En el último partido ya ni jugó. No estaba lesionado, sólo que el entrenador, aquel día Zeravica, prefirió no utilizarlo. La historia de Gastao Lucio Rodrigues Pinheiro en el CAI Zaragoza, Gastao Júnior como le gusta que le llamen, es ahora mismo rocambolesca. Cinco partidos después de su desesperado fichaje, un mes y catorce días después de su debut en Murcia, el pívot brasileño, que le cuesta caro al club (ficha, casa y coche), se ha convertido en una triste mercancia de la que el CAI se quiere desprender a toda cosa. Como es lógico, Alfred Julbe dará los galones en la zona a Otis Hill y Fran Murcia y, para darles descansos, quiere un nuevo pívot porque su intención está clara: pretende jugar rápido. Mario García no responde a ese perfil y el brasileño, todavía menos. Consigna: hay que venderlo. ¿Pero, a quién? ¿Y cómo?

Los movimientos de la dirección deportiva del CAI, que eligió a Gastao de entre una lista de pívots de cuarto nivel porque el mercado en enero no daba para más, son pluridireccionales. Ahora le buscan equipo. La operación que más cerca ha estado de lograr la salida del jugador fue la que se entabló con el Rimini, pero el técnico del conjunto italiano de la A-2 frenó el fichaje tras visionar un vídeo de una aparición reciente del brasileño con el CAI Zaragoza.

La situación de Mario García

Gastao no ha sido el único pívot que el CAI ha tratado de colocar en otro equipo. Mario García también ha entrado en la lista: el conjunto aragonés le propuso un extraño trueque al Algeciras (LEB-2) por Marvin Alexander, un conocido de Alfred Julbe. La operación no se realizó por el rechazo que mostró el técnico del conjunto andaluz.

El deseo del técnico catalán de reforzar la posición de tercer pívot ha vuelto a agitar la interminable política de fichajes del CAI Zaragoza. A falta de cinco jornadas para que acabe la fase regular, el equipo aragonés ha vuelto a abrirse al mercado para terminar de diseñar una plantilla que ha cambiado, ya, demasiadas veces.