TRABAJO EN TORNO A LA OBRA DEL GENIO DE FUENDETODOS

El ‘Saturno’ de Goya sería Fernando VII devorando a España

Juan José Barragán reinterpreta una de las obras más famosas del pintor aragonés

El ‘Saturno’, de Goya, expuesto en el Museo del Prado.

El ‘Saturno’, de Goya, expuesto en el Museo del Prado. / MUSEO DEL PRADO

Daniel Monserrat

Daniel Monserrat

Llevaba 15 años explicando el 'Saturno' de Goya (una de las pinturas más llamativas del conjunto de las 'Pinturas negras') a sus alumnos de segundo de bachillerato y había observado «algunas peculiaridades en la misma, algunas partes de la obra que no tenían coherencia», empieza explicando Juan José Barragán, jefe del Departamento de Geografía e Historia y profesor titular de Historia del arte del IES Vega del Turia en Teruel. Y eso le llevó a estudiar a fondo la obra con la intención inicial de «señalar dos posibles elementos inéditos que hasta ahora habían pasado desapercibidos para los estudiosos».

Estos son un jirón de carne que se desprende del cuerpo de la hija devorada por Saturno y la cabeza de un cánido entre las piernas del gigante. «Es obra de un repintado posterior porque en la radiografía que tiene el Museo del Prado se aprecia que ahí Goya pintó un falo enorme, pero es evidente que para evitar el escándalo mayúsculo cuando el cuadro llega al Prado se repinta una cabeza de lo que parece ser un lobo encima», explica el historiador que si bien confiesa que no ha podido demostrar quién es el autor de ese repintando «todo apunta a la persona que la arrancó y sacó a lienzo, Martínez Cubells».

Un tirano mitológico

A partir de estos descubrimientos y cruzando los datos históricos (la vida de Goya, el reinado de Fernando VII y características del cuadro), Juan José Barragán llega a una reinterpretación del cuadro en la que «Saturno sería una representación del rey Fernando VII, en forma de un tirano mitológico, comiéndose a España». Y es que se sabe que uno de los defectos que tenía el monarca era macrogenitosomía por lo que se entendería el falo gigante pintado por Goya.

Detalle de la imagen del ‘Saturno’ rematando los posibles elementos inéditos.

Detalle de la imagen del ‘Saturno’ rematando los posibles elementos inéditos. / MUSEO DEL PRADO

Barragán, en realidad, va en la línea que ya podrían haber apuntado otros estudiosos pero que no habían terminado de rematar según asevera él mismo: «Glendinning era partidario de que Goya estaba retratando cuestiones satíricas de su tiempo en las 'Pinturas Negras' y Nordström, sin embargo, era partidario de los mitos, de que Goya era un ilustrado y pintaba mitos. Para mí, y para muchos otros expertos, era Glendinning el que estaba en lo cierto».

Pero, según la teoría de Barragán, la obra iría más allá ya que la hija que está devorando Saturno es la segunda que tuvo, Démeter, aludiendo al segundo golpe que perpetró Fernando VII en España en 1823.

Fecha concreta de la obra

Esto lleva también inevitablemente, a fijar una fecha concreta para la pintura: «Yo he descubierto que hay tres versiones en las paredes (hasta ahora se hablaban de dos únicamente). Me da la sensación de que cuando llegó a la Quinta del Sordo pintó temas joviales y, posiblemente debido al cambio de acontecimientos en 1823, un año antes de que se fuera a Francia, fue cambiando las versiones. Estaríamos ante la última obra que pintó dentro de su trayectoria profesional en España», afirma con rotundidad el investigador.

El programa iconográfico de las 'Pinturas negras' lo fue modificando Goya conforme lo realizado, y en el caso del 'Saturno', dice el citado estudio de Barrabás, «lo pudo improvisar en el último año de su residencia en la finca, posiblemente en el mismo año 1823 o 1824, al filo de los acontecimientos por los cuales terminó su vida como exiliado político en Francia, recogiendo la idea de Glendinning que opina que la obra de Goya refleja los cambios políticos».

El autor ya ha enviado el artículo al Museo del Prado, el Museo Reina Sofía, el IPCE (Instituto del Patrimonio Cultural de España) y a la Fundación Goya en Aragón, además de a las Universidades de Zaragoza y Salamanca. 

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