Manolo Jiménez, como es habitual, terminará de decidir hoy el once que dispondrá ante el Sevilla. El último entrenamiento despejará incógnitas, que ahora están centradas en dos plazas. De un lado, en el compañero de Loovens en el eje, puesto para el que Paredes y Álvaro optan, con más opciones para el Jabalí. De otro, la posible vuelta al equipo de Romaric, decisión que el técnico está meditando mucho. Si el costamarfileño entra en la alineación, el damnificado sería Zuculini, que en Granada se encargó en la banda derecha de tapar las internadas de Siqueira. El resto del equipo será el mismo que venció en Los Cármenes.

Si Zuculini y Paredes siguen en el once de inicio, el equipo sería idéntico al que ganó en Granada y esa opción es factible. Sin embargo, Romaric, con el que Jiménez dialogó ayer, puede entrar en la mediapunta, por delante de la dupla formada por Apoño y Movilla. Estuvo sancionado ante el Granada y ha hecho un plan específico para acercarse a su mejor nivel. Y lo cierto es que ha mejorado. No se puede olvidar que el Sevilla puede disponer un trivote en la medular --Medel, Maduro y Rakitic--. Y es probable que el Zaragoza lo disponga con Apoño, Movilla y Romaric. Eso haría que Víctor y Montañés ocupasen las alas.

La otra incógnita está en el eje. Loovens, tras sus buenas sensaciones en Granada, es fijo, más en un partido donde hay que contrarrestar el poderío aéreo de Negredo. La duda está en la pareja del holandés. Álvaro, sancionado en Granada, merece regresar porque hasta ese castigo fue de lo mejor del equipo, pero Paredes implica más velocidad y ayuda en las coberturas. La banda formada por Cicinho y Navas preocupa a Jiménez, que mantendría a Abraham en el lateral, aunque las ayudas serán básicas para intentar frenar a esa dupla. De este modo, el posible once mañana sería el formado por Robeto, Sapunaru, Loovens, Paredes (o Álvaro), Abraham; Movilla, Apoño, Romaric (o Zuculini), Víctor, Montañés y Postiga.