Marco Escribano, de la pista a la consulta y a los campos de Segunda División

El oscense, exjugador del Balonmano Huesca, ejerce como médico en varios clubs y federaciones, entre ellos la SD Huesca y el Bada

Marco Escribano festeja un gol anotado al Barcelona en su época como jugador del Balonmano Huesca.

Marco Escribano festeja un gol anotado al Barcelona en su época como jugador del Balonmano Huesca. / Servicio especial

David García Arlegui

David García Arlegui

Al hablar de balonmano y de medicina deportiva en Huesca es imprescindible mencionar el nombre de un hombre que ha estado ligado al deporte oscense de casi todas las formas posibles. En el pasado, formó parte del Balonmano Huesca que logró el ascenso y se asentó poco a poco, con trabajo, en la élite del balonmano a nivel nacional.

Su nombre es Marco Escribano y su historia es bien parecida a la del conjunto oscense, más allá de que sus caminos se entrelazaran durante siete años, cinco de ellos en la Liga Asobal, cuando Escribano militó como jugador en el equipo. Ambos relatos, el del club y el suyo, van de progresar y seguir adelante cada vez más fuertes.

A sus 31 años, su vocación por la medicina deportiva comenzó en sus tiempos como jugador en activo. «Hice los seis años de carrera compaginando mis estudios con el balonmano. Tenía claro que quería enfocar mi trabajo hacia el deporte porque ha sido mi vida», relata Escribano. «Al no existir, por desgracia, la especialidad de medicina en el deporte, me enfoqué en la medicina física y de rehabilitación y me pude orientar así hacia lo que más me gusta», confiesa el oscense, que terminó sacándose el MIR con dicha especialidad.

Marco Escribano, como jugador del Balonmano Huesca, en un partido con la SD Huesca y como médico de la selección española de balonmano.

Marco Escribano, como jugador del Balonmano Huesca, en un partido con la SD Huesca y como médico de la selección española de balonmano. / Servicio especial

Fue ya tras la pandemia del covid, sin embargo, cuando a Escribano le llegó la primera oportunidad de trabajo dentro del ámbito deportivo, en un deporte que reconoce que desconocía: el tiro deportivo. «En la pandemia, me encontraba trabajando en un centro de medicina deportiva en la Universidad Complutense de Madrid. Los médicos que había ahí solían trabajar con la Federación Española de Tiro y no les apetecía viajar con el tema del covid. Recuerdo que dijeron si a alguien le apetecía irse a la India 15 días», narra, risueño. «Fueron casualidades de la vida, ni siquiera debía estar ahí ese día», afirma ahora Escribano, que tuvo con dicha federación su primera experiencia en el mundo del deporte.

«Empecé a viajar con ellos, hice buenas migas y aprendí de ese deporte, que era totalmente desconocido para mí. Tuve suerte de poder compartir ese tiempo con Alberto Fernández y Fátima Gálvez, que después ganaron el oro olímpico», indica.

Unos meses después, llamó a su puerta un viejo conocido con el que volvería a unir su camino: el Bada Huesca. «No me costó aceptar la oportunidad», reconoce entre risas. «Cuando me lo dijeron, me hizo una gran ilusión poder volver a mi ciudad y trabajar con el equipo que me había visto crecer», explica Escribano.

«Empecé con la Federación de Tiro. Fue por casualidad, ni siquiera debía estar ahí ese día»

Fue el doctor Fernando Sarasa, futbolista de la SD Huesca en los años 80 y médico del club en diferentes etapas, quien le incorporó a su equipo de trabajo en la capital oscense. «Recibí la llamada de Fernando, que había sido mi médico en todos los años en los que yo había jugado a balonmano, diciendo que necesitaba a alguien que le echara una mano en la consulta, tanto con el fútbol como con el balonmano», relata. «Decidí que me volvía para Huesca», agrega el exjugador.

Desde ese momento, Escribano alterna su trabajo con la SD Huesca y el Bada Huesca con los viajes con la Federación Española de Balonmano y la de Atletismo. «Principalmente, mi trabajo con las federaciones es acompañar a los deportistas de las categorías inferiores cuando hay concentraciones y competiciones nacionales e internacionales», expone. «Me dedico al diagnóstico de lesiones, seguimiento y prevención de las mismas y a la educación de los que están empezando. Les enseño la importancia del descanso, la nutrición y el hecho de prevenir lesiones», expresa.

Marco Escribano, a punto de lanzar como jugador del Balonmano Huesca

Marco Escribano, a punto de lanzar como jugador del Balonmano Huesca / Servicio especial

«Con el Huesca, estoy más en el día a día. Siempre hay un médico en los entrenamientos. Normalmente, Fernando Sarasa está en los partidos en casa y nos turnamos para los viajes del equipo», argumenta Escribano. «El grueso de mi trabajo consiste en estar en la consulta y en el día a día con el Bada y el Huesca. De vez en cuando, me surgen viajes con las federaciones. Son muchas cosas, pero me da para abarcarlo todo», admite, entre risas, al ser cuestionado sobre dónde consigue el tiempo para llegar a cubrir el trabajo con tantos clubs y federaciones deportivas.

Como exjugador, médico y también aficionado del Bada Huesca, Escribano siente orgullo al echar la vista atrás y comprobar todo el proceso que ha terminado con el club establecido en la máxima categoría del balonmano a nivel nacional, que por primera vez será profesional la próxima temporada. «Estoy contento por haber vivido los mejores años de la historia del club desde dentro y por poder seguir ayudando ahora. Para la ciudad de Huesca, poder disfrutar de un equipo en la élite es un lujo y todo un hito», considera. «El crecimiento habla de lo bien que se está trabajando aquí, en Huesca», sentencia Marco Escribano.