Un título nobiliario es un privilegio legal concedido desde la antigüedad, que distingue a los miembros de la nobleza. El título nobiliario más alto, después de rey y príncipe, es el de duque, seguido en orden de jerarquía por marqués, conde, vizconde y barón.

Durante la Segunda República española, todos los títulos nobiliarios fueron abolidos, pero en 1947, Francisco Franco volvió a conceder este tipo de distinciones. En España existen actualmente 2.827 títulos nobiliarios, en posesión de unas 2.200 personas. 

A diferencia de otras épocas históricas, actualmente ser noble en España no supone ningún tipo de privilegio legal ni fiscal, más bien lo contrario, ya que están sometidos al pago de su impuesto correspondiente.

Debido a esto, los nobles no juegan un papel muy importante en la sociedad actual aparte de tener altas posesiones económicas en su mayoría, a diferencia de lo que sucedía por ejemplo en la Edad Media.

Incentivo para la economía

En mi opinión, estos títulos nobiliarios deberían seguir vigentes y no prohibirse en ningún caso ya que los poseedores de dichos títulos no gozan de ninguna clase de privilegios actualmente. Además, supone un incentivo económico para el país debido a las altas tasas de impuestos que pagan para ostentar este título.

Actualmente, el impuesto por las transmisiones y rehabilitación varía entre los 2.726 euros si es un grande o los 777 euros si es un título sin grandeza. Si la cesión de título nobiliario no es directa sino a sobrinos o tíos, deberán pagar al erario 6.834 o 1.949 euros, respectivamente.

Por estos motivos, ya mencionados considero que no tiene lógica alguna el deseo de algunas personas y partidos políticos de eliminarlos ya que aportan dinero a las arcas del Estado.