LIBROS

Crítica de Javier Lahoz de 'Herencias del invierno': Campanadas a medianoche

Pablo Andrés Escapa no escribe ni una palabra fuera de sitio en ‘Herencias del invierno. Cuentos de Navidad’

El escritor pablo Andrés Escapa.

El escritor pablo Andrés Escapa.

Javier Lahoz

A mí la Navidad me aturulla un poco. Todo son prisas, compras, luces, comidas, cenas y brindis por nuevos propósitos. Reconozco que lo que más me gusta son los reencuentros. Amigos que se marcharon a vivir a otra ciudad y que de repente regresan por unos días. Y no sé muy bien por qué, pero también me gusta leer historias de ficción que transcurran en estas fechas y en sus correspondientes escenarios. Así que aquí y ahora os propongo uno de los libros más bonitos que he leído este año. Está escrito con sensibilidad y delicadeza, como si cada palabra hubiera sido pensada antes de ser escogida para finalmente ser plasmada. Son relatos que dejan un regusto a fantasía que a su vez sabe a realidad. Los personajes se mueven a otros ritmos y reciben otras miradas, nada semejante al vértigo que se impone en el mundo de hoy, donde lo efímero prima. En general me gusta la fuerza de los relatos porque reúnen verdad. Existen novelas con demasiada verborrea, páginas y páginas en las que no pasa nada o en las que pasa de todo, da igual. Los cuentos saben lo que quieren, y quieren que los demás lo sepan.

Como si de una serendipia se tratara, fue inesperado el enorme hallazgo que supuso descubrir a este autor, Pablo Andrés Escapa, que dota a esta brevedad mágica de numerosas certezas. El lector puede ir por otros derroteros, pero entonces será culpa de su imaginación, que se adelanta a los acontecimientos. El escritor no engaña en lo que escribe, más bien al contrario, pues no hay ni una sola palabra equivocada ni fuera de sitio. Es difícil decir lo justo y decirlo bien, sin florituras ni ornamentos y sin tener que rendir cuentas a la literatura. Porque lo suyo es literatura, de esa que escasea y que hay que observar con atención para luego saborearla y celebrarla. E incluso subrayarla, cosa que a veces hago sin ningún disimulo aunque después haya quien me mire con desconcierto. En estos grandes relatos hay niños e ilusiones, hay reyes que no lo son, hay hombres que irrumpen desde el subsuelo con aviesa intención, hay abuelas que convierten cualquier lugar en un hogar, hay chimeneas y bueyes, hay nostalgia por los oradores que nos acompañaron en nuestra infancia, hay escarcha, nieve, viento y refugio.

Deliciosa música para los oídos

La escritura se nutre de frases que se acompañan de deliciosa música para los oídos. En absoluto buscan el efecto navideño porque este está integrado en el contexto desde que aparece la primera mayúscula y hasta el mismísimo punto final. El frío se mete por dentro mientras los diálogos huyen de los tópicos, consiguiendo ser claros, escuetos y sencillos. La única realidad posible, en la que se incluye la que proporciona cierta magia, se construye con la mirada enriquecida de un narrador que tiende la mano a sus personajes y les anima a mantener vivo el espíritu que ha de perdurar. Es así como se construyen los clásicos. Me gusta recrearme en los párrafos, comprobar cómo se condensa en unas pocas páginas una historia, y después otra y luego otra más, que no aspira a ser lo que no es. Todo un logro en estos tiempos. Me gusta el estilo cálido de Pablo Andrés Escapa, me hace sentir en paz. Todo un logro en estos tiempos.

Al título de 'Herencias del invierno' le acompaña el subtítulo de 'Cuentos de Navidad', así que el contenido de esta bella antología no puede quedar más claro. Por si acaso hay despistados, ya no tienen excusas a las que agarrarse. Y la edición que ha hecho Páginas de Espuma, en tapa dura, con ilustraciones de Lucie Duboeuf y postales de obsequio en su interior, no puede ser más bonita. El regalo perfecto para estos días de compras, luces, comidas, cenas y brindis por nuevos propósitos. Porque no va a contribuir a nada de eso. En estos relatos no hay ruido, no hay excesos ni empachos, no hay parafernalias que busquen una llamada de atención. La vida se pasea por sus líneas con la mayor discreción posible y en ellas quedan dibujados rostros que son trazados con habilidad por parte, sin ninguna duda, de un observador implacable.

Hace ya más de dos décadas, alguien le encargó a este autor un cuento navideño. Imagino que le quedó redondo porque tomó por costumbre escribir uno cada año y compartirlo con sus amigos. Los diez que forman parte de este libro han salido de dicha colección y de inmediato han entrado en el imaginario de muchos lectores. Leer a Pablo Andrés Escapa es un viaje de ida que carece de vuelta. Será inevitable quedarse junto a sus libros. 

‘HERENCIAS DEL INVIERNO. CUENTOS DE NAVIDAD’             

Pablo Andrés Escapa             

Páginas de Espuma

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