--¿Qué recuerdos tiene de su etapa en el Real Zaragoza?

--Todos muy buenos, porque en Zaragoza es donde mejor me lo he pasado tanto a nivel futbolístico como en mi vida personal. Deportivamente fueron las cosas bien y fuera del fútbol también conocí mucha gente. Estoy orgulloso de mi paso por allí.

--Deportivamente hasta consiguió ser dos veces internacional.

--Gracias al Real Zaragoza fui internacional y por eso estaré siempre enormemente agradecido tanto al club como a la ciudad. Para un futbolista que te llamen a La Roja es lo máximo.

--De usted siempre se dice que era un jugador con unas grandes condiciones. ¿Cree que llegó a triunfar en el fútbol?

--Me gusta ser exigente y creo que podía haber hecho un poquito más. Estoy muy orgulloso de lo que hice en el fútbol, pero sé que quizás podía haber hecho más cosas. Ahora, con el paso del tiempo, no te acuerdas de lo que has jugado o de lo que has dejado de jugar sino de lo que has dejado en el camino y de la gente con la que he pasado buenos momentos. Hubo muchos vermuts y muchas noches agradables.

--El único título de su carrera fue una Copa con el Zaragoza.

--Así fue. Fue un momento bonito, porque en la Liga habíamos estado abajo. Ese título con el Zaragoza no se me va a olvidar en la vida. Lo que viví en Zaragoza a nivel humano no lo hice en ningún sitio. Me parecía que estaba viviendo en mi barrio de Logroño. Tuve una cuadrilla de amigos fenomenal y unos grandes compañeros en el equipo.

--¿Se dice que les gustaba bastante salir?

--De mí dicen que tenía más peligro fuera que en el campo, en sentido coloquial, pero éramos gente sana y humilde. Nos gustaba disfrutar del momento, pero dentro del campo lo mismo. Puedo decir con orgullo que siempre lo di todo. Cuando voy a La Romareda todavía me emociono por los buenos recuerdos que tengo de mi paso por Zaragoza. Los jueves los llamábamos el día del homenaje y nos íbamos a cenar y a tomar unas copas. Eso te reforzaba para el domingo.

--Pero a parte de pasarlo bien tenían un buen equipo.

--Era un equipo que llegaba a los partidos y lo dábamos todo por defender la camiseta del Real Zaragoza. Además yo no he tenido nunca una afición como la de Zaragoza, que apoyan tanto para lo bueno como para lo malo, como se está comprobando ahora.

--¿Se sintió querido por la afición?

--Mucho y desde el primer momento. Pasé cinco años fenomenales. Solo puedo estar agradecido a la gente.

--¿Lo de que le gustaba mucho la juerga es una leyenda urbana o hay algo de cierto?

--Me gustaba la juerga como al que más, para que voy a engañar a nadie ahora. Cuando jugaba decía que no. Éramos gente joven y nos gustaba salir a cenar y a pasarlo bien, pero cuando había que correr y morder en el campo también éramos los primeros. Hay momentos para todo. Los técnicos me decían que con las condiciones que tenía si me hubiese cuidado un poco más hubiera podido ser todavía mejor, pero tal vez no hubiera disfrutado tanto.

--¿Recuerda cuando apareció con un cordero en la Ciudad Deportiva y lo quiso meter al vestuario?

--Sí, me regalaron un cordero en un pueblo y, como no tenía donde meterlo, me lo lleve a la Ciudad Deportiva. Son anécdotas.

--Lo suyo con Txetxu Rojo era extraño, porque lo quería mucho pero siempre tuvo roces.

--Me quería mucho, pero no lo demostraba. Me decía que era el mejor, pero luego no me ponía. Eso me descolocaba. Y al final casi terminas explotando después de varios años. Le decía que por lo menos no me engañara. Además te pilla en una época de juventud que lo que quieres es jugar y darlo todo por el Zaragoza.

--Lo curioso es que a Rojo le llamaban en Bilbao polvorilla, aunque por otros motivos, como su fuerte carácter, y usted también era un poco polvorilla.

--Era al único que me sancionaba y que tenía que pagar las cenas. No me podía y siempre la pagaba conmigo y al final me enfadaba. Además cuando las cosas van mal lo que quieres es jugar y cuando no lo haces, te enfadas.

--Por eso no acabaron teniendo una buena relación.

--Al final la relación era la justa. Yo quería jugar y aportar, como siempre había hecho, y cuando el equipo iba mal, y no contaban conmigo, aún me enfadaba más.

--Y eso que los dos estuvieron en el único equipo del Real Zaragoza que ha podido ganar una Liga.

--Y estoy muy orgulloso de haber estado en ese equipo. Lo único que me sentaba mal era no participar. Estuve en un gran equipo.

--Lo raro es que chocaran estando el equipo arriba y cuando usted era un jugador importante.

--De hecho contó bastante conmigo, pero yo quería jugar más. Lo que sucede es que a mí también me gustaba disfrutar de la ciudad y creo que ya cogí un poco mayor a Txetxu Rojo. Me gustaba salir y pasarlo bien con mis compañeros para hacer piña y él no lo compartía. Por eso digo que en esa época ya era un poquito mayor.

--Luego, sin embargo, tuvo que vivir un descenso con el Zaragoza. Perdieron en Villarreal y tuvieron una pelea con los seguidores locales que saltaron al campo.

--Ese fue un mal momento. Pero si pones todo en una balanza no te puedes quedar con lo malo. En el Zaragoza tuvimos buenísimos momentos y malos momentos, pero a lo largo de una trayectoria siempre pasa. No lo hago por quedar bien con nadie, pero siempre voy a ser de ese equipo.

