LA MONTAÑA EN ARAGÓN

¿Por qué subimos montañas?

El pintor y montañero Pepe Barranco invita a la reflexión de nuestra relación con las cumbres y la naturaleza en un paseo por veinte obras propias y variadas reproducciones

Pepe Barranco posa ante algunas de sus obras.

Pepe Barranco posa ante algunas de sus obras. / ANDREEA VORNICU

Sergio Ruiz Antorán

Sergio Ruiz Antorán

Alcanzar la belleza de las montañas, su hierática grandiosidad, fascina a la inquieta alma humana. Recrearla, beber de ellas como fuente de inspiración, ha sumado a los artistas a esta atracción emocional. Atrapado en ese amor, al ascender el Mount Ventoux por el puro placer de contemplar el paisaje, Petrarca dictó la siguiente sentencia: «Allá donde no arroja su sombra montaña alguna, a la cima más grande y encumbrada un fiero anhelo me empuja». Ese 26 de abril del 1336 puede ser que naciera el montañismo, de la mano escritora de un poeta humanista.

Esta cita acompaña como invitación a responder a la pregunta por qué subimos a las montañas. Es el único lienzo que Pepe Barranco ha dejado blanco para componer una obra común, de respeto y admiración ante estos gigantes, con todos los visitantes a la muestra ‘Montañas. Pinturas, pintores y pinturas’. Veinte cuadros, recreaciones y originales del autor, reflejan esa cuerda que ha unido la pintura y la fascinación por la montaña, en un grito en favor de su conservación, que resonará, hasta el próximo 28 de enero, en el Centro de Documentación del Agua y Medio Ambiente de Zaragoza (CDAMAZ) en el Paseo Echegaray y Caballero.

Óleos y acrílicos se elevan en un recorrido por cordilleras de todo el mundo y por estilos pictóricos de los últimos siglos. Pepe Barranco ha querido reproducir «esas imágenes que se grabaron en mi mente» cuando era un estudiante de Historia del Arte y empezaba su amor por la naturaleza.

Algunas de las obras de Pepe Barranco.

Algunas de las obras de Pepe Barranco. / ANDREEA VORNICU

El romanticismo de Caspar Friedich, el detalle del paisajista William Turner, la simplicidad oriental del japonés Katsushika Hokusai, las expresiones vanguardistas de Paul Cézanne, Gabriele Münter o Vassily Kandinsky y la fantástica ilustración de Samivel se condensan en una sala junto a estampas cercanas de «Pirineos. El Monte Perdido, el Pico de los Infiernos, Vignemale o Midi D’Ossau», que ha creado el pintor zaragozano con pinceladas gruesas, enérgicas, «salvajes». Como ante las grietas en una trepada utiliza «los mismos dedos», o una pequeña espátula de madera, para esbozar sus trazadas con textura.

Es la primera exposición pública de Barranco, acompañado de pinceles y cresteros desde la adolescencia. Vinculado 26 años al Club San Jorge, utiliza su cámara para recoger esas imágenes que luego traslada al lienzo. Estas veinte obras han sido realizadas durante el último año.

En el refugio de Bachimala

La motivación de Barranco asoma hacia una reivindicación de las montañas como espacios naturales que merecen nuestro absoluto respeto ante una deriva «hacia su consumo y la competición» eludiendo una reflexión interior desde un diálogo esencial con la naturaleza. «Ahora los montañeros no leen sobre montañas. A mí me parece fundamental añadir esa reflexión. Se ha perdido un hábito necesario», indica Barranco. Por eso, en la muestra caben veinte títulos literarios que «me han acompañado durante mi vida, una colección sobre esos sentimientos que provocan las montañas, desde un acercamiento a la filosofía, a la misma estética, al arte...».

Pepe Barranco, junto a uno de sus cuadros.

Pepe Barranco, junto a uno de sus cuadros. / ANDREEA VORNICU

La muestra materializa una preocupación personal trasladada tras trece años trabajando como educador ambiental enfocando la divulgación como herramienta de sensibilización. Su visión se agudizó durante los ocho años en los que formó parte del equipo del refugio de Bachimala, en cuyas paredes reposa un dibujo de unos nabateros que realizó durante su estancia profesional. «Se supone que el montañero habitual, por su contacto con el medio, tiene una concepción ambiental avanzada, pero en la actualidad su comportamiento no es distinto al de otros colectivos», lamenta Barranco.

El mismo CDAMAZ invita el 19 de enero a un debate abierto al sector rural, ambiental, científico y montañero sobre la relación entre montaña y medio ambiente ante los retos actuales dentro de la emergencia ecológica actual.

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