RESEÑA LITERARIA

Los libros aragoneses de Domingo Buesa: Pluma de plomo y Jaca en la novela psicológica

La verdad es que es un ejercicio interesante el propuesto por el autor, Iván Seral

Iván Seral López, con otro de sus libros publicados.

Iván Seral López, con otro de sus libros publicados. / EL PERIÓDICO

Domingo Buesa

Domingo Buesa

Les debo confesar que estamos ante una novela no de fácil lectura, más bien es un trabajo que nos obliga a estar muy atentos, tanto por todo lo que se nos sugiere como por lo que se nos oculta. Es cierto también que una novela como esta nos permite conectar con el mundo real, en el que vivimos, con el que peleamos todos los días. Y con esta publicación en las manos, tampoco se puede negar que la novela, en general, se ha convertido actualmente en una forma de estudiar el alma humana y las relaciones sociales. Por eso me parecen adecuadas las palabras de José Saramago explicando que “Hay personajes de novela que están más vivos que algunos que andan por allí”.

Y esta sugerencia del Nobel portugués es la llave que abre la lectura de esta segunda novela que ha escrito el joven jacetano Iván Seral López, un texto que él mismo define como “la historia de una alucinación, de una adolescente que estudia en el instituto de Jaca y que se crea un compañero ficticio, Cromán, al que su madre Anne Mett va descubriendo cuando ella les deja leer el diario”. Esta sería la escueta explicación que da el autor de un argumento que es complicado porque hay dos personajes que protagonizan el relato en primera persona: la hija y la madre, conviviendo además dos relatos que serían el que leemos nosotros y el que supuestamente lee la protagonista.

Construcción de un personaje fantasma

Dicho esto, les aviso que no puedo decirles nada del padre y esposo de las protagonistas, condenado a ser una sugerencia intencionadamente mal verbalizada, y que de la madre sólo podría explicarles que Anne Mett es una puritana inglesa documentada en 1600, una ciudadana americana de 1940 y una madre jacetana de 2022, pero seguramente no sea nada de esto o acaso no exista, que ese es el final que ustedes deben descubrir por sus propios medios. Incluso estaría bien que les avisara, al mismo tiempo que eché de menos más atención en la construcción lingüística, que otro de los aciertos de esta novela es la construcción de un personaje fantasma o invisible, que es un útil recurso narrativo porque permite convertir a alguien que no existe en un ser determinante en la marcha de los diálogos y de la narración de la vida de los que -por el contrario- sí existen. Les aseguro que es interesante navegar por estas páginas porque debo reconocer que es un libro escrito con un gran talento y que les enganchará desde el principio.

Avanzar por esta novela es reconocer con el escritor estadounidense Paul Tremblay que al personaje le “poseen las ideas” porque “a lo mejor esas ideas estaban flotando tranquilamente a nuestro alrededor, esperando a que alguien pensara en ellas”. La verdad es que es un ejercicio interesante el propuesto por Iván Seral, al que entiendo profundamente marcado por la novela psicológica, esa que ahonda en la conciencia de los personajes desde aquel relato de Genji, escrito en el Japón del siglo XI y considerado como la primera de este género. Con fidelidad a ese sentido de la novela psicológica el autor jacetano va describiendo los conflictos psicológicos que viven los escasos personajes que construyen el relato, analizando sus pensamientos en monólogos de cuidada escritura o en ese diario que se sugiere. El autor comparte con nosotros ese realismo subjetivo que le permite simultáneamente estar dentro de los protagonistas, hablando a través de ellos, y contemplando desde fuera cómo se mueven en los más clásicos escenarios urbanos y monumentales de la ciudad de Jaca. Casi un desdoblamiento que sigue las pautas del francés Stendhal porque es fácil descubrir que con absoluta frialdad pospone la narración a la descripción de los estados de ánimo.

Escenario de una novela psicológica

Como pueden ver es interesante abrir las páginas de este libro y comprender cómo la Ciudadela o la plaza de la catedral también se pueden convertir en el escenario de una novela psicológica, con la amiga de la protagonista leyendo mi libro 'Jaca. Historia de una ciudad' al convertirse en guía de una ciudad altomedieval. En todo caso merece la pena dedicarle unas horas a esta novela, a la espera de prepararnos para recibir nuevas entregas de Iván Seral, un jacetano en las tardes salmanticenses. Al fin y al cabo, dos ciudades universitarias como diría nuestro admirado Domingo Miral fundador de los primeros cursos de verano en España. Y desde esa universalidad del conocimiento está bien que abran las páginas de esta interesante novela y descubran un nuevo mundo, o quizás un mundo conocido que han vivido en su entorno más cercano. Todo escrito con una pluma de plomo que mencionan Romeo y Julieta al hablar del amor y con la curiosidad de compartir título con un montaje de la Escuela de Medios audiovisuales de Sevilla.

'PLUMA DE PLOMO. UNA ALUCINACIÓN DE CARNE Y HUESO'

Iván Seral López

BokyAM

139 páginas