--Usted ha estado luego en La Romareda y se habrá dado cuenta de que la afición ha cambiado. ¿Recuerda el lío que se organizó tras caer con el Celta y cómo tuvieron que permanecer encerrados porque la gente que les esperaba?

--Aquello no fue agradable, pero la gente había vivido cosas bonitas y en ese momento verse casi en Segunda les produjo, como a nosotros, un gran sufrimiento. Lo peor, de todos modos, es la indiferencia, que a la gente le dé igual que el equipo vaya bien o mal. Además de todo se aprende.

--Antes había estado en Valencia y después se fue a Vigo. ¿Lo mejor lo vivió en el Real Zaragoza?

--Recuerdo que me quedaban años de contrato en Valencia y cuando me fui a Zaragoza el Kilyme preguntó porque hacía hecho ese cambio. Pero estar al lado de mi casa y en un club con mucha historia, porque yo había estado antes en La Romareda viendo muchos partidos europeos, me hizo una ilusión.

"El Zaragoza debe seguir en Primera porque eso es un lujo"

--¿Ahora sigue al Real Zaragoza?

--Lo sigo y siempre me preocupo de leer todas las noticias que se publican sobre el Real Zaragoza. Todos tenemos ganas de que el Zaragoza vuelva a ser el Zaragoza que todos queremos. La situación deportiva no es la mejor, pero la ilusión porque sea de nuevo un equipo puntero no debemos perderla nunca.

--Por cuarta temporada consecutiva se encuentra inmerso en la lucha por la permanencia.

--Y eso no es bueno. La gente que quiere al Zaragoza lo pasa mal y quiere estar más arriba. La situación económica es delicada, pero lo que hace falta es que el equipo siga en Primera División, porque eso es un lujo. Yo creo que esta temporada no va a pasar tantos apuros para mantenerse. Eso es lo que esperamos todos los que queremos al Real Zaragoza.

--¿Se atrevería a aconsejarle a Agapito Iglesias que se fuera del club?

--Creo que cuando entró en el Real Zaragoza hizo un equipo que todos estábamos muy ilusionados. Yo alucinaba con la llegada de futbolistas como Pablo Aimar o Ayala, pero luego no sé lo que ha pasado que todo ha ido cada vez a peor. No me gusta hablar por hablar y menos desde la distancia, pero está claro que algo hay que cambiar.

--Usted, cuando se retira, da la impresión de que va a ser de esos jugadores que no van a seguir ligados al fútbol, pero después ha decidido hacerlo.

--Me gusta el fútbol y siempre me ha gustado. Lo que sucede es que me ha gustado disfrutar también de la vida fuera del fútbol, pero siempre he disfrutado de este deporte. Ahora sigo sobre todo al Zaragoza B, porque mi equipo, la UD Logroñés, se encuentra en el mismo grupo de Segunda B. El fútbol es mi vida y le tengo que agradecer todo lo que me ha dado. Sería injusto abandonarlo de repente.

--Ahora es secretario técnico de la UD Logroñés, ¿pero nunca le ha tentado dirigir a algún equipo desde el banquillo?

--Me fui a Madrid a sacarme el título nacional para poder entrenar, pero después no me ha llamado la posibilidad de llevar a algún equipo. Quería seguir en el fútbol de otra forma diferente, aunque todo lo que se refiere a este deporte me apasiona. Y ahora en eso estoy desde el puesto de secretario técnico. Esta temporada hemos cubierto los objetivos que teníamos con la UD Logroñés, porque somos lo que somos y con seguir en Segunda B tenemos suficiente por ahora.

--¿Se ve en algún momento trabajando en el cuerpo técnico del Real Zaragoza?

--Me encantaría, pero no lo he pensado nunca, la verdad. Lo que estoy haciendo es ayudar al Real Zaragoza en todo lo que puedo a nivel de gente joven. Si hay algún jugador interesante en La Rioja siempre es mejor que vaya al Real Zaragoza que no a Bilbao, San Sebastián o Pamplona. Esta temporada va a ir un jugador juvenil de Logroño. Para mí es una satisfacción que gente de mi tierra pueda jugar en el Zaragoza. Además me consta que allí están trabajando bien con el fútbol base.

--Desde Zaragoza se echa en falta a ese Logroñés que estaba en Primera División.

--Es muy complicado que eso se vuelva a dar. Aquí llevamos quince o veinte años sin fútbol de Primera y eso se está pagando. Se hizo un equipo, luego dos y hasta tres, de los que alguno se encuentra en los juzgados, y eso va a ser difícil recuperarlo. Entonces no tenemos que conformar con ver fútbol de Primera División y que los chavales que apuntan bien se vayan fuera. Para eso el mejor equipo es el Real Zaragoza.

--Entonces es imposible que todos los clubs de categoría nacional que hay en Logroño se unan para formar un solo equipo y poder volver a estar en Primera División algún día.

--Las Gaunas es ahora mismo como un teatro sin gente, pero así son las cosas. Aquí nadie se quiere mojar, a nivel político también es complicado que se pueda hacer algo, y ninguno de los equipos da su brazo a torcer. Es una pena, porque aquí hay buenos jugadores jóvenes y se tienen que marchar para buscar un referente. En Zaragoza también se han vivido momentos complicados, pero el club ha seguido adelante y mientras permanezca en Primera División estoy seguro de que podrá continuar adelante. Por eso la gente tiene que apoyar para poder disfrutar de ese lujo durante mucho tiempo.