Las Turbulencias de Javier Losilla: Magas, brujas y algo/ritmos

Juega el viento de abril gracioso y leve. Abre la puerta

Anna B Savage es una artista con talento, y su segundo álbum, 'In/Flux', lo certifica.

Anna B Savage es una artista con talento, y su segundo álbum, 'In/Flux', lo certifica.

Javier Losilla

Javier Losilla

Sabíamos que Anna B Savage era una artista con talento, y su segundo álbum, 'In/Flux' (City Stang / Music As Usual), lo certifica. Londinense afincada en Dublín, Anna atraviesa en sus canciones el lado inconsciente del amor, la memoria, los exorcismos, el deseo y el sexo («Lo que siento es hambre de más tiempo contigo», nos dice en 'Hungry'). En piezas como 'Crown Shyness', suena como la versión femenina y moderna de un doliente Brian Ferry. 'Say My Name' es paradigma de ese tipo de construcción sonora que arranca del fondo y se eleva hasta el cielo como un tornado. Sus juegos vocales encajan como guante de seda con los arreglos exquisitos, las mezclas instrumentales y la vitalidad de una canciones muy bien construidas.                                                   

«Fóllame hasta la muerte / ámame hasta que me ame a mí misma». Lana del Rey canta. Brillantemente. 'Did you know that there’s a tunnel under Ocean Blvd' (Iterscope / Universal) es su reciente y noveno disco. La voz, el piano, las cuerdas y los coros marcan el desarrollo. En ocasiones recuerda a Joni Mitchell. Apuesta por los tempos tranquilos para narrar historias familiares y su vida. Hay unas composiciones con atmósferas enrarecidas y otras en las que entra la luz con brío. 'A&W' es una de las más brillantes. Father John Misty, Tommy Genesis, Jon Batiste y Bleachers, entre otros músicos, colaboran en la visita de Lana al túnel secreto de Ocean Bulevard.                         

Lucinda Chua y la exposición Judith Prat

De padre chino-malasio y madre británica, la cantante, violonchelista y productora Lucinda Chua ha titulado su álbum de debut 'Yian' (4AD / Popstock!), que hace referencia a las golondrinas y a sus migraciones. «He estado viviendo en el cielo demasiado tiempo, esperando que alguien me lleve a casa», canta en Autumn Leaves Don’t Come. Lucinda indaga en la diáspora, en la melancolía y el anhelo. Su oferta es íntima, armada con piano y cuerdas vigorosas. Ravel y Sibelius pespuntean en ocasiones unas espléndidas exploraciones musicales.

'Brujas', de Judith Prat, se puede ver en el Centro de Historias de Zaragoza.

'Brujas', de Judith Prat, se puede ver en el Centro de Historias de Zaragoza. / JAIME GALINDO

La mirada de la fotoperiodista Judith Prat es audaz y comprometida. 'Brujas' (Centro de Historias, hasta el 4 de junio), su nueva exposición, traza el relato de quienes fueron llevadas a la horca o la hoguera entra los siglos XV y XVIII, pero desde el punto de vista de las víctimas, no de los verdugos. Centra su trabajo en el Pirineo, una de las zonas más azotadas por la ignorancia y la brutalidad de los acusadores. Y lo hace a través de retratos de mujeres actuales que, por sus oficios y actitud habrían sido consideradas brujas en otro tiempo. Todo eso, sin olvidar el pensamiento mágico de la época y el territorio. Las fotografías de Judith Prat abren una ventana de luz en el oscurantismo de la Historia. Así trabaja.                                            

El escritor Hervé Le Tellier ganó el premio Goncourt con a anomalía una novela brillante que planteaba la duplicación de un avión y sus pasajeros tras una tormenta. La serie 'Manifest' (Netflix) muestra un hecho parecido, pero con la desaparición de una aeronave que aterriza, sin que para sus viajeros haya pasado el tiempo, cinco años después de su despegue. Pueden imaginar el resto, y confirmarlo viendo este notable, en general, artefacto audiovisual.         

Ricardo de Querol y Hélène Gestern

 «¿Cuándo se jodió el Perú?», preguntaba el alter ego de Vargas Llosa en 'Conversación en la catedral'. ¿Cuándo ocurrió la gran fragmentación?, se interroga el escritor y subdirector de 'El País' Ricardo de Querol. Y responde que la vida conectada nos ha llevado ahí. A 'La gran fragmentación' (Arpa), un atractivo y necesario ensayo sobre las consecuencias de la era digital. De Querol, ni apocalíptico ni integrado, usando la vieja terminología de Umberto Eco, reflexiona con lucidez, platea preguntas, denuncia, lanza dudas y anticipa algunas respuestas sobre los gigantes digitales, las redes sociales, la inteligencia artificial, la cultura, la robotización el periodismo, la soledad, el sexo (y todo lo que uno quiera plantearse) en los tiempos convulsos de la revolución digital. «Lo que ya no es una opción es ignorar el cambio», advierte. Y le apostillo: a los negacionistas siempre les quedará Sinatra ('The World We Knew').

No hay narrador omnisciente en '555' (Periférica & Errata naturae), la fascinante novela de la francesa Hélène Gestern. Cada personaje es un capítulo que hace avanzar la historia contando sus movimientos en primera persona. Y trufando esas narraciones, el ladrón también narra sus cuitas. ¿El ladrón de qué? De la partitura de una sonata inédita, supuestamente escrita de puño y nota por Domenico Scarlatti. '555' es música, es un thriller que atrapa, es la vida y el destino, es los amores perros y las pasiones desatadas, es el triunfo y el fracaso, es la verdad y la mentira, es la ambición y la renuncia. Con prosa precisa, oiga.