El Periódico de Aragón

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Opinión

Sobre el aragonesismo y la Generación Paulina

Si pensamos en el aragonesismo como sentimiento que nos impulsó a ser conscientes del significado de Aragón, podemos decir que en Teruel crecieron sus raíces

Carmen Magallón es la conductora del documental 'Años de luz'. Javier Calvo / Morroskos

Sin duda es con el paso del tiempo cuando es posible darse cuenta del sentido de los años vividos. Eso ha sucedido con la generación Paulina, primero con su delimitación como un grupo de alumnos y profesores que se estimaban y aprendían juntos y que también se adentraban en el conocimiento de la cultura entonces prohibida: obras de Lorca, cine de Luis Buñuel, obras de Goya...

Si pensamos en el aragonesismo como sentimiento que nos impulsó a ser conscientes del significado de Aragón, sus déficits y sus potencialidades, sus características, rasgos y su historia, podemos decir que en Teruel crecieron sus raíces. Porque ese sentimiento se fraguó en torno a Labordeta y sus canciones, que nos identificaron como un paisaje, una trayectoria, un pueblo. Y fue en aquellos años cuando Labordeta empezó a cantar Aragón, empujado sin duda por Eloy Fernández Clemente, del que podemos decir que es el padre del aragonesismo intelectual e histórico continuador de Costa. En las conversaciones entre ambos surgió 'Andalán', la revista que recreó y condensó el aragonesismo mientras existió como revista y ahora se cumplen los 50 años de su nacimiento.

En cuanto a los alumnos, tanto chicos como chicas, que nos juntábamos en el instituto, éramos esponjas: lo absorbíamos todo. Y también aportábamos. Veníamos de los pueblos de Teruel: ¡Y desde los once años pasábamos tres meses fuera de nuestras familias!, viviendo en residencia. El San Pablo, ellos; el Sagrado Corazón de Jesús, nosotras. Esa distancia de la familia nos cohesionaba, claro. De no ser así, no se cómo hubiéramos podido sobrellevarlo. Nosotros aportábamos conciencia desde abajo, desde nuestros pueblos, deseos de libertad, ganas de no defraudar a nuestra familia, pues éramos conscientes de lo que hacían por nosotros al dejarnos salir del pueblo. La canción de Labordeta "esas arcillas viejas/esas arcillas pobres/ sólo crían miseria/sólo producen hambre..." nos resultaba cercana. Una compañera, Maribel Torrecilla, escribió un poema sobre los mineros y sus vidas... Era de Utrillas.

En mi opinión, el Aragón consciente, creció en Teruel, entre la generación Paulina. Javier Calvo ha captado el fondo de lo vivido, ha nombrado aquellas vivencias como 'Años de luz', pues lo fueron, en medio de una dictadura que lo prohibía todo. Seguramente por eso, tanto entre nosotros -alumnos y alumnas- como hacia los profesores y profesoras, los que quedan y los que se fueron, mantenemos ese tipo de cariño duradero que se cuece en la infancia y adolescencia.

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