El Periódico de Aragón

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CINE ARAGONÉS

Crítica de 'La maternal', de Pilar Palomero (se estrena el viernes): Al rescate de infancias no tan perdidas

Es un gran canto a la vida, a las alegrías y a la belleza, pero además es un bisturí social que nos interpela bajo la ventana de la dignidad, la soledad y la impotencia ante los cuidados

'La maternal', de Pilar Palomero, llega a las salas de cine este viernes. LAURA SIPÁN

La última película de Pilar Palomero es inquietante y tierna. Es un gran canto a la vida, a las alegrías y a la belleza, pero además es un bisturí social que nos interpela bajo la ventana de la dignidad, la soledad, la impotencia ante los cuidados, pero también ante los misterios y los anhelos de una adolescente que va a ser y será madre.

El arranque maestro de ‘La maternal’ ya es suficiente para mostrar el carácter de su protagonista, una magnífica Carla Quílez a la que Palomero sigue con el hilo invisible de su cámara, con el que hilvana e inicia su humanista cosido narrativo.

Como sucediera con Andrea Fandos en ‘Las niñas’, la directora filma y firma un 'love-story' como pocos en nuestro cine, acompañando en todo momento a la menor, no solo en la acción sino también en lo más difícil, en los movimientos internos previos de la gran protagonista.

Una vez más, desde su guion Palomero acierta en decidir qué pasajes veremos y cuáles no para hacer sensible al espectador, relato de experiencias y propuestas para la imaginación que muestran la finura y la sensibilidad de la cineasta con el tema del filme.

Carla Quílez, a la derecha, es la protagonista de 'La maternal'. JORGE FUEMBUENA

Porque la película muestra en todo momento la batuta serena de su realizadora en clave de respeto, de dar voz y visibilizar, adoptando la distancia justa de intimidad ante el mostrar y no moralizar. Sus paisajes físicos y humanos coinciden con el cine español más profundo, pero también con el más indie, globalizado y universal.

Generosidad y verosimilitud coral

Como salidas de un cuento, las actrices que acogen a Carla aportan esa generosidad y verosimilitud coral que consigue el cine de testimonio, sea a la derecha de Ken Loach o a la izquierda de Icíar Bollaín, incorporando varias de las virtudes del género documental. Sirva de muestra la rueda de presentaciones en la bienvenida de Carla a la casa, durante más de once sinceros minutos.

Junto a ellas, en el desarrollo de ‘La maternal’ existen dos grandes actores palanca que con brillantez son punto de apoyo y resistencia: la despistada madre de Carla, también por hacer, que da vida Ángela Cervantes, y el cuidador de todas las habitantes y bebés de la residencia que interpreta Rubén Martínez.

Como ocurría con ‘Las niñas’, la tecnología está presente en la televisión como atmósfera, y ahora, además, con las pantallas y los smartphones, perfectamente retratados en el devenir de Carla, todopoderosa bailarina de TikTok y C. Tangana.

Aunque se trata de una preciosa película de silencios, la música y sus canciones reflejan ritmos y emociones, apegos y vínculos. Nunca Estopa ha tenido un homenaje tan grande, haciendo poesía su popular ‘Tu calorro’, versionada por La Húngara.

La cinta se cerrará para el respetable recordando su anterior hogar, la casa, el partido de fútbol y el paseo en bici de una Carla que ahora ya es madre y, siempre, un pájaro libre.

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