Uno de los cachorros --en su caso ya que se encuentra completando su primera pretemporada con el Real Zaragoza-- que más aporrean la puerta del primer equipo es Diego Suárez. El joven (19 años) delantero aragonés forma junto a Jorge Ortí y Laguardia el único contingente con color aragonés con que cuenta la pretemporada. Su mayoría de edad balompédica todavía no está garantizada, ya que tiene ficha con el filial. No obstante, sus goles en esta pretemporada (lleva tres y es pichichi) y las buenas palabras de Paco Herrera siempre que escucha su nombre le sitúan un peldaño más cerca.

De momento, Suárez pasa de pronósticos. "Estoy muy contento, aprendiendo mucho con gente que lleva muchos años como profesional. Respecto a mis goles, muy feliz también, porque a los de arriba siempre se nos pide eso", dice un joven depredador que en apenas un año ha pasado de disputar encuentros con el juvenil División de Honor a deshacer las maletas para ir con el primer equipo desde el principio.

Momento idóneo

La eclosión de Suárez (mejor jugador juvenil de Zaragoza el pasado año) llega, además, en un momento de alineación de los astros: con Paco Herrera en el banquillo, todo un devoto y confirmado canterista. "El míster nos podrá ayudar y dar la oportunidad, pero los que nos tenemos que ponernos ahí somos nosotros". Luego, "en teoría, en Segunda es más fácil porque el salto es menor, pero pienso que si un jugador es bueno y tiene nivel, da igual si sube a Primera o a Segunda", dice Suárez, quien destaca de Paco Herrera, entre otras cosas, que le ha puesto las pilas. "Siempre me caractericé por falta de sacrificio defensivo y él me ha metido caña por ahí".

Su experiencia veraniega está resultando satisfactoria si se observan sus goles (lleva tres, siendo máximo realizador de la pretemporada junto a vacas sagradas como Montañés y Víctor). A pesar de ser nuevo, no se ha arrugado, consiguiendo tantos frente al Nástic y el Athletic. Y su aprendizaje, algo así como un máster con gente más que doctorada en la élite. "Luis García, Barkero, Leo Franco, Movilla... Solo con verlos me sobra para aprender", comenta Suárez, que admite que marca, con la vista, los movimientos de Luis García.

De momento, desconoce si seguirá en el primer equipo. "No hemos hablado nada de eso. En principio soy jugador del filial y a partir de ahí el míster y la dirección deportiva decidirán", asevera Suárez, al que sería raro ver jugando en Tercera con el filial. Él se aferra a los regalos verbales del míster. "Una vez me dijo que tenía muy buenas cualidades y que tenía que trabajar mucho para llegar a profesional. Eso se me ha grabado a fuego. Que el entrenador del primer equipo te lo diga a la cara, te abre mucho los ojos".

Su incompleta plenitud física, por edad, no le inquieta. "La gente es mucho más fuerte y experta, pero hay que adaptarse para estar a su nivel", dice un canterano que ha comprado muchos boletos, en forma de gol, para convencer a Herrera.