OPINIÓN

Guardando las distancias: ¿Una repoblación cultural?

La cultura puede ser una herramienta a explorar para luchar contra el abandono

La era de Ascaso se convierte en un cine provisional.

La era de Ascaso se convierte en un cine provisional. / MUESTRA DE CINE DE ASCASO

Daniel Monserrat

Daniel Monserrat

Hay que ser realista, nadie sabe cómo combatir la despoblación, se han intentado muchas fórmulas, se han hecho muchas inversiones y se han legislado incentivos de toda clase pero la realidad es que el problema sigue ahí. Los resultados, sin entrar en si son buenas, regulares o malas medidas, no acaban de cuajar. Y es que probablemente no dependa de solo un factor y también exista algo de suerte.

En estos años, la cultura ha puesto sobre la mesa dos ejemplos de repoblación de dos pedanías al calor precisamente de dos proyectos culturales. Un caso está más que estudiado, hablo de Lanuza, enclave al que la celebración de Pirineos Sur le ha devuelto la vida, y a día de hoy goza de un buen estado de salud con oferta de turismo rural incluidas. Hay que reconocer también que probablemente sea un caso único en el que, justo es reconocerlo, la Diputación Provincial de Huesca dio con la llave y merced a un festival de música diferente a la oferta existente consiguió revitalizar todo un valle que ahora también rentabiliza los veranos y de qué forma.

Hay otro caso mucho más modesto que, sin embargo, merece toda la atención por la lucha que conlleva detrás y por lo que se ha conseguido prácticamente desde la nada. Ascaso es una pedanía de Boltaña que estaba abandonada, no tenía luz y ni siquiera contaba con una carretera asfaltada. Ahí, en ese lugar que la gente de la zona conocía por su reloj de piedra y por las pozas que hay junto al núcleo urbano, hace once años un grupo de locos decidió comenzar con la Muestra de cine de Ascaso, entonces promocionada como el festival más pequeño del mundo. Desde la modestia y teniendo que utilizar generadores en sus primeras ediciones para poder proyectar la película, la asociación Los Relojes ha conseguido ir construyendo una cita pequeña pero con todo el buen sabor que dejan las cosas artesanales. Cada noche de cada año se juntan alrededor de 300 personas en la era de la localidad para disfrutar de una película de actualidad la cual muchas veces está presentada por algún miembro de la producción. Y eso, desde el mundo rural, es prácticamente un hito. Miren a su alrededor si no se lo creen.

Logros para la población

El codirector de la muestra, Miguel Cordero, tiene claro lo que se ha conseguido en esta década: «Esta iniciativa demuestra que la organización de las gentes de un territorio en favor de proyectos comunes puede conseguir grandes cosas. En Ascaso, gracias a su Muestra de Cine, hoy podemos decir que se ha revertido completamente la despoblación. Tenemos la pista asfaltada, una nueva central fotovoltaica y eso ha permitido la llegada de nuevos vecinos y vecinas. Cuando hay una ilusión y un esfuerzo compartido, se consiguen mejor los objetivos y la propia dinámica hace que las gentes estemos más a gusto».

Este martes comienza una nueva edición de la muestra que cada año tiene que pelear también con otro enemigo, con que el dinero de las ayudas lleguen en un tiempo prudencial para no comprometer el futuro de la cita.

No digo que no se haya explorado el camino de la cultura para luchar contra la despoblación y soy consciente de que es muy difícil conseguir un equilibrio entre programar y conseguir un efecto de fuegos de artificio y una apuesta sostenible que consiga no la visita ocasional al lugar sino la permanencia en el mismo el resto del año. Pero merece la pena intentarlo y las instituciones no deben permanecer impasibles.