Apenas han pasado diez días desde que Sergio el 'Oveja' Hernández dejó de ser el entrenador del Casademont Zaragoza. El argentino, que abandonó por motivos personales tras encajar en Manresa la decimonovena derrota del curso liguero, se marchaba con el equipo clasificado para la Final 8 de la Champions, pero sin lucir una identidad propia. La irregularidad ya mostrada con Diego Ocampo seguía siendo la principal marca identitaria de un Casademont demasiado encomendado a las individualidades y con la impresión de precisar de mucho trabajo táctico.

La llegada de Casimiro ha mostrado un conjunto distinto. Presa de un calendario sobrecargado, el técnico manchego apenas ha dispuesto de un puñado de entrenamientos para aplicar su método, así que, entre viaje y viaje y partido y partido, se ha centrado en instaurar lo que consideraba más urgente con dos objetivos claros: el primero y principal, llegar a la Final 8 en las mejores condiciones posibles y el segundo, apurar las opciones de acceder a Europa la próxima temporada a través de la posición final en la clasificación liguera. De momento, va por buen camino.

Radoncic y Alocén, en el mejor quinteto joven de la Liga Endesa

El jugador del Casademont Zaragoza Dino Radoncic, cedido esta temporada en el Gipuzkoa Basket, y el aragonés Carlos Alocén, en el Real Madrid desde el pasado verano, figuran en el quinteto ideal joven de la Liga Endesa junto al barcelonista Leandro Bolmaro y a los pívots Usman Garuba (Real Madrid) y Yannick Nzosa (Unicaja). Radoncic, además, ha sido elegido el mejor jugador exterior joven de la competición por delante de Bolmaro. El ala-pívot del Casademont, con el que tiene contrato por tres temporadas más, es el jugador más importante del Gipuzkoa Basket. A sus 22 años, el balcánico, nacido en Alemania pero con nacionalidad montenegrina, formará parte de la plantilla del Casademont la próxima temporada según advirtió el director deportivo, Pep Cargol, cuando se oficializó su fichaje. Por su parte, Garuba es, según la ACB, el mejor joven de la temporada, por lo que releva así a su compañero Carlos Alocén, mejor base joven del año y ganador del trofeo en las dos últimas temporadas cuando jugaba en Zaragoza.

Más allá del inesperado pleno de triunfos ante Gipuzkoa, Burgos y Unicaja, el Casademont de Casimiro es otro bien distinto al diseñado por el Oveja. El manchego tardó poco en detectar los principales problemas de un equipo en el que primaba el exceso de individualismo y extremadamente vulnerable. Con el argentino, el equipo solo había encajado menos de 80 puntos en cinco encuentros de la Liga ACB. Con Casimiro ya lleva dos. 

De atrás hacia delante

El trabajo y la intensidad defensivas parten de la mayor riqueza táctica y de la intensidad exigida a los jugadores por parte de Casimiro, que, en busca de esa progresión, ha rescatado para la causa a Justiz, con el que Hernández apenas contaba. Con Casimiro, el cubano ya ha jugado más minutos que Hlinason en los dos últimos encuentros y su aportación en el rebote (otro de los evidentes puntos de mejora del equipo) ha sido relevante. De hecho, el Casademont tomó casi 40 rebotes en los choques ante Gipuzkoa y Burgos y 34 en Málaga ante Unicaja.

Aunque es en el apartado de asistencias donde mejor se comprueba la transformación del Casademont y la aplicación de un juego más colectivo. Frente a vascos y burgaleses, el equipo repartió 24 asistencias y en Málaga subió a 28. La comparación con los últimos partidos del Oveja es esclarecedora. Por ejemplo, en Manresa el equipo apenas dio 8 pases de canasta y frente al Gran Canaria fueron 10.

El protagonismo, pues, es colectivo, pero Casimiro tiene claro quiénes son los pilares básicos. Por eso, Ennis, Brussino y San Miguel son los que más minutos están sobre la pista. También parece diáfano que Sulaimon ejercerá de segundo base más allá de la disponibilidad de Javi García, y que Benzing queda abocado al alero, donde puede desarrollar mejor su principal cualidad: el tiro exterior. El Andorra, este miércoles, pondrá a prueba la evolución con Casimiro, el buen pastor.