OPINIÓN

Guardando las distancias: La gran mentira sobre la Cultura

Hablemos claro, el verdadero gasto del área recae en las direcciones generales

Jorge Azcón es el nuevo presidente del Gobierno de Aragón.

Jorge Azcón es el nuevo presidente del Gobierno de Aragón. / ÁNGEL DE CASTRO

Daniel Monserrat

Daniel Monserrat

Los símbolos son importantes en todas las facetas de la vida y más en política (aunque yo soy el firme defensor de que todo es política). No fue ninguna sorpresa que Jorge Azcón alcanzara un pacto con Vox para convertirse en el nuevo presidente de Aragón. Pero el sector está expectante por lo que iba a pasar con el departamento de Cultura, primero en la estructura y, después, en su desarrollo. Y saltó la bomba, Cultura pasa a formar parte de la consejería de Presidencia e Interior. Es decir, durante estos cuatro años Tomasa Hernández  (de profesión jueza) estará al frente de la consejería de Presidencia, Interior y Cultura. Toma ya. Creo que es la única vez en la historia de cualquier administración española que se produce esta mezcla explosiva... o como la quieran definir.

Como decía, los símbolos son importantes y el mensaje que traslada el Gobierno de Aragón (fuera este o no su objetivo) es claro, Cultura se acopla allá donde nos venga mejor a la estructura y no donde e pueda trabajar más por ella.

Los habrá que me digan, y no sin parte de razón, que, en realidad, lo que importa es la dirección general y no la consejería del ramo ya que es la que verdaderamente va a trabajar en pos de ella. Sí y no. Estoy de acuerdo en que la verdadera gestión de la cultura viene desde los departamentos de las direcciones generales, pero asumir esto, nos lleva a la siguiente reflexión. El mantra que se lleva repitiendo de que hay que ahorrar en gasto público y en consejerías y, por eso, jamás en la historia de Aragón ha habido una consejería dedicada únicamente a Cultura, se cae por su propio peso. El verdadero gasto de la estructura (necesario, por otra parte, que nadie entienda lo que no es) recae en las direcciones generales que existen y seguirán existiendo estén en la consejería que estén. ¿Entonces? La conclusión más plausible es que la Cultura importa lo que importa y para este gobierno parece ser que le da igual que quede sepultada entre Presidencia e Interior. Curiosa solución por cierto cuando una de las mayores quejas del sector, reconocida fuera del foco por algunos de sus responsables en los últimos años, es que al estar incluida Cultura en Educación, esta acababa por engullirlo todo. Pues bien, ahora tendrá que compartir hueco con Presidencia e Interior. Casi nada.

Muy poco querida

La sensación que se instala en el discurso es que se quiere muy poco a la Cultura y que, a menudo, únicamente sirve para justificar determinadas acciones y, sobre todo, para contentar a la población sin que haya un plan ambicioso no solo para la exhibición sino para la creación y para la participación del ciudadano en la propia concepción cultural.

La legislatura acaba de empezar y se desconoce todavía en gran medida cuál va a ser la política cultural de este Gobierno de Aragón. En su debate de investidura, eso sí, Azcón habló del proyecto 'Reino de la luz' (a imagen y semejanza de 'Las edades del hombre' y del cancelado 'Corona de Aragón' de Luisa Fernanda Rudi) y de ir preparando por todo lo alto el bicentenario de la muerte de Goya que será en 2028. Nada nuevo bajo el sol.

El siguiente paso será saber quiénes van a ser los directores generales de Cultura y de Patrimonio para los próximos cuatro años. A partir de ahí es cuando se irá desvelando qué se quiere hacer en un área que, no nos engañemos, tiene mucho que ofrecer. ¿Estaremos a la altura? ¿Estarán a la altura?