencionada 'Luna de Alabama', 'A contra ley (sobre la leyenda de Jesse James), 'En la frontera' y 'Todo a pulmón' armaron un tramo que desembocó en 'No estás sola', 'El blues de la tercera edad' y 'El blues del autobús', antes de tomarse un breve descanso cubierto por los músicos con 'El volante' (composición próxima a la onda Fito Páez) y 'Estoy gordo'.

Y así quiso despedirse. Pero no, claro. No podía dejarse en el bolsillo 'El Río', 'Santa Lucía' y la también esperadísima 'Himno a la alegría'

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Y volvió Miguel a escena con el efecto 'Año 2000, el poema antibelicista 'Oración', 'La estirpe de Caín', 'Memorias de la carretera'; la pieza del argentino Moris 'Sábado a la noche' y 'Rock And Roll Bumerang'. Y así quiso despedirse. Pero no, claro. No podía dejarse en el bolsillo 'El Río', 'Santa Lucía' (unos días antes del concierto me dijo en una entrevista que si no cantaba esa canción la gente lo lincharía) y la también esperadísima 'Himno a la alegría'. Y entonces sí que llegó el final de un concierto intenso y repleto de detalles. Una velada de hojas en llamas y sin tiempo malgastado. Antes del adiós Miguel Ríos se mostró agradecido a un público que siempre le ha mostrado fidelidad. Lo hizo citando a Machado, pero alterando el sentido de las palabras del poeta: "Todo os debo, dijo", y añadió a don Antonio: "El traje que me cubre y la mansión que habito, el pan que me alimenta y el lecho en donde yago". ¡Bien-ve-nidos!

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