-No te quieres- dijo

-¿Por qué lo crees?

-Antepones a las personas antes que a ti. -

-Lo sé, pero no cómo dejar de hacerlo. -

 

Estuve rota.

Quebrada por dentro.

Intenté recomponer esas piezas de mí misma.

Ser yo de nuevo.

Probé combinaciones.

No encajaron.

Lo rehíce tantas veces que ya ni recuerdo el momento de su cohesión.

Faltan partes.

Personas aparecieron y las destrozaron.

Las escondieron.

Cree algunas para intentar completarlo.

Presté otras que después no las devolvieron.

Y aun así, me sigo prestando a ello.

Asumí que estaba incompleta y pensé necesitar de tí para dejar de estarlo.

Me centré en ayudarte a que tú lo consiguieras.

No me importaba realmente.

Tú te diste cuenta.

Y queriéndome, sabiendo que yo lo hacía y que seguiría dándotelas, me dejaste ir.

Me antepusiste como nadie lo había hecho nunca.

Acabé perdida y sin ti.

Se me acabó la esperanza.

Intenté resignarme y no dar de mí a quién no lo mereciera.

Aún que lo hagan no esperar de ellos más de lo que esperaba de mí misma.

Si yo no miraba por mí, nadie lo iba a hacer.

Estoy aprendiendo a encontrarme.

A ser.

Ahora vuelves a estar en ella.

Te he prometido priorizarme.

Y lo haré.

Deseo estar a tu lado.

Mientras que juntos lo finalizamos.

Pero tranquilo, no dependeré de ti para ello.

Te lo he jurado a ti, pero también a mí.

Si yo misma me impido avanzar, nunca podré ultimar mi propósito.

Yo misma tengo que formarme.

Aún me queda mucho tiempo para que el puzzle esté acabado.

Una vida entera para hacerlo.

Pero lo haré, sé que lo haré.