Las dificultades económicas están comprometiendo la viabilidad de muchos restaurantes de prestigio en la comunidad, que deben reinventar sus modelos de negocio ante la caída del consumo con menús más baratos para seguir atrayendo al público. El Patio de Don Julián, el Verrugón o el Capazorras son algunos de los últimos establecimientos hosteleros que han cerrado sus puertas al público en Zaragoza.