OPINIÓN

Guardando las distancias: La retina que nace de los márgenes

Existen todavía pequeñas grietas que dan sentido a la creación desde lo poco convencional

Betacam musicó en directo ‘Espíritu sagrado’.

Betacam musicó en directo ‘Espíritu sagrado’. / PEDRO ANGUILA

Daniel Monserrat

Daniel Monserrat

En Zaragoza, esta ciudad en la que todavía hay gente que sigue con el mantra de que nunca hay nada en el que tratan de nadar los políticos para apostar por los «grandes eventos», hay, todavía, mucho más en lo que bucear. Hago un inciso antes de continuar, estaría bien que alguien definiera lo que es un gran evento. De momento, planteo una pregunta al aire, ¿la gala de los Premios de la Música Independiente lo es?

A lo que iba. Decía que en la capital aragonesa, insisto en lo de, por lo menos de momento, todavía hay pequeñas grietas a través de las que se puede disfrutar de iniciativas innovadoras que surgen de los márgenes y que crecen hasta crear marca de ciudad. De la de verdad. Un claro ejemplo de todo esto es el festival Retina que este sábado clausura su séptima edición ya plenamente consolidado (aunque casi da miedo hacer esta afirmación porque torres más altas han caído) con una propuesta que a priori podía sonar muy loca, pero que ha demostrado ser un ejemplo de muchas cosas. La primera, de que desde la originalidad todavía se pueden crear cosas nuevas. Pero, además, Retina es una demostración del trabajo interdisciplinar, de la esencia colaborativa que rige en muchas facetas de la cultura y de que la cultura se puede abordar desde muchos puntos de vista.

La mejor noticia, no hay novedad

La propuesta de Retina, afortunadamente ya no es una novedad y casi no hay que explicarla, se trata de componer nuevas bandas sonoras desde lo contemporáneo para películas de todo tipo llegando a resignificar en algún caso las propias producciones. Me sorprendió de una manera incluso perturbadora la sesión del Teatro del Mercado en la que se proyectó 'Espíritu sagrado', de Chema García Ibarra, con una banda sonora nueva creada por Betacam. Con un trabajo limpio y muy poco invasivo, 'Espíritu sagrado' crece hasta coger una dimensión que es posible que estuviera en la concepción del filme desde el inicio pero que no llegaba de manera tan directa y clara al espectador.

Y ahí, en estos aspectos perturbadores, innovadores y originales (sin dejar de lado su apuesta por el talento local) es donde crece de abrumadoramente la propuesta de Retina que, de la mano de Born!, no hay que olvidarlo ha exportado este modelo a otros lugares como Barcelona, Valencia y Sevilla.

La realidad del siglo XXI

El festival Retina, que por cierto en su programación de este año también ha incluido el estreno en Zaragoza del documental 'Semilla del son' que gira en torno a Santiago Auserón (sin Retina no se hubiera visto en la ciudad), es una propuesta que nunca hubiera nacido de lo público. Solo de la mano de una productora privada como Born! se puede alumbrar (así es el mundo en el que vivimos en el siglo XXI) un producto como este. Y es por eso que las instituciones deben dar apoyo (no solo económico, que también) a este tipo de creaciones que surgen de los márgenes pero pueden llegar a todos los públicos.

Retina es solo un ejemplo, hay muchos más a lo largo de toda la comunidad, que, desgraciadamente a veces pasan inadvertidos si se le hace caso al discurso imperante de que en Zaragoza nunca pasa nada o si se piensa que lo único que puede trascender y que le interesa a la ciudadanía son los grandes eventos. No es verdad y todas las ayudas que vengan desde las instituciones son necesarias, ojo, no para beneficiar a unos u otros sino para que la ciudadanía tenga acceso a actividades de este tipo. Combatamos de una vez a las ideas economicistas que se vuelcan sobre la cultura. 

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