José Ignacio Escudero: "Aunque esté bajo las aguas, el pueblo de Mediano no ha muerto todavía"

El pasado lunes se cumplieron 55 años de la inundación de Mediano. Aquel aciago 29 de abril de 1969, las casas del pequeño pueblo del Sobrarbe comenzaron a inundarse con algunos vecinos todavía dentro. Los responsables de las obras del pantano les habían dicho que se podían quedar hasta que los trabajos estuvieran totalmente finalizados, pero algo insólito ocurrió. Después de tres días lloviendo con intensidad, el río Cinca comenzó a entrar en las calles del municipio propulsado por un hecho inaudito: las compuertas de la nueva presa estaban cerradas. Muchos ya habían abandonado su hogar sabiendo que el pueblo acabaría engullido por el pantano, pero unas siete familias apuraron el tiempo que les habían concedido. Al final tuvieron que huir con lo puesto porque nadie les avisó, nadie abrió las compuertas y el agua anegó el municipio llevándose por delante sus recuerdos, sus sueños y su futuro.

La primera novela de José Ignacio Escudero (Zaragoza, 1967) se sumerge en ese episodio funesto, uno de los más injustos de los muchos que ha sufrido el Prepirineo aragonés. 'Escúpele al pantano' se acaba de publicar bajo el sello de la editorial aragonesa Doce Robles, pero su semilla empezó a germinar en la mente de Escudero hace muchos años. «Siempre me había interesado el tema de los pueblos abandonados y el elevado coste social que tuvieron que pagar sus vecinos y una vez, en un viaje de joven, vi la torre de Mediano y esa imagen se me quedó grabada», recuerda Escudero. La punta de esa iglesia, convertida en símbolo de resistencia en la zona, siguió deambulando por su cabeza hasta que hace apenas dos años empezó a darle forma de novela.

«Tuve muy claro que el tema debía ser ese. No tengo vinculación con la zona porque yo soy de Zaragoza, pero siempre me ha parecido muy injusto todo lo que sucedió en Jánovas y otros pueblos», explica Escudero, que apunta que su motivación era también divulgativa: «Con esta novela pretendo entretener, pero sobre todo que las nuevas generaciones sepan y recuerden lo que sucedió allí. Que hubo gente en la montaña que se sacrificó, que perdieron sus raíces y sus pueblos para que otros pudieran regar aguas abajo o tener electricidad en las grandes ciudades».

Y es que, como asegura el propio Escudero en la introducción de la novela, la construcción de embalses en el Prepirineo «no fue una historia de solidaridad, sino de injusticia en la que los caciques de la época y las ansias de las empresas eléctricas, como Iberduero, arrasaron con todo para materializar sus megaproyectos».

«Yo no soy antipantanos ni este es un libro contra ellos, pero es importante que la gente sepa lo mal que se hicieron las cosas en Mediano. A sus vecinos les pagaron una miseria y les echaron a la fuerza cerrando las compuertas de la presa, una decisión que, por cierto, aún no se sabe con certeza quién la tomó», incide Escudero.

Según el escritor zaragozano, que entrevistó a muchos vecinos antes de abordar la novela, los afectados cobraron «una miseria» por unas casas que se tasaron en los años 40 pero que se abonaron en los 50 mermadas además por una «inflación galopante»: «Con ese dinero la mayoría solo pudo comprar un piso de 60 metros en Barbastro o irse a los barrios más pobres de Barcelona, que es lo que hicieron la mayoría atraidos por una potente industria textil».

Costumbres y leyendas

Precisamente, es en la ciudad condal donde Escudero comienza ambientando una historia de ficción (en el año 2018), pero que se inspira en lo que sucedió realmente. «Siempre remarco en las presentaciones que es ficción, pero una de las mayores satisfacciones ha sido cuando los vecinos me han dicho que la novela refleja bien todo lo que ocurrió», comenta el escritor, que en el libro reconstruye la historia de Orosia, una vecina de Mediano marcada por el dolor y el sacrificio y que tiene al pueblo ahora inundado como escenario principal. En la novela, el autor también ha aprovechado para incluir las costumbres y leyendas de un municipio que, «aunque esté bajo las aguas, no ha muerto todavía».

55 años después, nadie ha pedido disculpas a los vecinos de Mediano y eso que los responsables de lo sucedido saben muy bien cómo actuaron. De hecho, este es uno de los pocos embalses españoles que no se inauguró de forma oficial, algo muy habitual durante la dictadura de Franco. «Quizá es que no tenían la conciencia demasiado tranquila», apunta Escudero.

'Escúpele al pantano' forma parte de la colección de Doce Robles 'La Historia de Aragón en novela' y su título procede de la canción 'Carta a Lucinio', de José Antonio Labordeta. «Siempre me ha gustado mucho y la verdad es que me venía al pelo», concluye Escudero, que ya está esbozando una segunda novela.

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