Montilivi todavía evoca, y lo hará mucho tiempo, a la gesta lograda por el Real Zaragoza el 14 de junio, una remontada histórica que le puso al equipo a un paso del ansiado y necesario retorno a la élite, aunque después fuera incapaz de darlo ante Las Palmas. Regresa esta tarde (20.15 h.) a ese escenario y lo hace lanzado, en su mejor momento del curso, tras tres victorias seguidas ante Alavés, Albacete y Tenerife y buscando, frente al peor local, un Girona que no sabe lo que es ganar en su estadio, meter la cuarta, firmar el repóker de triunfos. De momento, su buena racha, con 10 de los últimos 12 puntos, le ha situado tercero. El objetivo ahora es prolongar la racha, aprovechar el momento, llenar el granero de victorias y acercarse a los dos primeros puestos que, ocupados por Osasuna y Córdoba, circulan con 4 puntos sobre los de Ranko Popovic.

El serbio vio cómo el equipo zaragocista se atascaba, se quedaba parado y sin recursos tras las derrotas en La Romareda con cordobeses y osasunistas. Con su puesto en el banquillo en juego y el equipo hundido, Popovic, aconsejado o por decisión propia, movió el dibujo, para pasar al 4-1-4-1, y el Zaragoza reaccionó. Le costó, pero lo hizo.

Arrancó en Lugo, con un partido consistente pero sin triunfo, cogió velocidad contra el Alavés y la ha aumentado con la solvente victoria en Albacete y la práctica firmada contra el Tenerife. Ganar en Gerona incrementaría la sensación de despegue, de velocidad de crucero del conjunto aragonés. Cuatro victorias consecutivas son ya una racha a tener muy en cuenta. De hecho, el Zaragoza, con el actual técnico, solo lo ha logrado en una ocasión, hace ahora ocho meses, cuando enlazó los triunfos ante Recre, Leganés, Barça B y Osasuna.

Los triunfos han traído un Zaragoza más serio, más consistente, que ha logrado cerrar su portería --solo un gol en 4 encuentros-- y que es el mejor junto al Córdoba en el último mes, desde que la cita en Lugo marcó un antes y un después. Por si fueran pocas las buenas noticias, el equipo empieza a recuperar efectivos como Marc Bertrán, que hoy será suplente. Popovic apunta a mantener el dibujo, el 4-1-4-1, y a hacerle sitio a Dorca. Wilk sería el damnificado.

PORTERÍA A CERO

El Zaragoza, que a pesar de su mejoría deja claro que tiene poco gol y menos fútbol, debe fundamentar su ascenso en la sobriedad atrás, en dejar la portería a cero muchos partidos. Las siete dianas que ha recibido le convierten en el segundo mejor equipo en esa faceta tras el líder Osasuna. Un buen dato, sin duda. Otro también bueno es que no ha caído lejos de La Romareda, con un triunfo y tres empates. Hoy examina esa solvencia el Girona, el peor local de Segunda. Al equipo de Pablo Machín le apartó el curso pasado el Sporting del ascenso directo y el Zaragoza de la promoción.

Se diría que al Girona le está costando mucho arrancar. Ya no tiene a algunos jugadores claves de la campaña anterior (Sandaza, Juncá, Ramalho o Cifuentes), pero mantiene el bloque. Sin embargo, el reloj no funciona igual. Y es algo que debe aprovechar el Zaragoza para asaltar Montilivi y seguir la racha.