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Zonas de bajas emisiones: qué son y por qué las ciudades deberían conseguirlas

Esta medida se ha puesto en marcha en lugares como Madrid, Barcelona y Pontevedra, donde se multa a quienes no las cumplen

Zaragoza puso en marcha su ZBE a principios de 2023 pero con carácter provisional.

Zaragoza puso en marcha su ZBE a principios de 2023 pero con carácter provisional. / ÁNGEL DE CASTRO

Gabriela Sanz

El cambio climático y la crisis medioambiental que se vive en la actualidad en todo el mundo es un tema que no deja de preocupar y que no deja de salir en las noticias. Los investigadores y las personas que se dedican a profundizar en el tema auguran un futuro complicado para el planeta. Por ello, los políticos, los dirigentes y los más altos cargos mundiales, ya se han puesto manos a la obra y están barajando soluciones a este problema. Muchas de ellas nunca verán la luz y otras tantas costará que lo hagan, pero dicho problema es real y los primeros cambios ya están llegando.

Una de todas estas medidas resuena mucho últimamente entre la prensa española y es la conocida como Zonas de Bajas Emisiones (ZBE o LEZ, por sus siglas en inglés, Low Emissions Zone). Con el fin de prohibir la circulación de vehículos sin etiqueta medioambiental en núcleos urbanos de los municipios de más de 50.000 habitantes (también aquellos de más de 20.000 que superen los niveles máximos de contaminación), esta medida ya se ha puesto en marcha en ciudades como Madrid, Barcelona o Pontevedra y está en proceso de hacerse en muchas.

Objetivo: controlar la contaminación

El objetivo de todo esto está claro: controlar la contaminación del centro de las ciudades, reduciendo así la presencia de gases de efecto invernadero y dando un paso más en la lucha contra el cambio climático. Además, este cambio podría beneficiar a nuestra salud, pues la presencia de estos gases provoca a largo plazo, daños a nuestro sistema respiratorio y cardiovascular.

En la práctica parece que la situación planteada se tambalea un poco más, debido a ciertos puntos que quedan un poco en el aire en la legislación, pero esta medida sigue adelante y ya fue puesta en marcha en Zaragoza a principios de este 2023.

En Zaragoza, nuestra zona de bajas emisiones que todavía tiene un carácter provisional, comprende en la actualidad el Paseo Echegaray y Caballero, San Vicente de Paúl, el Coso, Conde Aranda y la calle Mayoral. Sin embargo, al no tratarse de algo definitivo, todavía no se está sancionando a quien circula por estas zonas con un vehículo con acceso restringido. Una vez se empiece a sancionar, las multas serán de 200 euros.

¿Hasta qué punto es efectiva esta medida?

La efectividad o no de esta medida se comprobará en unos meses y se deberá comparar con los datos de otras ciudades, siempre teniendo en cuenta la diferencia de población para ser realistas. Por ahora, la medida ha causado opiniones de rechazo y de aceptación a partes iguales, pero parece no desagradar del todo a los ciudadanos zaragozanos.

En mi opinión, es necesario hacer cambios para la mejora de la situación sanitaria en general y creo que esta medida es un buen primer paso para una ciudad más sana medioambientalmente hablando.

No sé si es la solución total a la emisión de gases efecto invernadero, pero sin duda se demuestra que se está haciendo algo por solucionar los problemas climáticos y está claro que, de funcionar, también podría acabar mejorando la salud de todos los ciudadanos.